𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗫𝗫𝗜𝗜𝗜. ❝I WANNA BE YOURS❞

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— Sí, de maravilla.

— ¿Y tú qué hiciste hoy, mi rayito?

— Organicé la casa e hice la cena— responde moviendo sus pies inquieta. Druig se quita el abrigo quedándose en la camisa sin mangas que la distrae como cada vez que se la pone— y... ¿en serio estás muy cansado?

— Sí, quiero descansar un poco para mañana temprano— murmura rascándose los ojos. Aleska muerde su labio a punto de explotar — los habitantes hoy trabajaron demasiado, debería darles un par de días li...

— ¡Druig! — le grita poniéndose de pie de un momento a otro, asustándolo — lo siento pero debo decirte la verdad.

— ¿De qué?... ¿Ya no te gusta vivir conmigo? ¿Estás enojada porque te dejé sola todo el día? sabes que no es mi intención.

— Entra a mi cabeza de una vez — pide desesperada, él frunce su ceño confundido — por Zeus ¡sólo hazlo!

— ¡Está bien, está bien!

Usa sus poderes albergándose en sus más profundos pensamientos, luego de unos pequeños segundos sale y ladea su cabeza con una sonrisa picarona.

— Con que así has estado estos días...

— Te odio por ser tan malditamente atractivo — jala su pelo con desesperación.

— ¿Quieres que te ayude?— la mira de arriba a abajo, ella entre cierra sus ojos pensando— conozco una manera de calmar las aguas.

— Por favor — pide sentándose en la cama nuevamente con su vista clavada en él — por favor, Druig. Contrólame.

— Oh, mi rayito, te arrepentirás de pedirme eso.

La cabeza de la diosa se nubla por completo dejando su mente y cuerpo a total voluntad de telepata. Su mano baja por su abdomen tocando el centro del volcán. Echa su cabeza para atrás gimiendo placentera y dolorosamente. No se sentía muy normal, el placer era mayor debido al control y Druig también podía sentirlo.

— Si me hubieses dicho desde la primera vez que te sentías así, créeme que te hubiese dejado sin caminar durante 1 semana — sonríe egocéntrico.

Su piel se eriza y el frío de la noche desaparece comenzando a sudar y sentirse atrapada por el golpe de calor. Mueve su mano sin parar y muerde su labio tratando de no ser tan escandalosa. Arquea su espalda.

— No, no, no... Quiero verte en primera fila — murmura Druig dejando de controlarla, Aleska se levanta y va hacia él sentándose en su regazo dándole un beso totalmente necesitado.

Los dedos de su compañero se deslizan por sus pliegues embistiéndola con ellos. La diosa aguanta sus quejidos.

— No grites tanto, nos pueden escuchar, mi vida... — dice el chico entre sus labios.

— E-entonces deja de torturarme así... — se separa y cierra sus ojos tapándose la boca para evitar ruido— mierda, mierda, Druig...

Su cuerpo se cansa cuando siente el nudo en su estómago deshacerse. Sin embargo, aún sentía que le faltaba algo. El telepata besa su cuello a mordiscos bajándose los pantalones hasta las rodillas. Aleska da un vistazo a su alrededor procurando que esa vez las cortinas sí estén cerradas.

Druig le quita la camisa dejándola desnuda frente a sus ojos, mientras él sigue con sus prendas. La diosa se sumerge en su longitud y salta en su regazo. La agarra de la cintura ayudándola en sus movimientos.

— Eso, rayito, sigue así— susurra en su oído jadeando— sólo yo puedo complacerte ¿verdad, mi pequeña luz?

— Druig... — gime en respuesta, él sonríe tomándola del cuello, acción que la hizo sentirse muy satisfecha. Mira al techo con sus ojos nublados del placer.

— Ni se te ocurra detenerte.

Sus piernas comenzaron a cansarse y su trasero a doler horriblemente, pero ni siquiera eso iba a hacerla parar. El telapata acaricia su cuerpo disfrutando de sus expresiones de excitación. La toma fuertemente y alza sus caderas repetidas veces haciéndola llegar otra vez. Aleska, cegada de la lujuria, se pone de pie y se arrodilla a su frente

— ¿Una diosa arrodillada frente a alguien? eso es nuevo... — exclama el telepata cerrando sus ojos al sentir su mano.

— Un dios sólo se arrodilla frente a otro dios.

Él le da una sonrisa ladeada y suelta un gemido repentino al soltar su semilla. Aleska le besa. Druig la carga hacia la cama donde la recuesta encima suya abrazándola.

— ¿Crees que nos hayan escuchado?

— Me importa poco. Soy el jefe de la aldea, no me van a echar por coger.

Aleska suelta una carcajada sin evitarlo. Él le da un último beso en los labios para dormir.




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𝐄.𝐓 | Druig 《 completa en español✔︎ 》Where stories live. Discover now