-Maravilloso, no solo en estrategia militar, sinó tambien en materia logística...si hubieramos contado con el apoyo del reino hechicero antes hubieramos terminado la guerra en algunos meses-

Seregodeó Rudersof sosteniendo su habano suavemente frente a su rostro.

-Nos sobreestima demasiado general, tan solo hicimos una observación obvia a la que eventualmente ustedes hubieran llegado igualmente.

Las miradas de ambos generales se toparon con cuidado, antes de regresar a la mesa frente a ellos.

Apenas y pudieron revisar alguna documentación extra, pues enseguida uno de los asistentes del mando llevó una nueva hoja de papel, la cual Zettour tomó con calma.

"Reporte del avance en territorio hostil, nombre clave (Tormenta del desierto)"

Finalmente el reporte que tanto habían estado esperando llegó hasta las manos del mando estratégico, siendo leido con impasiencia por su poseedor, pero lo que se esperaba fuera una demostración de abrumador poder militar se tornó en algo más.

El rostro de Zettour se volvió serio a cada palabra pasaba por sus ojos al punto en el que su amigo pudo notarlo.

-Que pasa...Estamos estancandonos de nuevo?-

Como si su compaero del alto mando pudiese leer su mente, el general no tuvo más opción que entregar el papel para compartir l información.

-Algo así...-

Esta vez fue Albedo quien se integró a la conversación.

-Sucede algo general?-

Reclinándose en su silla, el hombre decidió hablar.

-Parece que la Unidad Salamandra está teniendo problemas en el imperio Turko-

-Aunque tampoco podemos ignorar su prometedor avance-

Ambos lideres militares del imperio parecían cubrirse mutuamente expresando dudas y aciertos a la vez para evitar cualquier enfrentamiento con sus invitados extranjeros, aunque ellos ya habían notado esto de primera mano.

-Podría describirnos la causa del problema?-

Dijo demiruge en calma.

-Claro, nuestros avances parecen que han sido nada menos que asombrosos, pues estamos a las puertas de la federación y de sus vitales recursos...el problema radica...aquí...-

De entre la pila de documentos en la mesa, Rudersof sacó una fotografía tomada claramente por alguna clase de avión de reconocimiento, la cuál mostraba una enorme fortaleza bien abastecida y equipada que resguardaba el paso hacia las planicies del este.

-Un castillo?-

Albedo parecía intrigada en que las fortalezas de su mundo y este fueran tan similares, aunque para ella había una clara deficiencia en las defensas de este.

"Las murallas son muy pequeñas como para evitar incursiones de torres de asedio, las zanjas están mal posicionadas, el patio no tiene coberturas contra arqueros y no parece haber almacenes de suministros para aguantar un asedio"

Aunque parecían errores de un novato, prefirió mantener silencio, pues comprendía que las tácticas de este mundo chocaban directamente contra lo que ella podría determinar como conocimiento lógico.

-La fortaleza del Fao lleva cerca de 200 años resguardando ese desierto y en los últimos 30 años se a adaptado para ser una cerradura que impida la entrada de enemigos a territorios rusos, claramente financiado por ellos también.-

-Esto representa una desventaja estratégica, pues si bien hemos capturado prácticamente todo el país, esta fortaleza ha detenido el avance de la Salamandra como un dique a una ola-

Una nueva fotografía fue colocada sobre la mesa, esta vez el castillo estaba parcialmente en ruinas, el patio estaba deformado por explosiones, los muros interiores derribados por la artillería, parapetos, escaleras y cualquier estructura reconocible anteriormente había desaparecido, pero curiosamente las baterías de artillería seguían en pie, al menos algunas de ellas; sin mencionar las murallas externas.

-La Mayor Degurechaff es inexperta aún y cuenta con un número limitado de tropas para conquistar toda una nación, entendemos que sus líneas de suministro estén demasiado estiradas como para mantener un asalto prolongado, sin mencionar que seguramente sus tropas deben estar exhaustas.-

Demiruge miró las fotografías con detenimiento, sabía que una fortaleza así caería con una carga bien posicionada, pero viendo la potencia de fuego moderna era claro que unas pocas docenas de soldados pudieran detener a un ejercito entero.

-Supongo que la mejor forma de proceder será usando eso...-

El comentario despreocupado de Zettour llamó la atención de ambos demonios.

-A qué se refiere general?-

Ambos amigos sonrieron internamente, tenían a sus invitados justo donde querían, pues más allá de simples asesores, querían que se involucraran con el imperio lo más que fuese posible.

-Es un arma experimental que hemos estado probando, pero esta será su primera prueba de campo, en cualquier caso...-

El general extendió un informe acoplado a una carpeta con un sello imperial de color rojo, dentro no solo había papelería, sino fotografían, estadísticas y observaciones del personal científico...un tesoro para cualquier demonio de alto intelecto.

Mientras los ojos de Demiruge leían la documentación, una sonrisa se formó de manera inconsciente en su rostro.

"Estos humanos en serio...son bastante interesantes..."

-Ciertamente esta parece una opción plausible, pero...en vista de que los recursos destinados a esta operación son limitados, qué tan rápido podemos realizar esta entrega?-

Preguntaba Rudersof a su compañero en lo que claramente era una pregunta retórica, la cuál fue interceptada por la propia albedo que sostenía su oído con elegancia.

-No se preocupen caballeros, se están entregando en este momento-

A la respuesta de albedo ambos generales sintieron un escalofría en sus espaldas, pensando arrogantemente que tenían a los enviados del reino hechicero en dónde querían; con esa simple afirmación Albedo, sin miramientos ni disimular, dio un mensaje muy claro.

"Estamos en todos lados...y lo sabemos todo"

Mientras la amargura de sus corazones finalmente comprendía la inferioridad de sus tácticas ante seres fuera de la lógica, un portal abierto en el desierto entregaba varias cajas a las tropas de Salamandra.

Soldados del mando que apoyaban a la rama científica acarreaban las pesadas cajas que depositaban junto a la artillería de infantería, entregando también trajes sellados herméticamente a los operadores de las armas pesadas, pues en cada caja se leía un letrero con letras amarillas sobre un sello imperial rojo.

"ADVERTENCIA GAS MOSTAZA"






Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now