- Es normal, se llama resaca.

- Es mucho más fuerte que la última vez.

- Porque mesclaste muchos tragos, además bebiste mucho más. – suspiro. – Pero todo va a estar bien.

- ¿Con que cara mirare a Sabrina ahora? Le dije que si hijo lo hace bien... más que bien. – dije como recalque en el video.

- Con la única que tienes. – me beso de nuevo. – Tienes que calmarte, no es el fin del mundo.

- Yo no soy así... no... ya basta con el alcohol, no me ofrezcas nunca más. – le dije serie. – No vuelvo a tomar ni una sola gota de alcohol...

*****

Cuando estamos aquí en la fiesta después de la boda, Sarah me recalca en la cara lo que dije mientras estaba borracha, la miro seria en estos momentos. No es para nada gracioso.

- Sarah, ya no me jodas más.

- ¡Uh...! La querida Miel que conozco no dice groserías.

- La Miel que conoces no bebe. – dije viendo su margarita.

- ¿No quieres? – me pregunta y eso es muy tentador, la verdad es que la de ayer estaba muy rica.

- No, no quiero... estoy bien con mi juguito de naranja. – dije levantando mi vaso de coca cola.

- Bueno, como quieras. – se encoje de hombros.

Sarah tiene ahora un vestido negro con brillos, muy distinto al de ayer, su cabello es liso y lo lleva suelto. Tiene un maquillaje oscuro con un labial color vino. Yo estoy con el cabello rizado un maquillaje sutil en los ojos y un labial rojo fuerte, mi vestido es negro y largo, cuando camino muestro una pierna, mis tacones por lo menos no son iguales a los de ayer, estos son altos pero no tantos. Y eso o agradezco.

Lukas está habado algo con Eduardo en estos momentos, por lo que me contaron le dije anoche que él me hizo una canción muy buena, y que le diera la oportunidad. Le pedí una gran disculpa a los novios, y a Lukas por todo lo que dije y por lo que paso. Pero la verdad es que ni Sabrina ni Eduardo se enojaron, me dijeron que la gente disfruto mucho ese brindis y que no me arrepienta de lo que paso.

Ahora estoy sentada en una mesa comiendo pastel, Sarah se fue con Henry, así que me quede aquí sola. No es como que me emocione mucho, pero tengo que esperar hasta que Lukas termine de hablar con su padrastro.

- ¿Muy solita? – volteo y veo a Kevin.

- Hola... y la verdad es que un poco. – le sonreí.

- ¿Lukas te dejo sola? – miramos como habla. – Mi padre siempre tan amable...

- ¿Qué?

- ¿No sabes de que hablan? – me mira confundido pero a la vez divertido. – Anoche le dijiste que toca, que te hizo una canción... mi padre le dio curiosidad entonces quiere escuchar la canción, ahora Lukas se está negando por algún motivo.

- ¿Por qué se negaría?

- No lo sé, dímelo tú. – se encoje de hombros. – De todos modos conociendo a Lukas dudo que acepte.

- ¿Por qué lo dices? – me comenzó a dar curiosidad.

- Pensé que Lukas ya te había contado la historia de cómo nuestros padres se conocieron, como sé que es un cobarde por decirlo de alguna manera. – le presto más atención. – Le tiene miedo al fracaso, por eso no se arriesga, creo que no conoce el dicho que dice: El que no arriesga, no gana.

- Ya sabía que Lukas era un poco inseguro... pero ¿tanto como para perder una oportunidad como esa? Él ama la música, puede crecer en el mundo musical con ayuda de Eduardo.

- Mira... todo tiene un porqué, la razón por la que Lukas es como es. – lo miramos.

- ¿Me dices porque Lukas es así? Tú lo conoces desde hace mucho antes que yo.

- No me corresponde hacer eso, lo siento Miel. – suspiro. – Pregúntale, dile que sea sincero contigo y vas a entender porque se droga, porque ama la música... porque es tan inseguro consigo mismo, la razón por la que odiaba a su padre.

- ¿Lo odiaba? – pregunte sorprendida.

- Miel, tienes que hablar con él... yo no puedo decirte esas cosas tan personales. – no dije nada, vimos como Lukas se acerca a nosotros.

- ¿Es tuyo? – apunta la bebida de Kevin.

- Emm... sí. – dice y Lukas se lo toma al seco, hace una mueca y me mira.

- Iré por algo para tomar, vuelvo en seguida. – no dije nada y vemos cómo se va.

- ¿Qué era lo que tenía ese vaso? – le pregunte mirándolo un poco preocupada.

- Un muy fuerte wiski, que... bueno le va a pegar muy fuerte porque se lo tomo al seco. – me mira mientras se muerde el labio.

- ¿Crees que deba preocuparme? – le pregunte con sinceridad.

- Creo que sí... - me paro y voy hacia donde fue Lukas.

Lo veo con un vaso en la mano y otra vez se lo traga al seco, tomo su vaso y lo alejo. Me mira confundido y puedo ver sus ojos un poco rojos.

- Lukas... creo que deberías parar. – dije acariciándole la mejilla.

- Miel pro favor...

- Me toca a mí cuidarte, no deberías continuar. – me acerco.

- Yo voy a beber si quiero, tengo un buen aguante ¿lo olvidas?

- Pero... no es el hecho de que bebas lo que me preocupa. – me muerdo el labio preocupada. - ¿Qué fue lo que paso con Eduardo.

- Lo que paso es que es un entrometido de mierda, eso fue lo que paso.

- Lukas no creo...

- Miel no sabes nada, en esto por favor no te metas. – me habla con toda la calma que puede tener, toma su baso y se va.

Lágrimas de miel. #1Where stories live. Discover now