— ¿Qué es en serio?

Hera estaba perdida.

—Iremos al karaoke.

— ¡¿Qué?! —Gritó moviendo las manos exaltada antes de señalarse a sí misma — ¿para eso me hicieron ponerme vestido?

Todos nos reímos.

•· • ♥ •·•

Llegamos al lugar con comida y licor para hundirnos en locura sin importarnos una mierda el bienestar de nuestros riñones. Nos habíamos separado para poder transportarnos así que cuando entramos ya la mitad de nosotros había llegado y adelantaron el proceso pagando muchas horas en la pequeña habitación que sería nuestro hogar de locuras.

Al momento de cruzar la puerta me sentí abrumada. Era una habitación cerrada, pequeña y oscura con luces de colores en el techo. El televisor que nos mostraba letras de canciones. Las paredes cubiertas de manera que fueran insonoras. Un gran sofá y una mesa en frente donde dejamos nuestras cosas. Éramos demasiados en poco espacio...

Sentí su mano entrelazarse con la mía antes de que dejara un beso en mi frente que rompió la burbuja de pánico en la que me estaba encerrando.

Al mirarlo me dio una dulce sonrisa de labios cerrados que calentó mi pecho haciéndome sentir segura, recordando aquella vez que me ayudo a superar el ataque de pánico en la feria.

Si estábamos juntos las paredes no podían aplastarnos.

Y estábamos todos juntos.

Así que nos unimos al grupo tomando asiento en el sofá, cada uno tomando una hamburguesa y soda para comer primero que nada.

—Bien, como todos cantan deberíamos hacer un juego o algo así —sugirió Kwang.

Él le dio un enorme mordisco a su comida y pareció aparentemente mucho más relajado que la primera vez que le vi. Aunque seguía pareciéndome intimidante, lucía menos amenazador.

—Deberíamos separarnos en equipos —propuso Auggie con evidente emoción —que el equipo contrario elija las canciones del otro y así sabotearnos un poco.

—Yo que no sé cantar debería ser juez.

—Oh, no —me señaló —tú fuiste la de la idea, no vas a salvarte.

Me reí sin más nada que poder hacer, esperando que esta idea de Parch si funcionara y que estar todos reunidos cantando les mostrara cuanto necesitaban volver a ser Different Worlds. Miré al rubio que aún tenía su mano con la mía, pues estaba demasiado callado, y me inquieto notarlo perdido en sus pensamientos mientras miraba el piso.

Quizás tenía miedo de que no funcionara.

Apreté con fuerza su mano y al conseguir su mirada le sonreí yo a él, mostrándole todo mi apoyo.

— ¡Que empiece la fiesta! —gritó Auggie al ser el primero en terminar de comer, agitando los micrófonos con esmero.

A penas alguno terminaba su hamburguesa era levantado del sofá a la fuerza por el castaño que entregaba los micrófonos y nos animaba uno a uno. Sonreían, y se divertían cantando, saltando, bailando y aplaudiendo. Incluso dejaban de mostrar cuan talentosos eran en ello, simplemente disfrutando y bromeando. Empezaron a beber y los géneros de música cambiaban tan repentinamente que solo podía reír.

Me obligaron a empezar un dueto romántico con Parch que solo lograba sacarles carcajadas, ante lo terrible que era.

Hera incluso se dejó caer al piso sosteniendo su abdomen como una obvia burla a mi falta de voz. A pesar de ello nunca me sentí ofendida. Amaba verlos reír y subirse sobre el sofá para gritar en vez de cantar.

Mirando La Lluvia CaerWhere stories live. Discover now