- Prim, él es hombre y yo... - fue interrumpido.

- Lo sé, y nada me importa menos lo que son, me preocupa lo que sienten ¿Acaso él le corresponde? - Metawin se debatía entre decir la verdad o callar, pero lastimosamente una lágrima cayó por su mejilla, su corazón no daba tregua a tanta angustia.

- Prim, hermana, creo que yo... creo que me he enamorado de él – los brazos de Prim lo rodearon atrayéndolo hacia ella.

- Eso quería saber, desde ahora seré su confidente, Winnie puede confiar en mí, seré la mejor hermana que ha tenido y pierda cuidado, de mis labios no saldrá una palabra. Ahora bien, dígame si él tiene afectos hacia usted o no – ella tiernamente le secaba las siguientes lágrimas que resbalaban por sus mejillas.

- Creo que sí, eso dijo – su voz salió en un hilo.

- Winni – su nombre fue dicho con cariño. Ella besó su frente y lo abrazó.

Después de aquella conversación Metawin se sentía más aliviado, sabía que ella no lo miraría mal y menos lo cuestionaría, podría esperarlo de cualquier persona, pero no de ella, jamás de su familia.

La semana terminó y ese sábado su madre le pide a Metawin ayuda con el invernadero, quería hacer unos arreglos y él feliz la ayudaba. Puso la escalera y comenzó a arreglar unas vigas sueltas, su madre entró por una jarra con agua fría para refrescarse, las flores estaban siendo trasplantadas, era época de hacer injertos, trasplantes y ambos compartían este pasatiempo.

Un estruendo sonó, unos trabajadores corrieron dentro de la casa para dar aviso. La familia enmudeció.

En la ciudad, Bright hacía compras al salir de la oficina, había veces que iba hasta allí en las mañanas a revisar documentos, en ese momento divisó a alguien de la servidumbre de los Opas entrando a la botica en busca del médico, se apresuró a ve...

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En la ciudad, Bright hacía compras al salir de la oficina, había veces que iba hasta allí en las mañanas a revisar documentos, en ese momento divisó a alguien de la servidumbre de los Opas entrando a la botica en busca del médico, se apresuró a ver qué ocurría. Su corazón se paralizó cuando al salir la sirvienta él se acerca a preguntar.

- Disculpe usted, no sé si me recuerda soy Bright Chiva-aree – dijo reverenciando. Ella lo saluda y a su lado, el médico – ¿Ha ocurrido algo en casa de la familia Opas?

Por alguna extraña razón su corazón casi se detuvo.

- Sí señor, vine a buscar al médico, ha ocurrido una desgracia – y ahí mientras ella relataba los sucesos, Bright sintió su corazón paralizarse. El médico alcanza a tomarlo de un brazo antes de perder el equilibrio.

- Perdón, vaya a casa pronto, yo llevo al médico y todo lo que necesite – dijo recuperándose.

El camino se hizo eterno, le pidió al médico que no escatimara en gastos, él los asumía y si era necesario trasladar él haría los arreglos.

Al llegar al hogar de los Opas, entraron rápidamente, como él suponía la sirvienta aún no llegaba.

- Doctor que bueno que ya llegó – dijo el padre de Metawin – señor Chiva-aree ¿Usted aquí? -preguntó y saludó.

Cuestión de orgulloWhere stories live. Discover now