Capítulo 190: Ceguera

Beginne am Anfang
                                    

Cuando estas confesiones se dieron a conocer a la prensa, ya no se utilizó “Lu Zhishu” en los informes, sino el nombre real de la mujer:

Wei Rong.

El patriarca de la familia Wei se sorprendió al saber que esta mujer era la misma Wei Rong que había sido parte de su familia décadas atrás, estaba extremadamente conmocionado y se sintió deshonrado. Así que se ofreció a cooperar con la investigación para demostrar que no había ninguna connivencia entre la familia Wei y esta mujer, y que este asunto les era completamente desconocido. A sus ojos, Wei Rong ya estaba muerta desde hacía mucho tiempo, y esta mujer que estaba tan loca, al punto que había llegado a perjudicar a su propio sobrino, Wei Dongheng, para conseguir sus objetivos, ya no podía considerarse miembro de la familia Wei en absoluto.

En cuanto a los padres de Wei Rong, hace tiempo que habían fallecido por el dolor de la pérdida de su hija, y todo el mundo decía que Wei Rong ni siquiera sentía nada por sus propios padres, lo que demostraba que había perdido completamente su humanidad y que sólo se tenía a sí misma en su corazón.

Lo que resulta aún más irónico es que su hijo, He Li, al que había mimado durante años, nunca volvió a preguntar por la situación de su madre después de este encuentro, del mismo modo que ella había hecho en aquel entonces.

Al día siguiente de la colocación de las tumbas de Xie Ping y Zhou Muying en el Cementerio de los Mártires, la policía concedió un permiso especial para que el hijo superviviente de las víctimas, Xie Qingcheng, se reuniera con Wei Rong.

Para entonces, habían pasado exactamente veinte años desde el asesinato de los dos oficiales.

***

La sala de reuniones estaba a oscuras, la única luz encendida era la de una lámpara incandescente sobre la cabeza de Wei Rong, que le daba de lleno en la cara. Estaba en un estado muy pobre, casi como si se estuviera volviendo loca, y los golpes de los últimos diez días le habían hecho perder peso rápidamente, su piel colgaba flacidamente sobre sus huesos, haciéndola parecer un fantasma malvado que volvía en un disfraz.

—Ella no se diferencia de una lunática ahora, y sus palabras pueden ser bastante agresivas —Zheng Jingfeng no pudo evitar recordárselo a Xie Qingcheng antes de dejarle entrar.

— Lo sé — dijo Xie Qingcheng, que ya podía ver su locura desde fuera de la puerta con vidrio blindado

La puerta se abrió.

Wei Rong volvió de su letargo autoimpuesto y miró fijamente a Xie Qingcheng que estaba frente a ella, mirándolo aturdida durante al menos diez segundos, luego inclinó la cabeza hacia arriba y de repente se empezó a reír.

—¿Profesor Xie...? jajajaja… realmente no te reconocí… viendo como te ves ahora… me hace muy feliz…jaja… jajajaja

—La señora Wei realmente ha cambiado mucho.

Wei Rong no esperaba que él tomara esa actitud en cuanto abriera la boca, y mostró ligeramente los dientes con una amplia sonrisa— tú ...¿realmente puedes seguir pretendiendo estar tan tranquilo y hablar así?

Xie Qingcheng le dijo— Puedo.

Wei Rong—...

Unos segundos después, ella rechinó los dientes, su mirada venenosa parecía capaz de desprender capas de la carne y la sangre de Xie Qingcheng y dijo— ¡Ridículo! Ese hijo de puta… Por alguien como tú…. Psicópata autodestructivo…¡Lo calculo todo! ¡Ridículo, ridículo, ridículo! ¿Qué es lo que vale la pena de tí? Eres viejo, desalmado, y todo tú eres una bolsa de mierda ... ¡Mierda! Ese hijo de puta sólo podía parecerse a una semilla nacida de esa perra.

Libro de Casos ClínicosWo Geschichten leben. Entdecke jetzt