Capítulo 11 Mordida

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Subió la mano libre y la colocó debajo de la almohada encima de su cabeza, utilizando la de soporte para las cámaras, pero intentando abrir el móvil sin que se dieran cuenta.

Utilizó sus uñas para clavarse entre la carcasa del móvil y la abrió, tirando de ella con los dedos de una sola mano y moviéndola sólo un poco o sólo lo que había podido en realidad.

Sintió el paquetito en sus dedos y agradeció a todos los dioses que ya estaba rajado por la mitad. Seguramente había sido su primo quien lo hizo, así que no pudo parar de agradecerle en su mente.

- Tan estrecho... - murmuró dejando la boca del Omega quien gemía y gemía por las embestidas de sus dedos.

- Más...más.

Wang se acerco a su oído y comenzo a lamer su oreja, mientras un tercer dedo era introducido de un golpe. Zhan abrió sus piernas aún más, dejándole todo el espacio posible a su Alfa. Apretó los dedos de los pies y cerro los ojos cuando Yibo había tocado algo dentro suyo que le hizo ver las estrellas.

Yibo lo vio también y volvió a acariciar esa zona arrugada que había conseguido tocar con sus dedos.

- Más. Más. Más. - murmuraba entre placer y necesidad. Zhan estaba hecho un lío.

Quería deshacer el nudo de su estómago que no dejaba de tirar.

Así que Wang no podía esperar más tampoco.

- En cuatro. Ahora. - Dijo, con lo poco de cordura que tenía.

Aún debajo suyo y sin darle tiempo a retirar su mano, Zhan se giró y quedó totalmente de espaldas. Sintió unos besos ser depositados en su hombro y como la mano a su costado se arrastraba hecha un puño hacia su culo.

Yibo utilizo los muslos de Zhan para cubrir lo que estaba haciendo. Las cámaras no podían captar su miembro si este lo ubicaba en medio del pelirosado.
Así que en un movimiento rápido, sin avisarle a su pareja, y colocándose el preservativo entre los muslos del menor se posicionó. Aquello había sido totalmente obsceno desde su vista.

Zhan sólo sabía que lo necesitaba dentro. Ya.

Yibo no sabia si las cámaras captaban a color, pero por el modelo que eran, pudo reconocer que su calidad no era la más óptima. Su padre había mandado a colocar mejores marcas en su mansión por lo que supo que el pequeño látex no iba a ser reconocido.

Zhan se retórica debajo de él, apretaba su entrada a la espera del mayor.

Entonces, sintió algo ser presionado allí, y antes de que incluso pudiera pedirlo, Yibo entro. Entro de una manera violenta, rápida y fuerte. Hubiese esperado más si las hormonas no estuvieran revolviéndose dentro suyo como desquiciadas. Zhan no le había pedido que fuera suave tampoco, y por algún motivo él sentía que su pareja estaba preparada para todo lo que debía suceder. El lobo estaba a punto de salir para amenazarle con tal de que estuviera dentro rápido y así había sido.

El menor cayó desplomado en su pecho por el empuje. Apretó su entrada y sintió el miembro de Wang totalmente duro dentro de él, llenándolo y estirándolo de una manera que nunca se hubiese imaginado.

El Alfa que había estado esperando toda su vida sin siquiera saberlo había finalmente entrado en él, y no podía sentirse tan feliz.

Su Alfa.

Zhan gimió contra el colchón.

- Yibo... - y sonrió, complacido. - Alfa.

Todo rastro de humanidad desapareció en Yibo ante escuchar aquello. Dejó a su lobo hacerse cargo desde ese momento, no por no tener experiencia, sino por no poder controlarse más. No quería controlarse más, ninguno de ellos. Dejó que el instinto se hiciera cargo, por lo que se agachó totalmente y pasó su brazo por el pecho de Zhan, apretándolo totalmente hacia él, su espalda tocando su tórax y su mano aferrada a su antebrazo. Zhan levantó la cabeza hacia atrás y la apoyó en su hombro, gimiendo completamente ido, como si estuviera en otro lugar. Las embestidas le golpeaban una y otra vez, sus caderas chocaban y el ruido que hacían era terriblemente morboso. El pelirosado sentía como era llenado completamente en cada sitio, como su Alfa se encargaba de tocar cada parte de él.

A mordidasWhere stories live. Discover now