Capítulo 2 Animal

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Si el blanco hubiese sido un gato, estaría ronroneando.

- Zhan...

Cuando Wang se levantó, Zhan ladró nuevamente, ladeando la cabeza. No le había dicho nada por el lazo pero esperaba que sus ojos fueran los bastantes expresivos para comunicarle a su compañero lo que quería. Comenzó a moverse y a juguetear, mordiendo las fauces del negro y saltando de repente en sus cuatro patas, luchando para poder quedar ahora él mismo arriba de Yibo.
Cuando sus ojos volvieron a conectarse, Zhan bajo sus orejas y comenzó a llorar como canino sobre su Alfa.

Y este le lamió el hocico, moviendo la cola debajo de ambos y ladeando esta vez su cuello. Entendiendo el mensaje.

No era común que Alfas expusieran su cuello ante sus parejas, casi nunca pasaba. Ante un Omega mucho menos. Pero Wang amaba al lobo encima suyo, y haría cualquier cosa por él. Dejarle su cuello expuesto no significaba solo sumisión allí, sino que traía la confianza consigo. La misma confianza que Zhan le había entregado.

Así que el Omega no dudo en meter su hocico en el cuello de su pareja y olisquearle, imprengándose en su aroma y lamiéndole de arriba hacia abajo, totalmente feliz, lleno de alegría y con el lazo más fuerte de lo que alguna vez había estado.

Entonces, la puerta sonó. Y fue allí cuando ambos prestaron atención a las voces.

- "Fan Xing y Yubin estan en la puerta."

Fue Zhan el primero en salir corriendo. No se percató del ladrido de Yibo ni le importo los guardias que habían abierto la entrada y palpeaban a los huéspedes como era la rutina. El Omega simplemente saltó sobre su hermano, quien gritó por la sorpresa y fue a parar al piso. Se asustó cuando comenzó a sentir su cara ser lamida de arriba hacia abajo por un lobo enorme. Estaba aterrorizado, pidiendo por Yubin. Y fue cuando el animal paro todo y bajo sus orejas, casi llorando, que recordó que ahora ese era Zhan. Su hermano mayor, el muchacho de cabellos castaño y la mejor técnica de pelea del país. Xiao Zhan. Su manada.

- Zhan... - murmuró, casi en shock. No se acostumbraba aún a aquella imagen de su hermano ni mucho menos a la de el Alfa que venía caminando hacia ellos, más grande que el blanco y mucho más imponente. Eran dos lobos grandes frente de ellos y eran su familia.

- ¿No puedes...ya sabes...no...? - trato de preguntar Fan Xing, mientras miraba a su hermano con los ojos curiosos. Zhan negó y paso su pata delantera por su cara, mientras lloraba. No sabía como dejar de ser lobo y todavía no lo había averiguado.

Yubin y Fan Xing se sentaron en el sillón mientras Yibo se sentaba enfrente de ellos. Pero el lobo blanco simplemente saltó en medio de los dos y apoyo su cabeza en el hombro de su hermano, mientras este le acariciaba detrás de las orejas. Yibo sonrió cuando su primo le miró, como pidiendo que le quitara el trasero de su pareja de su cara. La cola blanca le pegaba en el pecho y cara pues Zhan no dejaba de moverla.

- Debe sentirse genial poder ser un lobo. - Hablo Yubin. Zhan ladró en afirmación y Yibo también lo hizo.

- ¿Crees que nosotros...? - murmuró el castaño mientras miraba a su pareja a través de la bola de pelos blanca. Yubin no respondió y miró a su primo.

- No lo sé, A-Xing. Todavía están haciendo las investigaciones.

Yibo gruñó, ladrando hacia la cámara que se encontraba sobre sus cabezas. Odiaban los experimentos y el ser controlados. Odiaba el daño que le hacían a su pareja y odiaba a las personas que le veían como una especie de criatura de circo.

- Pronto saldremos de esto, Zhan. Mamá...

El Omega ladró.

- ¿Mamá? - el lobo asintió - Ella está bien. Aún no cree todo lo que está pasando, y hasta que no pueda sentirte así, va a seguir pensando que es una broma de mal gusto. Pero a veces pienso que es mejor así...que no sepa todo lo que está pasando.

La voz de Fan Xing siguió disminuyendo, mientras sentía la mano de su Alfa tocarle. Zhan lloró y colocó su frente en el pecho de su hermano, tratando de darle tranquilidad mediante su lazo. Odiaba no poder proteger a su hermano pequeño y no poder decirle con palabras que todo iba a estar bien. Poder calmarle y hablarle de la historia antigua y contarle datos curiosos de la gente que ya murió. Tratar de hablar de otras cosas nerds hasta que se quedaran dormidos entre sus brazos. En la misma cama.
Trató de calmarle y abrazarle por su lazo. Transmitiéndole todo el amor que sentía por él.

- ¿Cómo les decimos que planeamos sabotear todo? - pregunto Wang por su lazo, y Zhan movió su cola.

- Debemos hallar la manera de no ser escuchados.

Fan Xing se recomfortó y sonrió, como pudo.

- Nos dijeron que son famosos. - Les contó el pelirrojo - que las cámaras lograron filmar los momentos claves y que ahora los vídeos están por todo Internet. Incluso hay gente acampando fuera de las instalaciones.

Zhan se bajo del regazo de su hermano y se sentó al lado de su compañero, quien le recibío lamiéndole la cara.
A-Xing dejó salir una pequeña risa, y a Zhan se le aguaron los ojos.
¿Los lobos podían soltar lágrimas?

- Incluso hay rumores de gente que logró convertirse en su animal también - habló ahora Fan Xing, pensando - pero fueron desmentidos a las pocas horas.

- La sociedad está desesperada por ver que sucede con ustedes luego.

- Necesitamos tener a la mayor cantidad de personas posibles de nuestro lado. - Le comunico Zhan por el lazo, cosa que Yibo asintió. Pero ambos estaban complicados, ya que no tenían conexión con el exterior. Los guardias y las cámaras les rodeaban todo el día, sin conexión, sin televisores ni nada. Estaban en problemas si querían planear algo.

- Debemos tener mucho cuidado, Zhan. Pueden quitarnos todo.

- Tardamos mucho en encontrarnos para que nos separen otra vez.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un irritante pitido, que le llenaba los oídos de los lobos. Era irritante y agudo. Como si hubiese sido pensado para molestar a los lobos en específico.

- Mi reloj está sonando... - habló Yubin, mientras le daba una mirada a Fan Xing. Aquél aparato le indicaba que el horario de visita había terminado y tenían que irse, pero ninguno quería separarse. Eran una manada alejada y se necesitaban para estar bien.
Ambos lobos se acercaron a su familia y comenzaron a lamerles la cara.

Nadie quería separarse, pero cuando los guardias entraron por la puerta fue inevitable. El tiempo había acabado.

A mordidasWhere stories live. Discover now