La mujer paro frente a ella con las manos en la cintura y la cara seria en señal de regaño.

Otra vez.

- ¿acaso tendre que volver a repetirte lo mismo? Tu sabes perfectamente que.......

Mahidevran suspiro profundamente escuchando el regaño de la mujer mayor.

Otra vez.

Ya era una rutina, ella trataba de escapar, Elmas la buscaba, ella no se presentaba a comer, Elmas la buscaba y la regañaba.

Así ha sido desde el primer año en que llegó al palacio.

Elmas había sido su refugio y su consejera, su sostén para seguir con vida y ella era lo mismo para Elmas, y poco a poco, a pesar de que ninguna lo dijera en voz alta, se convirtieron en lo más parecido a Madre e hija.

- Elmas - susurro con dulzura - solo estaba leyendo aquí, tranquilamente en el patio, este pequeño libro de poemas....

- ¿acaso crees que puedes mentirme? - corto la excusa de la castaña - se perfectamente que ese libro ya lo has leído por lo menos unas 20 veces...

- Aun asi me gusta leerlo otra vez.

- No mientas.

- No miento - trato de parecer dulce.

- ¿me vas a decir la verdad o tengo que regañarte mas? - se miraron fijamente y Mahidevran fue la primera en rendirse.

Suspirando a profundidad le indico a la otra mujer que se sentase a su lado y así lo hizo.

- La madre sultana me envió una carta de nuevo...

- ¿que te dijo esa bruja?

- Elmas - regaño lentamente.

- Tu sabes que tengo motivos - se defendió como una niña - y si es una bruja.

- ¿Vamos a hablar de nuevo sobre eso o te cuento lo que decía la carta?

La otra hizo una mueca de disgusto.

- Cuéntamelo todo ¡todo!

- Pero tranquila...

- Estoy tranquila - se cruzó de brazos.

- Siempre te alteras...

- ¿me lo contaras o quieres que de verdad me altere?

La castaña rodó los ojos y empezó a decir sobre la carta.

- Nada nuevo - contó - que no ha podido escribirme por estar ajetreada, me envió otro regalo, ¡oh! Y que vendrán nuevos guardias hacia aquí esta semana.

- ¿nuevos guardias? ¿Tan siquiera serán atractivos?

- ¡Elmas!

- ¡no seas aburrida! ¡Tomalo con humor Mahidevran!

- Si no te conociera diría que lo dices enserio....

- ¿Quién dice que no es enserio? Talvez venga un guapo y apuesto joven que te atraiga y asi por fin olvides al patán de Suleyman.

- Elmas, tienes que comportarte.

- ¡nop! - negó como niña - piensalo bien Gülbahar, un atractivo hombre que llame tu atención y que te ame...

- sabes que eso es imposible, Suleyman y....

- ¿y porque tendría que enterarse el pelón?

- ¡Elmas! No hablaremos de nuevo sobre eso,ademas, siento que me dará una gran migraña mejor me...

La rosa del Sultán. Where stories live. Discover now