IV

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Bajas las escaleras nerviosa, tu vestido te cubre apenas arriba de las rodillas, un escote en V deja al descubierto los pechos que por años has tratado de ocultar, tú cabello lo peinaste de tal forma que rizos perfectos caen por tus hombros, utilizas después de años unas zapatillas negras de 10 cm de altura, tus ojos delineados de negro te hacen ver casi como una mujer fiera y tus labios rojos carmesí simulan a los de una femme fatales dispuesta a todo.

Es increíble como un disfraz como ese puede hacerte ver casi segura de ti misma, como la mujer que siempre has querido ser. Al mirar a Cristopher sientes una punzada en tu pecho, el se ve tan apuesto con ese traje negro, sus ojos azules agua marina y su rostro recién rasurado que por un momento sientes unos celos que te carcomen el alma al saber que otra mujer besará al hombre que amas.

-¿Estás lista?- te pregunta tomándote de la mano

-No estoy segura- respondes nerviosa

-Todo saldrá bien, gracias por esto... Te amo- se acerca con una enorme sonrisa a tu rostro y te besa casi con amor sincero

Salen de la casa tomados de la mano y se suben a una camioneta Mercedes Benz color negro, sientes con tus dedos la suavidad de los asientos y un escalofrío recorre tu cuerpo. La camioneta avanza en silencio mientras vas dejando atrás aquél vecindario humilde dónde has vivido durante años, cada kilómetro que pasas observas como el paisaje cambia y cada vez todo se vuelve más lujoso.
Durante todo el camino Cristopher y tú no hablan, ambos tienen miedo de hacerlo, se encuentran nerviosos y en silencio meditan si es lo correcto lo que están a punto de hacer.

Después de unos minutos llegan a un residencial de casas de lujo, pasas mansiones y mansiones, es difícil de creer que alguien pueda habitarlas hasta que finalmente llegas a un portón negro. Este se abre dejando entrar a la camioneta y dejando a la vista un enorme jardín lleno de rosas rojas.

-Creo que debemos irnos- respondes asustada al ver la casa donde tus próximos amantes residen

-¿Por qué?- tu marido responde desconcertado

-¿Te das cuenta el lugar en el que estamos?, ¿El tipo de gente con la que vamos a salir?, Esto es imposible... Que la gente como ellos y como nosotras pueda tener una convivencia de este tipo.

-No podemos echarnos para atrás Paget, ya hemos dicho que si y ya estamos aquí. Tenemos que seguir adelante, te prometo que no pasará nada.- él intenta calmarte

Él chófer se baja de la camioneta y camina directo a abrir tu puerta, sales de la camioneta y frente a ti te encuentras con un portón de madera con ventanales enormes, ahí parados está Kate y Gerard.
Sientes como una emoción recorre tu estómago al ver a ambos parados frente a ti sonriéndote, Gerard con un traje negro, una camisa gris, su rostro hermoso y su cabello y barba rubia te miran de arriba abajo, mientras que Kate con un vestido negro te mira con seriedad.

Te quedas atónita al mirarla, se ve tan... hermosa, te sonroja se saber que la has mirado de esa forma, con ese gusto, con esos nervios, con esa felicidad. 

-Al fin están aquí- Gerard se acerca a tu marido y le da un fuerte abrazo

-Paget, te ves hermosa- él se acerca a ti y te besa en los labios

Te quedas en shock, Kate saluda a Cristopher con un beso en los labios y con una sonrisa se acerca a ti.

-Que hermosa estás, me encanta tenerte por aquí- responde con sensualidad y te da un beso despacio en los labios.

Notas como Cristopher no les quita la mirada, sabes que aquella acción le ha gustado y le ha excitado, cuántas veces no soñó con tener a dos mujeres para él solo.

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