Consciente de su debilidad, mi prima no se acercó,defendiéndose a la sombra ante la biblioteca, el mueble más robusto de la casa.

—Len tenía que conocerte primero para poder presentarnos —prosiguió—, pero todo salió al revés.

— ¿La enviaste tú?

—La primera vez, sí —confesó—.

Luego, supongo que fue ella quien asumió los riesgos.
Cuando empezó a mentir.

Observó cómo los ojos de Kara se apartaban de los suyos, recelosos de mostrar el dolor que aún sentían.

¿Sabes? Es fácil creer que tener miedo y ser cobarde son la misma cosa, pero no es cierto —empezó Sam acercándose a la mesa—.

Y tú no conoces la vida de mi prima, la chica callada y sumisa que nunca desobedeció una norma, la que siempre ha caminado por la vida de la mano de unos padres que han examinado y controlado cada una de sus decisiones para corregirlas mucho antes de que llegase a equivocarse.

Tenía aspecto de asustadiza y, sin embargo, a pesar de la presión, Lena siempre fue capaz de trazar un camino propio, como cuando se empeñó en estudiar arte en vez de administración de empresas, o cuando prefirió un curso de fotografía al master de gerencia en el extranjero.

Hay algo en ella, un impulso, una especie de aguijón que la estimula y la mueve hacía donde realmente desea estar, hacia las personas que quiere.

Por eso viene a verme cada año en contra de los deseos de su madre, y por eso se ha enamorado de ti, porque no ha querido evitarlo.

Kara se colocó nerviosamente el flequillo antes de responder.

—Eso no justifica las mentiras —declaró—.
Mirar a los ojos de alguien y no decirle lo que piensas, ni cómo te sientes en realidad. No se puede estar al lado de alguien en quien no puedes confiar.

Había hablado con tanta tristeza que Sam vislumbró en ella, por primera vez, un punto vulnerable.

—Es como cuando dejas de moverte para no espantar una mariposa—trató de responder—.

¿Cuántas veces has querido que las cosas fuesen distintas y, para lograrlo, sólo has tenido que fingir que lo eran?
A veces, mentir es sólo una forma de imaginar, una manera de poder realizar nuestros sueños, tan lejanos y diferentes a nosotros mismos que parecen inalcanzables, a menos que vivamos esa mentira.
No se trata de engañar, ni tampoco de dañar a nadie; se trata de intentar vivir. Lena tan sólo intentaba vivir.

Sam entonces se detuvo. Una profunda inquietud había atacado con tanta fuerza sus reservas que huyó repentinamente hacia el ventanal buscando luz.

—Estos días he descubierto algo sobre mí que no sabía — confesó—. Mi falta de valor siempre me había pasado inadvertida. La cobarde que llevo dentro ha tenido la culpa de los peores momentos de mi vida, pero, sobre todo, he entendido que los cobardes siempre perdemos lo que más nos importa. Hace años
perdí a Lena y, esta vez, de alguna forma, te he perdido a ti.
Quizás el destino ha querido demostrarme que no puedo seguir escondiéndome. Quizás ustedes son la prueba de que, sin coraje, no se puede amar la verdad.

Se giró como si regresase a la conversación desde algún lugar muy lejano.

—No defiendo el comportamiento de mi prima—prosiguió—. No debió mentirte.
Pero ella no estaba preparada para encontrarte.

Esta es la primera relación fuera de su noviazgo y, además, con una mujer. Ha sido demasiado
inesperado y también demasiado intenso, como querer controlar un coche sin frenos. Y cuando los sentimientos llegan a estar por encima de la razón, no puedes pensar con lógica.
Simplemente, no puedes hacerlo.

10 Días para KWhere stories live. Discover now