Capítulo 169: Te niegas a verme

Start from the beginning
                                    

Esta noche, Li Miaoqing se sentó en su propia casa, escuchando el movimiento de la puerta de al lado y recordó cuidadosamente las muchas cosas que sucedieron antes: ella no era tonta ni ingenua, los botones de la ropa de Xie Qingcheng y el chupetón en el costado de su cuello, la sangre en su boca… definitivamente, no pudieron haber sido dejados por una mujer.

Reflexionó durante mucho tiempo y poco a poco en su cabeza una figura apareció gradualmente.

Era un joven que no regresó a casa en Nochevieja, tuvo que quedarse al lado de Xie Qingcheng. El joven se veía muy bien educado en el largo banquete de mesa y todos los vecinos estaban ansiosos por presentarle a alguien; éste sonrió y los rechazó uno a uno, pero parecía mirar vagamente a Xie Qingcheng.

Más tarde, cuando Li Ruoqiu regresó, el joven dejó de comer y esperó frente a la puerta de la casa de Xie Qingcheng, como si tuviera miedo de lo que podía suceder adentro.

Esa noche, el joven se quedó a dormir en la casa de Xie Qingcheng.

Fue solo entonces que Li Miaoqing se dio cuenta de que el ruido de peleas y golpeteos que escuchó en la víspera de Año Nuevo no se debió a algún tipo de película que le dijeron que habían visto al siguiente día.

Ella incluso había escuchado vagamente el crujir de la cama, golpeando contra su pared esa noche. No pensó mucho en eso en ese momento e incluso pensó que lo habría soñando, pero ahora parece que no fue su alucinación en absoluto.

A la mañana siguiente, vio a Xie Qingcheng y al jóven discutiendo frente a la casa y, una vez que la vieron venir, el joven pareció que quería cubrir algo, de repente, se quitó la bufanda y la colocó en el cuello de Xie Qingcheng…

Li Miaoqing estaba en shock y la taza de té que sostenía en su mano cayó, haciéndose pedazos en el suelo.

No era de extrañar que más tarde, cuando ella quiso que Xie Qingcheng fuera a citas a ciegas, Xie Qingcheng ni siquiera se molestara en ir, y las había estado posponiendo. Resultó que él y ese joven…

Absurdo… esto era demasiado ridículo…

No hubo lamentos provenientes de la puerta de al lado. Xie Qingcheng era un hombre muy fuerte que no derramaría lágrimas fácilmente. Pero Li Miaoqing no pudo evitarlo; de repente, levantó su mano y se cubrió la boca con fuerza, sollozando incontrolablemente mientras las lágrimas salían de sus ojos.

¿Cómo pudo Xiao Xie ser tan ignorante? Ese joven, que era de una segunda generación de gente adinerada, que ni siquiera tenía más de veinte años y que a primera vista parecía un playboy, ¿cómo podría una escoria como esa mostrar sinceridad hacia los demás y cuidar de las personas? Él, ¿qué rayos estaba pensando?, ¿cómo pudo enredarse con un chico así? [2]

Li Miaoqing cerró los ojos. Las lágrimas seguían cayendo.

***

Separados por una pared, Xie Qingcheng estaba acostado en su cama con la ropa puesta. Obviamente, nunca había empezado una relación con He Yu, por lo que no se podía decir que habían tenido una ruptura. Pero quién iba a saber que esa separación, que no era una ruptura, sería más dolorosa que la ruptura real de una pareja.

Reprimió en silencio sus emociones y levantó la mano para encender la lámpara de noche que estaba junto a la cama.

Era una lámpara que imitaba las luces y las sombras del fondo del mar y proyectaba unas tenues medusas en su luz.

Xie Qingcheng se quedó acostado sólo mirando a esa luz durante toda la noche. El teléfono móvil, que descansaba sobre la almohada, estuvo siempre encendido y los datos que se reflejaban eran los del monitoreo de la pulsera de He Yu.

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now