𝕯𝐈𝐀𝐙 ▹ COBRA KAI (+18) ✔️

𝒊𝒊𝒊. CATRINA

—Oh, señor LaRusso —le saludó ella, a sabiendas que se trataba del padre de Sam—. ¿Puedo ayudarlo? —preguntó con cautela, aún sintiéndose algo insegura sobre cómo debía proceder.

—Estoy buscando a Johnny Lawrence— le reveló él sin mucho problema.

Ella lo miró un poco sorprendida y suspiró antes de alzar la voz en dirección a la oficina:

—¡Papá! ¡Alguien ha venido a verte!

—¿Tu papá?

Daniel se dignó a mirarla bien por primera vez y casi se infartó por la impresión. Se quedó petrificado y con la boca entreabierta por la rubia frente a él. Esta era casi una copia exacta de su más antiguo rival, el tono azulado de los ojos y la sonrisita que tenía en la cara la marcaban como una Lawrence. Pero la forma en la que lo miraba... eso era todo Ali. Lara dejó de sonreír y a Daniel se le fue todo el aire de sus pulmones.

¡Hey! ¿Cómo te llamas?

Ali... con una "i".

Ciertamente... la chica se le parecía, o se parecía a como había sido Ali de adolescente. LaRusso pasó la vista por los brazos que Lara mantenía relajados a su lado. Dedos largos, igual que los suyos... Tez blanca, más incluso que la suya. La mandíbula ya no se parecía tanto, pero los labios eran igual de gruesos y el cabello era tan rubio y brillante como había sido el suyo. Incluso tenían la forma de la cara parecida...

Casi se volvió a infartar cuando se dio cuenta que había fotos de aquella rubia en su casa gracias a Sam. Él nunca se había molestado en conocer a las otras amigas de su hija, solo conoció y charló con Aisha un par de veces. Pero estaba seguro de haber visto a la rubia abrazada con Sam en alguna u otra fotografía que la morocha tenía en su cuarto pegada con cinta. Se dio cuenta en ese momento de que Sam nunca la había mencionado, probablemente a sabiendas de cuál sería su reacción.

Eso solo significaba una cosa: Amanda era cómplice.

En ese momento Johnny salió de la oficina. —Bienvenido a Cobra Kai.

El rostro del rubio se endureció al ver a LaRusso.

—Algunas cosas nunca cambian —le aguijoneó Daniel.

—Ajá, ¿y eso qué significa?

—Escuché que golpeaste a unos adolescentes inocentes —aclaró el moreno y Lara rodó los ojos al darse cuenta de que Kyler no mantuvo su enorme boca cerrada.

—Oh, eso. —La clásica sonrisita de los Lawrence se extendió por su rostro, dándole a entender a Daniel que le divertía mucho la situación—. No, no golpeé a unos adolescentes inocentes. Golpeé a unos idiotas que se lo merecían —le corrigió con superioridad.

—Wow, ¿Johnny llamando a otra persona "idiota"? —Daniel rodó los ojos—. Eso es decir algo.

—Señor LaRusso, usted tal vez debería... —comenzó Lara con una mueca. No  quería tener problemas y mucho menos que ambos hombres se pelearan como cavernícolas en el dojo.

Daniel la cortó, dirigiéndose a Johnny:

—Mira, no estoy aquí para revivir el pasado —anunció, echándose un paso para atrás. Johnny arqueó una ceja, si no venía por problemas entonces ¿por qué estaba allí? —Sólo aléjate de los amigos de mi hija —insistió.