ℳ︎ || : : ʏᴏᴜ ᴀ ᴍᴇssᴀɢᴇ [📨]✿ೃ
Todo había comenzado con un noticiero, se habían dado indicaciones de buscar un refugio cercano debido a que un huracán se acercaba y era mejor evitar que hubiera gente herida.
Krel había decidido quedarse en la...
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No sabía en que momento se había vuelto un poco adicto a las mordidas, probablemente era porque su cuerpo empezaba a sentir un placer extraño al momento en que la chica se alimentaba; culpar a Elinajah Mäkelä de haberlo hecho adicto era ridículo, más aún, cuando él fue quien insistió mucho para que lo hiciera, tanto que la albina decidió darse por vencida y alimentarse.
Krel Tarron pensó que era ridículo ver a un vampiro borracho por tomar sangre, hasta que vio a la albina decir cosas incoherentes y acomodarse en el sillón para dormir por unas horas.
Dejando todo eso de lado, Krel simplemente cerro los ojos para pensar en cómo había iniciado todo eso, había decidido quedarse en su casa mientras pasaba el huracán de categoría tres por Arcadia durante la noche; se había refugiado en su taller para crear una nueva IA para la nave y aparte organizar el como iba a reconstruir el castillo destrozado de camelot, pensaba que tendría los siguientes días libres para descansar de toda la locura de Arcadia.
Cuando había salido de su taller para agarrar algo para comer en la mañana siguiente, vio una de las ventanas destrozadas, además de que todo el lugar estaba hecho un desastre, al principio pensó que tal vez fue el viento del huracán el causante de todo; no fue hasta que escucho los gruñidos y el sonido de que algo se arrastraba, dirigió su mirada para ver a una silueta, no sabía si era una mujer o un hombre al principio, ya que estaba de espaldas, pensaba volver a su refugio o agarrar su cerreta en el peor de los casos, el primer paso que dio para retroceder, al parecer, no había sido tan silencioso para pasar desapercibido.
La silueta se giro con alarma para mirarlo, fue así que pudo verla completamente; cabello y cuerpo de color blanco con ojos grises que lo miraban atentamente, probablemente si hacía un movimiento en falso, la chica lo atacaria, después de todo, alguien que entra a tú casa, no era señal siempre de que tuviera buenas intenciones.
—¿Está es tú casa? —La chica hablo derrepente, Krel fue tomado con la guardia baja por aquella acción, no creía que de todo lo que haría la chica, sería el iniciar una conversación. —Si es así, lo siento, buscaba un refugio para el huracán y cuando toque la puerta, nadie me había abierto, así que entre.
Algo no lo convencía de esa historia, primero, todos sabían que se debía tocar el timbre, segundo, no era necesario hacer un desastre en su hogar, como última razón, no creía que la chica se quedará simplemente detrás de la isla a dormir y refugiarse, se habría ido a algún cuarto vacío para pasar la noche ahí; así que definitivamente, la chica no sabía mentir, aparte, su voz era completamente indiferente.
—¿Te quedaste atrapada durante el huracán? —Quería ver que más añadiría la chica a su mentira, al ver que la chica asintió, suspiro y simuló mirar la ventana. —Lo siento, pero tendrás que irte.
Cuando Krel se acercó, en un momento escuchó el sonido de un líquido, sus ojos tuvieron que bajar al suelo para ver que era, sólo para llevarse la sorpresa de que lo que había pisado, no era más que sangre; fue ahí donde también se dio cuenta que la chica agarraba su brazo derecho y hacia presión, maldición, ya estaba agotado de lidiar con heridas.
—...Bueno, me iré, aunque déjame decirte que el viento no a parado y que pronto comenzará a llover de nuevo, será mejor que tapes esa ventana sino quieres que entre otra persona, animal o... —La chica al pararse, susurro algo que no escucho pero sabía que dijo algo al ver su boca moverse; no quería correr el riesgo de tener a alguien que no conocía y que podría apuñalarlo por la espalda en un momento de distracción, pero ver la sangre caer al piso hizo que su núcleo fuera invadido por el sentimiento de preocupación, cuando la albina comenzó a caminar, tomó una decisión.
—Espera, es peligroso estar afuera en estos momentos y aún más cuando te estas desangrando... Te vas a quedar, pero será mejor que no intentes algo o de lo contrario haré qué te arrepientas —Krel dio un suspiro de derrota, hizo memoria en donde estaba el botiquín de primeros auxilios que le había dado Elijah Pepperjack. —. Quédate aquí y no hagas nada, voy a intentar detener esa herida y ponerte vendas...
La chica simplemente lo miró por minutos y se sentó en el suelo a esperarlo mientras buscaba el botiquín, debía aceptar que estaba nervioso debido a que una desconocida estaba en la nave, aunque, el hecho de que no hubiera actuado con violencia lo tranquilizaba, esperaba que siguiera así.
Una vez que encontró el botiquín, lo agarro y volvió con la albina, no hubo más palabras mientras intentaba ayudar a la chica con su problema del brazo, por primera vez, las clases del entrenador Lawrence respecto al cuerpo humano dieron sus frutos, o quería pensar que lo estaba haciendo bien al limpiar la herida con cuidado y pasar a vendar el brazo; fue al momento en que estaba a la mitad de que se terminará la venda, donde la chica volvió a hablar.
—¿Cuál es tú nombre? —Por alguna razón, el tono de voz y los ojos de la chica lo hacían desconfiar, aunque, no podían culparlo por ello, literalmente hubo cazarrecompenzas tras la cabeza de su familia; estaba en un debate de si hablar o no.
—Krel Tarron... —La chica lo siguió mirando por unos minutos hasta finalmente apartarse y mirar a la nada, dejando que siguiera vendando su brazo, fue él quien volvió a romper el silencio. —¿Cuál es el tuyo? —La chica se quedo pensando por cinco minutos enteros, iba a decir que olvidara la pregunta, hasta que ella hablo.
—Elinajah Mäkelä.
Creía que sólo escucharía ese nombre y no la volvería a ver después de que terminará el huracán, vaya sorpresa que más adelante pronunciaría ese nombre más veces y viviría situaciones de riesgo; desde ser mordido varias veces hasta tener que ser cargado por Elinajah mientras caían del cuarto piso de un hospital, aparte de empezar a tener un interés amoroso con la chica que empezó siendo una desconocida.
