©𝐄 𝐓 𝐄 𝐑 𝐍 𝐀 𝐒 𝖙𝖆𝖗𝕶

𝐓𝐄𝐍𝐓𝐇!

EL RELOJ MARCABA LAS doce de la noche cuando Nesryn llegó al techo del edificio donde vivía Peter. Este mismo ya se encontraba ahí, el castigo se había extendido por petición de Tía May y Pepper, a esta primera se le había mentido, se le había dicho que Peter había salido lastimado al construir un prototipo a escondidas de Tony, y Pepper había regañado a Nesryn por su imprudencia.

Cuando Nesryn se lo contó a Druig en una de sus tantas llamadas él se burló de ella.

— ¿Si sabes que eres mucho mayor que ellos?, es gracioso que actúes como una adolescente — dijo el Eterno al otro lado de la línea. La joven Stark estaba en la cama, con el teléfono en altavoz a un lado de su rostro mientras observaba el techo de su habitación —. ¿Qué fue tan malo para que te castigaran?, no me lo has dicho. ¿Hiciste travesuras?

— Me he peleado con unas personas — contestó ella, el bufido de Druig se escuchó y ella tuvo que explicarle parcialmente que los habían sobrepasado en números y habían recibido una no muy digna paliza para dos Vengadores.

— Será mejor que la próxima vez no te descubran entonces.

Y sin saberlo, Druig le había dado una ligera sugerencia. Así que marco el número de Peter desde una caseta telefónica y acordaron encontrarse en la azotea de su edificio en la noche. Así que ahí estaban los dos, después de dos semanas. Sentados en el suelo, con el frío viento escociendo sus narices mientras las envolturas de chatarra crujían por el aire.

— ¿Como la has pasado estas semanas? — preguntó Nesryn mientras tomaba de su bebida azucarada, observó a Peter terminar de masticar las frituras antes de contestarle.

— Supongo que pudo ser peor — dijo —. Tía May me obligaba a acompañarla a todas partes después de la escuela. Al mercado, panadería, la estética, a donde sea yo tenía que ir para que no me perdiera de vista. Lo bueno es que no me quito el celular. ¿Y a ti?

— Solo voy a la escuela y el chofer está ahí puntual para que regrese a casa, fuera de ello, extraño mucho mis entrenamientos con mi tía Nat. La Torre se siente muy vacía... — un chillido en la mochila de Nesryn los hizo voltear a ver, la joven ingresó la mano en uno de los bolsillos, del cual sacó a Theron y a un Desviante más. Esta vez de un color anaranjado con detalles en blanco, con pequeñas alas a los costados.

— ¿Has hecho otro? — preguntó Peter con asombro.

— Es una ella.
— ¿Cómo lo sabes?
— Por el color. Descubrí que las hembras son más grandes y de color naranja. Los machos son más pequeños y de color blanco — y en efecto, aún reducidos de tamaño, la Desviante color naranja era más grande que Theron.

— ¿Cómo se llama?
— No le he puesto nombre, ¿sugerencias?
— Uhm... — Peter se quedó pensativo un momento antes de tomar con cuidado a la Desviante —. ¿Y si le pones Mandarina?, ya sabes, por el color y... ¡auch! — se quejó el adolescente, Nesryn le había golpeado la frente y retirado a su criatura de las manos.