Capítulo 2

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Había llegado el día que Shinichiro le había señalado. El por supuesto, frabulloso día en que sería uno más de la manada de los Sano. Aún era muy temprano, pero Wakasa se encontraba guardando en una enorme mochila todo lo necesario para el viaje, le estaba costando seleccionar que cosas debería llevar, el clima podía cambiar, y Shinichiro no se había molestado en especificar cuanto tiempo estarían fuera de la ciudad. Po lo que quiso meter la mayor cantidad de cosas posibles a su bolso, mejor que sobre a que falte.

Cuando el peliblanco terminó de ordenar y de desayunar, se dispuso a partir en su motocicleta a la casa de los Sano. Debido a la hora había poco tráfico, fue un camino despejado y tranquilo, casi tan tranquilo que no lo ayudaba a prepararse mentalmente para la muy posible conmoción con la que se encontraría en tan solo minutos. Antes de lo esperado, se encontró frente a la enorme puerta principal que marcaba la entrada a la casa-dojo. Tocó y esperó unos segundos, pero nadie parecía tener la intención de abrirle, por lo que, al ver que la puerta no tenía seguro solo entró con cautela anunciando su llegada.

Al entrar fue testigo de un enorme caos, tal cual lo esperaba. No estaba sorprendido en lo absoluto, después de todo eran ocho personas organizando un viaje, junto con que, los integrantes de esta familia en específico nunca se han caracterizado por ser tranquilos. En la sala se encontraban un montón de mochilas y bolsos de distintos tamaños amontonados en una pequeña pila, y a su alrededor había algunas ropas tiradas. Aunque sin duda alguna, lo que causaba más desconcierto era la pelea de hermanos que se desarrollaba justo frente a él. Manjiro e Izana estaban en una muy escandalosa discusión, el rubio se aferraba una enorme bolsa llena de dorayakis mientras que el filipino de cabello blanco intentaba quitársela mientras le gritaba:

- ¡No puedes llevar todo eso! ¿Sabes que podemos comprar más dorayakis cuando lleguemos allá, no es cierto? Aparte, ¿crees que eso vaya a caber en nuestro equipaje? ¡Viajamos en motocicleta, no en un camión! - Izana luchaba contra la pataleta de Manjiro mientras trataba de controlar su respiración. Estaba haciendo un esfuerzo sobre humano por mantener la compostura, pero esta situación ya le estaba hartando. Wakasa no lo sabía, pero esta "conversación" (sí se le puede decir así) había empezado hace ya casi dos horas.

- ¿Y si los dorayakis que preparan allá no me gustan tantos como estos? ¡No puedo arriesgarme! Mis vacaciones se arruinarán si no tengo a mi lado el maravilloso sabor y textura de los dorayakis. - exclamó Manjiro de una manera exageradamente dramática mientras abrazaba su bolsa y hacía un pequeño puchero.

Izana estaba a punto de explotar de los nervios, cada segundo de reproche amenazaba con romper el auto control de ambos, bastaba una palabra más para que se agarraran a patadas. El rubio se mantenía sujetando los dorayakis mientras hacía gestos de burla hacia su hermano. Izana ya estaba más que harto, trató de abalanzarse sobre Manjiro para en lo posible destrozar la desgraciada bolsa de dulces, pero, para suerte de todos, Kakucho hizo acto de presencia en el momento justo para evitar que se desatara la guerra. Este mantenía su rostro tan serio como siempre, se acercó lento y sostuvo al filipino de la cintura mientras le susurraba algo al oído, para luego, ir a tomar asiento tranquilamente en el sofá. Izana seguía con su mirada enrabiada, pero lo que sea que Kakucho le había dicho había sido sido suficiente para que se resiganara a dejar el asunto. Se alejó de su querido hermanito y fue a parar al regazo de su pareja, no sin antes darle una resentida mirada al rubio.

Manjiro seguía con la bolsa en sus brazos sacándole la lengua a Izana, este desde el sofá le devolvió el gesto y así se mantuvieron unos minutos hasta que Hanagaki entró en la escena. El chico venía bajando alegremente la escalera mientras tarareaba una melodía, eso hasta ver la situación en la que se encontraban los hermanos. Tragó saliva y se acercó lentamente al lado de Manjiro para hablarle con una sonrisa temblorosa:

Sucker (shinwaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora