✨✨EL DESEO✨✨

✨11✨

Mientras apretaba sus ojos y se removia un poco en la cama abrazando con mas fuerza la campera de Gustabo.
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Gustabo solo quedo de piedra con sus mejías aun mas teñidas de rojo y una mano cubriendo su propia boca mientras negaba con su cabeza.

No se creía el porque esas pequeñas palabras le habían tocado tan fondo en su corazón.

Luego de unos segundos Gustabo se recompuso para acercarse al oído de Horacio inconsientemente y en un pequeño susurro decirle algo.

-No te preocupes yo tampoco te dejare, dijo Gustabo, para cubrir rápidamente su boca con su mano.

Mientras se teñia completamente de rojo al escucharse el mismo lo que acababa de decir.

Se acomodo rápidamente de pie para marcharse lo mas rápido a su habitación, pero sus pies no se movían aun estaba en shock por sus propias acciones.

Solo podía observar a Horacio mientras dormía, en su interior moría por tocar y hacerle una pequeña muestra de cariño a Horacio.

Pero solo recordó la ultima vez que Horacio no le dejo tocarlo como si temiera que lo hiciera.

Asi que lo respeto, respiro hondo para controlar sus nervios y logro salir de la habitación de Horacio.

Para entrar a la habitación  de el y acostarse en su cama boca abajo supercolorado con su corazón a mil por hora.

Definitivamente fue mala idea ir a la habitación de Horacio, solo lo hiso sentirse mas confundido.

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Al día siguiente
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Gustabo se despertó como todos los días, se ducho, cepillo sus dientes, se alistó y se encaminó a preparar su desayuno.

En el camino dio un pequeño vistaso en la habitación de su padre y como siempre no estaba.

-Vaya que novedad, se dijo Gustabo con frialdad.

-Seguro quedo trabajando en algún otro caso "largo de alguna mafia o algo por el estilo", se dijo Gustabo para el mismo mientras bajaba a preparar su desayuno.

Ya en el comedor mientras Gustabo comía su desayuno, pensaba en su interior que seria otro típico día aburrido, igual al de todos los años con su padre, solo, la tipica rutina, sin saber que hacer.

Cuando de pronto una voz lo sorprendió.

-Gustabo!!!, dijo muy feliz Horacio acercandose rápidamente a el, regalandole una bella y tierna sonrisa.

Mientras se acercaba hasta la mesa donde estaba sentado Gustabo.

Gustabo se asusto mucho pegando un pequeño brinquito, definitivamente lo de hayer no había sido un sueño.
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-Hola Gustabo!!!, Como amaneciste?, y Conway?, pregunto Horacio inocentemente aun sonriendo.

Gustabo solo aparto su vista y golpeo fuertemente la mesa del comedor con sus manos para luego levantarse enfadado de la mesa.

-Escuchame bien Horacio!!, yo te ayude y te defendí de Conway porque es un hijo de puta y no lo contarias, pero nunca imagine que te dejara quedarte a vivir aquí.

-Tampoco quiere decir que porque te ayude confíe en ti, no se que planeas hacer, ni te conozco!!.

-Y si quieres seguir viviendo en mi casa, seguiras mis reglas que te daré al pie de la letra, me oieste?, dijo Gustabo frio y con firmeza.

Horacio solo logro asentir un poco cuando Gustabo hablo rápidamente.

-Regla numero uno!!, en mi casa ni en ningún lugar te tomes tanta confianza conmigo.