2. La cita no cita

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— ¿Ni yakisoba? — preguntaba el rubio.

— No.

— ¿Udon?

— No tampoco.

— ¡Micchi! — dijo Mikey haciendo una rabieta — ¿es que no comes o qué?

— ¡Claro que como! — contestó ofendido — pero ya se que nomas pides para poder entrar a mi departamento y cuando me descuide hacerme no sé qué cosa, seguro aprovecharte de mi.

— ¡Por supuesto que no! — dijo ofendido — nada que tu no quieras, a menos que si quieras.

— ¡Ves! eres un pervertido!

En el trabajo todo había estado bien, atendió a los nuevos alumnos, alumnos que ya conocía, recibió gustoso los nuevos libros para registrarlos e incluso leyó un poco, un dia casi perfecto hasta que tuvo que regresar a casa y poco después de que cerró la puerta esta fue tocada, abrió encontrándose al rubio con sus ya conocidas excusas de pedirle algún ingrediente faltante.

— ¡No lo soy! eres mi novio y los novios hacen esas cosas.

— ¡Ya te dije que no somos novios!

— Micchi ya hablamos de esto.

— ¡Sí, pero eres tú el que no lo entiende! — dijo Takemichi exaltado — ¿siquiera sabes cuantos años tengo?

— No, pero eso no importa Micchi así me gustas.

— ¡Claro que importa!

— Ya deja de discutir con tu adorable novio — dijo el rubio inflando sus mejillas — ¿tienes hambre? ¡Te invito a cenar algo!

— No, no tengo hambre y ya vete a tu departamento.

Pero en eso el estómago de Takemichi rugió delatandolo, por supuesto el rubio había escuchado y le dio una media sonrisa.

— Oh parece que alguien si tiene hambre ¡vamos conozco un buen lugar! — dijo Mikey jalando del brazo a Takemichi y este casi cayendo por la repentina acción, como pudo alcanzó a cerrar la puerta mientras era llevado a rastras por el otro.

Mikey lo llevaba tomado del brazo, al principio quiso soltarse pero el rubio se lo impidió así que cansado de insistir dejó de forcejear, habían caminado algunas cuadras cuando Mikey le dijo que ya estaban cerca, Takemichi pudo mirar un puesto de tallarines en una esquina por lo que supuso sería ahí donde quería ir el otro.

Una vez llegaron y tomaron asiento Mikey pidió un plato para cada uno, diciéndole que no se preocupara que él lo estaba invitando, Takemichi no estaba seguro de que el rubio le pagará su plato pero Mikey le dio una mirada seria diciéndole que no aceptaría su dinero, por lo que no lo hizo más.

Estaban comiendo en silencio, Takemichi estaba disfrutando mucho el sabor de aquel plato, jamás se le había ocurrido llegar ahí a pesar de estar tan cerca de su departamento, pero sin duda gracias al rubio él volvería otro día para volver a disfrutar de tan exquisito plato.

Estaba tan adentrado en su mundo que no se había percatado que el rubio lo miraba con una mirada intensa, lo que le hizo poner un sonrojo en sus mejillas.

— Deja de mirarme así — dijo Takemichi avergonzado.

— ¿Así como? — preguntó el rubio riendo.

— Así...como si fuera un trozo de pizza...

— Yo diría que más bien como un dulce y delicioso dorayaki.

Mi molesto vecino Mikey (Mitake/Maitake)Where stories live. Discover now