Capítulo 153: Fluyendo desenfrenadamente

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En el interior del hotel, había huellas de la historia por todas partes. El sistema de aire acondicionado más antiguo aún en funcionamiento, el tótem de una deidad perro en el altísimo dintel de la puerta manteniendo la seguridad del hotel y el piano en el centro del restaurante que tenía cien años, donde los dedos del maestro de la comedia, Charles Chaplin, una vez saltaron felizmente sobre las teclas.

En la esquina de la planta baja del hotel había un bar de jazz aparentemente discreto y no muy llamativo, pero que en realidad estaba muy bien establecido.

Lo especial de esta banda era que estaba compuesta por personas mayores de 70 años, por lo que también se llamaban Old Age Jazz Band. Eran viejos bebedores, tranquilos y relajados, y habían reflejos del tiempo en sus voces y melodías. Ese encanto era muy difícil de imitar para otras bandas. Algunos de los presidentes extranjeros que vinieron a Shanghái habían sentido la curiosidad de venir a escucharlos tocar.

-Bienvenidos, buenas noches caballeros, ¿tienen reservación? -preguntó amablemente la camarera de la entrada de la taberna, envuelta en un chal blanco como la nieve, vistiendo un cheongsam con el pelo rizado en la frente.

En el momento de emoción, He Yu había olvidado que la Old Age Jazz Band era tan popular los fines de semana que la pequeña taberna a menudo no podía acoger a la cantidad de gente y era necesario hacer una reservación.

Tuvo que decir- No.

Pero no dispuesto a renunciar, volvió a usar su encanto.

-Señorita, somos del noreste y hemos venido hasta aquí desde la frontera de Mohe sólo para escuchar su banda. Tenemos que volver mañana por la mañana, así que, ¿puede ayudarnos y encontrar una forma de añadir otra mesa? También podemos esperar y ver si alguno de los invitados se va antes, eso también estaría bien. [7]

Xie Qingcheng- ...

Era una pena que este tipo no se hubiera dedicado a la actuación.

El acento del noreste era completamente fingido.

La hermosa chica del mostrador de bienvenida, viendo la sinceridad con la que hablaba He Yu, que además era guapo con un par de ojos albaricoque que la miraban con tanta intensidad, la hizo sentir un poco avergonzada. Por lo tanto, aunque no era lo apropiado, todavía sacudió sus caderas y movió sus piernas después de un momento- Entonces voy a echar un vistazo, veré que puedo hacer.

He Yu dijo- Muchas gracias. Por cierto, esto es para ti.

Dijo eso y puso la rosa que había llevado todo el camino en un jarrón que estaba frente al mostrador de bienvenida.

La bella mujer se sonrojó, movió sus altos tacones y se puso a trabajar.

Xie Qingcheng dijo- ... eres tan desvergonzado.

He Yu se apoyó en el mostrador de bienvenida y le miró con una sonrisa- ¿Es la primera vez que lo notas?

Unos minutos más tarde, la bella mujer regresó y dijo con voz suave- Hay un mesa extra en la esquina. Por favor, adelante. Tomen asiento.

Si llegar desde el otro lado del río al complejo internacional donde estaba el hotel era como viajar en el tiempo, entonces caminar desde el vestíbulo del hotel hasta el bar de jazz era como retroceder temporalmente y que las realidades se superpusieran.

Aunque Xie Qingcheng era de Huzhou, nunca había estado ahí. El lugar parecía sacado de una vieja película americana, como una taberna europea o estadounidense de la época de la Segunda Guerra Mundial.

-Los suelos, los ventiladores y las paredes de ladrillo del lugar eran todos los originales de cuando el hotel cuando abrió por primera vez hace cien años -He Yu vio que Xie Qingcheng miraba las aspas del ventilador de madera que hacía tiempo habían desaparecido del mundo exterior, y dijo con una sonrisa-. ¿Qué tal? No te he hecho pasar un mal rato y te llevé a una Cueva Pansi, ¿verdad?

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now