UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]

Pt.2; Cap. 1

¡Hey, hey! 

¡Primer capítulo!

Iré actualizando tan pronto me sea posible. Puede ser un par de veces a la semana o una. Tened paciencia, por fis. Estoy, la verdad, lidiando con un bloqueo muy extraño y ni siquiera soy capaz de actualizar mis otras historias. Y escribir sobre esta, me ayuda mucho, la verdad. Pero no siempre hay fuerza para ello. 

Bienvenidos a la aventura 2.0.  Disfrutadlo <3

—

¡Es que nada podía salir bien!

Cual torbellino, por la calle, le envié un mensaje a Jack pidiéndole su dirección. Al minuto, me la mandó. Diez minutos más tarde, me planté en su casa.

«Y menudo casoplón»

Abofeteé a mi subconsciente.

¡No habíamos venido a ver la casa!

Tan pronto llamé a la puerta, Jackson me abrió.

—Nedra, por favor —le oí mientras yo entraba directamente en la casa sin tan siquiera mirarle. ¡Si es que no podía! Él vino detrás de mí tras cerrar la puerta—. Te juro que ha sido un error. Eso no debías recibirlo tú.

—¡Eso desde luego! —me giré hacia él, pero tan pronto lo hice la imagen de él desnudo volvió a mí mente y yo hice una mueca de desagrado; echándole un vistazo. Y menudo escalofrío—. ¡Ugh!

—¡Ned! —se acercó.

—¡No me toques! —dije, levantando las manos. Necesitaba tiempo para procesar esa imagen y lograr borrarla. Y el contacto físico con él ahora mismo no era de gran ayuda.

¡Una foto de mi cuñado desnudo!

Él se apartó y quedó callado.

Suspiré, intentando ordenar todo en mi mente.

Había dos cosas claras: Una, mi hermana estaba a punto de casarse. Dos, el hermano de Alarick y mi hermana, la que iba a casarse, se habían enrollado.

—No... No pretendía que esto pasara.

Ahogué una risa, incrédula por su actitud.

—No puedo ni pensar que... —alcé por un momento los ojos, mirándole, pero aparté la mirada. Le apunté—. ¡Tú y...!

Exhalé con fuerza.

—No es lo que tú crees, de verdad —vino hacia mí.

Me eché a reír.

—¿Que no es lo que yo creo? —me crucé de brazos—. A ver, entonces, explícame: ¿Por qué recibiría Kaia una foto tuya en pelotas?

—A ver... —movió la cabeza—. Lo evidente sí es.

—¡Increíble! —me di de nuevo media vuelta.

Estaba confirmado: Kaia y Jackson se habían enrollado.

—¡Pero no es por lo que tú seguramente crees!

—¿Y qué se supone que creo yo? —me volví hacia él—. Porque, por si no lo sabías, ¡Mi hermana está prometida!