Capítulo 150: Un verdadero milagro

Start from the beginning
                                    

—… entendido.

Cuando se enteraron que Xie Qingcheng iba a ir a cenar con el Comisionado Wang, todo el personal del Meiyu estaba sudando por él.

El decano pensó que era demasiado tortuoso, por lo que quería decírselo a Chen Man, que seguía descansando en la sala, pero fue detenido por Xie Qingcheng: Chen Man necesitaba recuperarse adecuadamente. Esto era algo que sabía: en cuanto más se involucrara Chen Man, más difícil sería para él lidiar con ello.

Definitivamente nunca sería completamente honesto con el Comisionado Wang. Lo que estaba en juego en este asunto era demasiado grande.

¿Pero qué clase de persona era el Comisionado Wang?

¿Qué clase de gente no había conocido el viejo? ¿Qué cosas no habría escuchado antes?

Xie Qingcheng sabía que tenía que responder a todas las preguntas con cuidado y reflexión para disuadir al comisionado Wang de seguir con la idea de la investigación, sin contarle el núcleo de todo el caso del RN-13.

Fue una cena extremadamente difícil.

La secretaria del Comisionado Wang había estado sirviendo vino a Xie Qingcheng toda la noche, como si éste fuera capaz de decir la verdad si bebía más, pero cuando el comisionado se dio cuenta de que Xie Qingcheng bebía con facilidad, le dijo a la secretaria que parara.

Había venido a preguntar a este joven por su situación, no a intimidar a un profesor sin nadie a quien recurrir.

Y lo que era más, Xie Qingcheng respondió durante toda la comida sin problemas, sin mostrarse arrogante ni humilde. El viejo zorro se sintió ligeramente conmovido al final de la comida, pensando que no parecía haber lagunas en las palabras del joven, sino que había expuesto lo que estaba en juego con claridad y honestidad.

Al final del banquete, la expresión en el rostro del Comisionado político Wang finalmente se alivió.

Levantó su copa hacia Xie Qingcheng una vez más y dijo— De hecho, he escuchado a Xiao Yan hablar sobre ti muchas veces antes. Espero que entiendas que hoy he venido aquí como un abuelo y estoy garantizando la seguridad de mi nieto, no estoy tratando de dificultar las cosas deliberadamente ni nada por el estilo.

Xie Qingcheng levantó su copa, aunque en realidad ya estaba demasiado borracho para beber y su cuerpo ardía ligeramente.

Pero aún así brindó educadamente por esta última copa de vino.

El anciano no intentaba ponerles las cosas difíciles ni nada por el estilo.

Pero con el estatus de algunas de las personas involucradas, incluso las cosas más sencillas podían llegar a ser muy complicadas, al igual que esta copa de vino, que obviamente era sólo una muestra agradecimiento y un pedido de disculpas y buena voluntad, pero que al caer en el estómago, realmente ardería insoportablemente.

Y Xie Qingcheng también tuvo que beberla.

No fue fácil, pero el banquete llegó a su fin.

Al día siguiente, el Comisionado político Wang tenía que volver a Yanzhou, se despidió de Xie Qingcheng, cogió primero el coche y se fue. Sólo entonces Xie Qingcheng relajó por fin su cuerpo, que había estado tenso toda la tarde y noche; nadie supo que la parte de atrás de su camisa estaba completamente empapada.

Se tomó unos momentos para relajarse frente al gran césped que había delante del hotel y lentamente recuperó poco a poco su energía. A muchas personas del mundo artístico o académico no les gustaba socializar porque perturbaba demasiado la paz de las neuronas. Xie Qingcheng era uno de ellos.

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now