Rose

195 29 3
                                    


El otoño había llegado a la ciudad; era una época nostálgica y con mucho significado para muchos de los residentes de Los Santos. Volkov no era tan diferente al resto, él también le encontraba el encanto y solía relacionar dicha estación con su historia de vida. El ruso nunca fue el tipo de persona que disfrutase de muchas cosas, pero era importante destacar que le encantaba caminar por las calles durante esa época. Ver las hojas caer, la suave y fría brisa tratando de colarse por su gabardina, ¿quién podría odiar sensaciones tan bonitas? Incluso él, siendo tan frio como decían por allí, de vez en cuando se distraía maravillado al verlas caer con suavidad. Se le había hecho costumbre caminar al trabajo con tal de verlas, y esa mañana no fue la excepción.

Justo antes de entrar a comisaría, se volteó por un momento para ver las hojas sobre las aceras, suspiró mientras cerraba los ojos y cuando los abrió se sintió preparado para afrontar el día. Procedió a equiparse mientras escuchaba a los demás agentes hablar tranquilamente, usualmente le molestaba escuchar tanto escándalo a su alrededor, pero dado que era su época favorita del año se encontraba de buen humor.

Por su puesto, el buen humor nunca se le notaba al comisario Volkov, era imposible verlo reflejado en su rostro, pero al menos su nivel de tolerancia y paciencia aumentaban ligeramente. El ruso salió de la armería y se encontró de cara con un enmascarado. Reconoció su voz y lo identificó como Gustabo luego de que este pasara a su lado a la vez que le daba los buenos días; Volkov le devolvió la cortesía y salió en busca de su patrulla. Comenzó con un patrullaje mañanero, no había demasiado movimiento en la ciudad cosa que en el fondo agradecía, nunca venía mal un poco de tranquilidad, y mucho menos después de toda la acción que hubo los últimos días.

Lo más emocionante, por llamarlo de una manera, fue cuando detuvo a un sujeto que había robado un coche. El tipo puso resistencia y llevaba encima un arma sin licencia, así que el ruso lo metió al patrulla y procedió a llevarlo consigo para procesarlo. Cuando entró por la parte trasera se encontró con Conway y los inspectores jefes en el área de los calabozos. Fred cerraba una de las celdas mientras su superior y Horacio, o mejor dicho Dan, parecían estar hablando sobre un caso.

Viktor le dio una mirada fugaz al de la cresta y continuó su camino a la sala de procesamiento. El tipo que arrestó sin duda alguna era bastante molesto, no paraba de quejarse y decirle cosas al ruso que la verdad le importaban muy poco. Comenzaba a arruinarle el día, así que Volkov se concentró en terminar su trabajo lo más rápido posible. Finalmente, y después de minutos que se sintieron como horas, pudo respirar con tranquilidad. El detenido se encontraba en el calabozo y él comenzaba a recuperar el buen humor de a poco.

Esta vez decidió quedarse en comisaría y atender denuncias, era un trabajo que normalmente era llevado a cabo por alumnos y oficiales de menor rango, pero prefirió hacerlo él mismo dejando que los nuevos agentes tuvieran un poco más de practica en las calles. Fue un día bastante aburrido, pero también pacífico, y a Viktor le hacía falta tener más días de esos en los que era un policía más. No era el comisario, no era un agente del CNI, no corría desesperado detrás de su superior al escuchar algo extraño por la radio. Tan solo era un agente atendiendo denuncias sin preocuparse por nada como si no existiese mayor problema en la vida.

Cuando la noche llegó, y la recepción estaba completamente vacía, el ruso decidió que era hora de volver a casa. Tras salir de servicio y de la comisaría, tomó su celular mientras pedía un taxi. Apartó la vista del aparato y miró hacia la dirección en la que se supone vendría el auto, pero en cambio, algo más llamó su atención. Horacio estaba al otro lado de la calle, justo frente al aparcamiento de comisaria, mirando su celular tal y como él lo estaba haciendo hacía unos segundos. Volkov se preguntaba si también estaba esperando un taxi y tuvo el impulso de acercarse hasta él y preguntarle.

La Vie En Rose (AU Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora