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el aula concurría en silencio, cada alunmo realizando la prueba correspondiente a todos los objetivos que habían visto a lo largo del semestre, lidiando con la hoja frente a ellos. matemáticas. noches de desvelo, habitación desordenada, ojeras y mucho café. todo valió la pena el momento en el que sus oídos oyeron 'excelente trabajo styles' de parte de la señorita collins. una sonrisa con hoyuelos y un pequeño 'gracias' fue suficiente respuesta.

sale del aula, encaminándose hacia su casillero, deja sus libros dentro de este y saca su mochila púrpura. recién acabó su último período y debe cubrir su turno hoy. divisa a taylor a lo lejos entre los pasillos, lleva unos jeans sueltos, un cárdigan tejido color beige y dos trenzas, su mochila colgaba de su brazo. con un movimiento de cabeza le indica que salga de la institución, sabe que debe hacer, ha hecho lo mismo desde que empezó la secundaria. sigue los pasos de su amiga rubia hasta llegar al estacionamiento, más específico, a su auto.

sube al asiento de copiloto, coloca su cinturón de seguridad, se asegura de que su playlist favorita se reproduzca y están listos para emprender su camino.

las calles están llenas de alumnos desesperados por llegar a casa, terminaba la temporada de exámenes y todos estaban agotados. él mismo desearía irse a casa, escabullirse en sus sábanas, tomar una buena taza de té y ver friends junto la compañía de su mejor amiga, pero ambos deben trabajar.
estaban a mediados de noviembre, el otoño hacía de las suyas, tintando sus hojas de un color rojizo para luego caer, llenando los senderos y caminos de hojas secas, todo bajo la atenta mirada del rizado.
su cabeza reposaba en la ventanilla del asiento delantero del auto, una canción de lana del rey resonaba e incluso se encontró tarareándola mientras veía las casas pasar por el cristal que lo separa del exterior.

"¿qué tal te fue en la prueba?" paseó su mirada entre la carretera y su rizado amigo esperando una respuesta.

acomodó la cálida bufanda que abrazaba su cuello y aclaró su garganta "la señorita collins dijo que hice un buen trabajo así que... ¿bien?" soltó, una mueca de confusión dibujándose en su semblante.

"oh, eso es bueno. ¡felicidades!" exclama con entusiasmo "¿hasta que hora trabajarás hoy?" cuestiona al notar que la cafetería está a solo unos metros de distancia.

resopla al ver la cantidad de gente en el local, será un día ocupado.voltea su cuerpo en dirección al volante, una adorable sonrisa adorna su rostro "gracias tay, aún no lo sé. te mandaré un texto cuando salga". baja del vehículo despidiendo a su amiga y deseándole un buen día.

entra y el olor a café y panecillos de manzana se cuela en su olfato. saluda a sus compañeros de trabajo, los cuáles preguntaron sobre su día. se excusó diciendo que luego de cambiarse les contaría el transcurso de su monótona mañana.

manchas de café se extendían por su rojo delantal, remangó las mangas de su camisa hasta sus codos para retomar su lectura, un obsequio que su madre le dió al volver de un viaje de negocios. tenía tiempo deseándolo así que no desperdiciaría ni un solo minuto de su tiempo para avanzar en esa atrapante trama. los siete maridos de evelyn hugo, cada capítulo se sentía como ser bañado por la luz del sol.

el sabor del café burbujeaba en su lengua, el olor a capuccinos se mezclaba con el de los muffins y no podría desear un mejor lugar para estar.

"uh, ¿harry?" mónica, su compañera de trabajo lo llamó.

"¿si?" tanteó. detuvo su lectura, dejando un separador para marcar la página y cerrando el libro, dándole toda su atención.

dió unos pasos más cerca "¿podrías atender la caja registradora un momento? necesito responder esta llamada" dijo señalando su celular.

"seguro, yo me encargo" dejó su libro en una estantería y se acercó a la caja. "buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle?" saluda cordialmente.

dos chicas, una rubia y otra pelirroja con bufandas iguales respondieron al mismo tiempo, una de ellas se apenó, miró a la otra a los ojos, bajando la cabeza al notar dicho acto.

"eh hola, queremos dos lattes con crema de caramelo, por favor" pidió la pelirroja, logró ver como la otra chica rozó su hombro, como si pidiera algo "¡oh! también quiero galletas con chispas de chocolate" volteó hacia la rubia "¿de chocolate te gustan amor?" recibió un asentimiento, sonrió satisfecha y luego le repitió el pedido al el rizado.

al anotar todo, recibir el dinero y dar el cambio a las chicas le dió la notita con el pedido a lucy para que lo realizara.

quedaban tres personas en la fila cuando mónica volvió, retomando su lugar en la caja. decidió ayudar a lucy con la preparación de los pedidos.

vainilla, leche, vasos, tazas, panecillos, bolsas.

terminó algo cansado, sentadose en el mostrador, retomando su lectura. letras, palabras, acentuaciones, todo lo veía pero no entendía nada de lo que estaba leyendo. tenía la cabeza en otra parte, las mesas estaban llenas, personas leyendo, amigos tomándose un café, ancianos leyendo el periódico.

las chicas de las bufandas escuchaban música, acurrucadas en una esquina del local, compartiendo auriculares, comiendo galletas, riendo y cantando.

visualiza a la pelirroja tomar una servilleta y limpiar pequeñas migajas de la mejilla de la rubia, sonrojada, deja un pequeño beso en los labios de la pelirroja. aleja su mirada de las amantes. carlo lo solicita para repartir algunos pedidos. su día se va con la gente que deja el café. la noche llega con la suave brisa de otoño, pone su abrigo y su gorro al salir a esperar a taylor.

el trayecto a casa se hace más largo de lo normal. todo se acumula al llegar a su casa, cansancio, hambre, cansancio. se deshace de su abrigo al entrar, colgándolo en el perchero, deja sus llaves en la mesa para dirigirse a la cocina, donde al ve a su mamá intercambian saludos. estira su brazo para tomar la mantequilla, voltea hacia el refrigerador donde toma un poco de lechuga, tomates y mostaza para armar su sándwich.

"¿qué tal tu día cariño?" pregunta anne, que está sentada en el comedor.

"estuvo bien mami, como siempre" untaba la mostaza en ambas rebanadas "ya llevo la mitad del libro, me encanta. deberías leerlo."

deja su silla, dirigiéndose a las escaleras "avísame cuando lo termines cariño, ya que dices que es tan bueno." ríe, dejando la cocina.

friends se reproduce en pantalla de su laptop, su cena se basó en risas ya que vió el trasero de joey más veces de lo que debería.

britney spears resonaba en su baño al lavar sus dientes mientras una mascarilla de avena reposaba en su rostro. una enorme camisa de 'the beatles' y unos shorts de bananas eran su pijama esta noche, se escabulle entre las sábanas, para así caer inmediatamente en un sueño profundo.

people watching Where stories live. Discover now