𝐄𝐈𝐆𝐇𝐓𝐇!

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LA MENTE ES UN UNIVERSO tan inmenso que poco se conoce de el, es poderosa y no posee ninguna limitante más que, quizá, el que se otorgue uno mismo

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LA MENTE ES UN UNIVERSO tan inmenso que poco se conoce de el, es poderosa y no posee ninguna limitante más que, quizá, el que se otorgue uno mismo. Nesryn pudo observarse a sí misma cambiar constantemente, y cambiar, y volver a hacerlo iniciando desde cero. ¿Era normal sentirse una extraña en su propio cuerpo?, seguramente no, no lo era. Observaba sus manos, una y otra vez, luego su reflejo en el espejo, ¿como poder estar seguro de que era ella misma?, se sentía un fraude bajo cada recuerdo que había regresado a su mente, el corazon se le encogía y la ira amenazaba con cegarla. Nesryn no arremetió inmediatamente contra los Eternos, pudo haberlo hecho, atravesarlos uno por uno. Pero ella no era un monstruo como ellos habían creído, y se los demostraría. No comprendía siquiera el motivo del actuar de los que habían llegado a ser sus compañeros. ¿Miedo? ¿temor? ¿envidia?, por más que ella intentara encontrarle una respuesta nada parecía coherente. Salió de la habitacion con ayuda de su padre que la sostenía por la cintura, ellos inmediatamente se colocaron de pie y pudo divisar la mirada desesperada de Druig.

Los Eternos esperaban gritos, reclamos y blasfemias, al contrario de ello Nesryn pasó de largo y se dirigió a su habitación. Paso varios días encerrada y con Pietro llevandole comida de vez en cuando. Pero su mente maquinaba planes, repasaba y actuaba. Nesryn quería ver hasta que nivel podía llegar su poder y si es que al controlarlo la ayudaría. Inicio creando pequeños Desviantes en la alfombra de su habitación, viendo la manera de poder comunicarse con ellos, recordó muchas veces que Wanda le había dicho que una parte de controlar sus poderes era usar sus emociones a su favor, negativas o positivas incrementarían la fuerza de lo que se llegase a hacer.

Nesryn extendió las manos al frente, concentrándose en los oscuros recuerdos que habían regresado a su mente, el sentimiento de ira creciente y la impotencia, también enfocó la forma en la que deseaba a su Desviante. Alas, muchos dientes y corpulento. Para cuando abrió los ojos una preciosa bestia blanca y dorada respiraba pesadamente justo frente a ella, con un tamaño mediano y unos ojos profundos.

Siéntate ordenó Nesryn hacía la criatura. Esta no obedeció, ¿por qué no lo hacía?, de nada serviría una criatura que no la obedeciese. Luego, sin querer, recordó muy a su pesar que muchos de los criminales que tenían secuaces imponían respeto a través del carácter duro y la intimidación. Y si eso es lo que necesitaba...

Siéntatevolvió a ordenar, con sus ojos tornándose naranjas, la voz profunda y alzando la barbilla sin titubear. La bestia por fin se sentó sobre sus cuartos traseros y profirió un pequeño rugido a modo de obediencia. Nesryn lo redujo de tamaño, cabía en la palma de su mano, como un juguete, decidió que al ser uno de los primeros sería de los más importantes. Lo nombraría.

Theron saboreó el nombre entre sus labios y luego se lo comunicó. El Desviante blanco rugió y fue gracioso de escucharlo, pero cada vez que Nesryn mencionaba el nombre siempre giraba su cabeza hacia ella. Los Eternos, según informes de su padre, no se habían ido, y descansaban en las habitaciones de invitados de la Torre. ¿Es que acaso buscaban su propia desgracia?, la joven Stark pensaba que si, pero también estaba consciente de que la venganza que ella deseaba obtener se facilitaría si los tenía bajo su mismo techo. Así que días después de estar faltando a la escuela con excusas de una enfermedad grave, decidió salir de su habitación, por la mañana, con su uniforme puesto y Theron en un bolsillo de su mochila.

©𝐄 𝐓 𝐄 𝐑 𝐍 𝐀  𝐒 𝖙𝖆𝖗𝕶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora