¿Aún me amas?

12 5 18
                                    

Lo lamento, lamento no poder verte y decir "te superé", lamento sentir un dolor en mi pecho cuando noto que no estás bien, lamento sentir celos cuando no tendría por qué. Lamento que me duelas, pero no puedo dejar de tener profundos sentimientos hacia tí, quiero soltarte y dejarte ir pero parece una misión imposible.

Quisiera poder escribirte, quisiera poder ser tu amiga aunque no quiera eso. Quisiera que me consideres algo bonito, quisiera ser una partecita de tí porque tú sí eres una parte de mí.

Duele desear saber como estás, como va tu día. Duele querer saber tus logros, lo que te propones. Duele suponer que estás bien o mal a base de las redes. Duele quererte... Duele amarte... Duele tanto.

Perdón, perdón por querer verte, querer cuidarte, querer tocarte, querer tener un futuro a tu lado y perdón por lo que hice en el pasado, perdón por tratarte como lo hice pero juro que no fue esa mi intención, jamás quise dejarte como tú pensaste.

Pensé que hablarte seco iba a tener menos impacto, pensé que eso sería lo mejor pero aquí me tienes, luego de casi seis años sigo amandote y aún más fuerte.

Mis sentimientos dispersos se transformaron en sólidos y fuertes, tan sólidos que aumentan con el tiempo, tan fuertes que no puedo prestar atención a otras personas.

¿Sabes qué pasó para terminar así?
Mi abuela, ella robó mi celular y leyó todo, leyó que me tratabas más bonito que ella, leyó cómo me amabas, leyó cuando planeabas estar conmigo, leyó nuestro saboreo de un futuro...

Un futuro tan lejano que no creo que podamos alcanzarlo ahora. Leyó mis poemas, tus reacciones, tus suaves caricias a través de una pantalla, tan suaves y calmadas que ni siquiera ella podía darmelas en persona. Tus leves suspiros enamorados quedaron grabados en su memoria, mis soñadores pensamientos también.

Se decepcionó de mí, por haberme enamorado de alguien, por compartir mis días y mis sentimientos con una persona.

Esa noche fue un caos para mi corazón, quien se destrozó y ya nadie pudo recoger sus pequeños trozos y juntarlos de nuevo, esa noche mi madre fue testigo de mi sufrimiento, del dolor interminable de mi pecho, de mis lágrimas sin fin. Ella no siguió apreciando como su hija se desgarraba de a poco todas las noches, no quise permitirlo.

Durante un tiempo traté de borrarte de mi memoria, borrar cualquier rastro de amor que habitaba en mí hacia tí, traté de eliminar las escenas donde se podía notar a leguas que me apreciabas de la misma forma que yo lo hacía, traté de olvidar todo... Olvidarte.

Aún así no funcionó, al tiempo leves recuerdos tuyos volvieron a mi mente, cada vez que lo hacían sentía nostalgia de todo lo que pasó entre nosotros.

Luego empezaron a llegar con más frecuencia y no podía evitar pensar cómo estabas, si conseguiste alguna meta que alguna vez me contaste, si todo en tu familia iba bien, si tu hermanito gozaba de buena salud, si tú lograste avanzar amorosamente, si te volviste a enamorar. Y tu voz me hacía tanta falta...

Una persona importante para mí ayudó a encontrarte, aún recuerdo la emoción que sentí cuando leí tu mensaje. No sabía cómo reaccionar, como comportarme, como tratarte.

Me dolió cuando empezamos a hablar cada vez menos, no se lo que pasa por tu cabecita, quisiera saberlo.

¿Sabes que más desgarra mi corazón?
Que tienes un poder increíble sobre mí, un mensaje tuyo recompone una mala semana, tu voz me calma en cualquier circunstancia, mis lágrimas paran cuando hablamos, y vuelven cuando ya no lo hacemos. Es idiota de mi parte dejar que me puedas controlar sin que tú lo quieras o te enteres, pero es que es inevitable.

PoemsWhere stories live. Discover now