Es hora de volver

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Miro a mi alrededor sintiendo como un suspiro escapa suavemente de mis labios, de solo recordas todas las cosas que viví aquí en tan poco tiempo me hace sentir nostalgica y cuestionarme si la decisión que tome es la más adecuada o no.

Sacudo la cabeza, sin darme el más mínimo intento de retractarme ya es hora de regresar y poner de nuevo a mi vida en orden, pero de solo pensarlo siento millones de cosas pasar por mi pecho y arremolinarse en el. Como una punzada que no me deja tranquila, respiro profundo para luego soltar el aire poco a poco. Es uno de los ejercicios que Patricia me enseñó y es que debo decir que gracias a ella, soy una mujer más fuerte hoy en día.

Quisiera decir que curada del todo pero eso sería como pedir un milagro al cielo, difícil pero no imposible, han pasado tres años desde que me vine de Singapur y aunque nueva York me ha dado todo lo que un día soñé, siento que realmente no fue mi verdadera casa por eso es mi firme decisión de regresar. Aúnque tenga miedo de enfrentar a mis demonios.

-¿Estás segura de querer regresar a ese lugar? - la voz de Patty me regresa a la realidad. - Sabes que aunque has avanzado lo suficiente, aún no estás en condiciones de hacerle frente a todo la situación. - me mira entre triste y preocupada.

Aunque la entiendo y se que no solo se trata de enfrentar mis miedos, se trata de que tiene miedo de que la olvide o deje de  tener comunicación con ella. Por eso sus palabras pero ambas sabemos que estoy mucho más que lista para volver a ese lugar que tanto daño me hizo y poder liberarme de las cadenas que aún me atan al dolor.

-No te preocupes por mi - la tomo de las manos - ambas sabemos que estoy más que lista para hacerlo - suspiro - es algo que debo hacer, aparte se lo prometí a mamá.

-lo se, pero... - resopla - tengo miedo a que recaigas Madd, no fue fácil para ti, salir de ese hoyo negro en el que te encontrabas - me mira con tristeza.

- No me voy a olvidar de ti, si es a lo que le tienes miedo - decido ignorar sus palabras y bromear un poco - más allá de mi psicóloga, eres mi mejor amiga la que me tendió la mano cuando creía que ya no podía más y no me dejó sola - la abrazo con cariño.

Muchas cosas han pasado desde que llegué a este país, pero sobretodo hubieran algunas que me hicieron cuestionar mis decisiones y si lo que había hecho estaba bien o no. Termino de empacar mis maletas y observo por última vez el penthouse que compre una mes después de que comenzará a trabajar. Mi trabajo como modelo me llevo a ser mucho más reconocida a lo que era en Singapur; a tal punto de tener que salir con guardaespaldas -aunque odiaba tener que estar vigilada - pero era parte de mi rutina cotidiana y de mi ahora nueva vida.

No voy a decir que ahora me quejo, porque la verdad siempre fue lo que quise. Ser una modelo reconocida a tal punto de que alguien quisiera tener que trabajar conmigo, y mis esfuerzos fueron el fruto de mi ahora éxito.

Tengo tantas cosas en mi cabeza que nisiquiera sé cómo comenzar a organizar mis ideas, todo y cada una de las cosas que quiero y debo hacer me tienen con un dolor de cabeza insufrible, pero no quiero decirle nada a Patricia porque se que se empeñara en hacerme desistir de mi decisión y eso no lo voy a permitir. Aquella semana en el set, la persona que estuvo llamando a mi teléfono era mi madre, fue un poco duro escucharla hablar de la forma en que lo hacía, al parecer papá ha estado muy enfermo a tal punto de que mamá cree que ya no podrá seguir con nosotras.

Al principio me enfade mucho por no decírmelo, pero ella alego que ya tenía suficiente con mis problemas, como para sumarle otro más. Pero es caso que imposible no preocuparse y sentirse mal cuando la persona que está a un paso de morir es tu padre, ellos no son los únicos por lo cual tome la decisión de volver. Si no tambien por el hecho de que ya era hora, y que debo cerrar un capítulo importante de mi vida. Y así poder continuar en paz y poder visualizar mi futuro.

Patty al principio quiso acompañarme y aunque al principio no me pareció mala idea, tampoco podía ser tan egoísta de hacerla dejar toda su vida aquí en New York y llegar a un país el cual nisiquiera a visitado nunca y en el cual puede que no se llegue a sentir cómoda.

—Es hora de irme — cierro mi maleta — ¿Me acompañaras al aeropuerto o prefieres quedarte? — pregunto un poco triste.

—te acompañaré — me pasa un brazo por el hombro y me sonríe — mi mejor amiga volverá a su país, y aunque por una parte me siento preocupada — suspira para volver a hablar — también me siento orgullosa de ese gran paso que darás en tu vida.

La abrazo dejando mi maleta en el piso, la verdad no me puedo quejarme en nada con respecto a New York. Me dió por escasos meses la vida que siempre quise y amistades difíciles de reemplazar, pero ahora ya no puedo seguir huyendo de mi pasado. Así que tomo de nuevo mi maleta y junto a Patricia salimos de mi penthouse, poniendo rumbo hasta el aeropuerto.

Una vez llegado al lugar con dos horas de anticipación, comienzo a hacer mi chequeo y todo lo que se debe hacer antes de viajar; por suerte una vez hecho todo me sobra un poco de tiempo el cual uso para ir a comer con Patty a uno de los restaurantes que ahí dentro del aeropuerto, tomamos asiento en una de las mesas y hacemos nuestro pedido de comida.

Mientras esperamos por ella charlamos al respecto de mis sesiones de terapia, y todo lo que pase en cada una de ella.

—No es fácil para alguien empezar de nuevo — digo en un susurro — tu más que nadie sabes todo lo que llore en cada uno de esos días.

—Lo se Madd, fue difícil para ambas — sonríe triste — verte de esa manera en cada sesión me rompía el corazón en Miles de pedazos.

Asiento como respuesta y recibimos los platos que nos coloca el mesero dándole las gracias, se que no solo para mí fue difícil porque era la primera vez que Patricia se involucraba de manera personal con uno de sus pacientes, pero algunas veces más allá de necesitar un consejo de una psicóloga, me los daba como una amiga y fue en ese entonces que nuestra amistad comenzó a surgir y aunque no era éticamente correcto a nosotras no nos importo.

Y debo decir que para nada me arrepiento ha Sido una persona muy escencial e importante en mi vida, me ha ayudado en mis ataque de pánico; porque si, lo descubrimos un día en el que tuve una terrible pesadilla que me llevo al borde del colapso. Pero es un tema que muy escasamente tomados, debido a que no me gusta estarlo hablando a todo momento.

Una vez terminadas de comer nuestros platos, pagamos y nos disponemos a ir a la sala de espera. No falta mucho para que comiencen a llamar y deba embarcar el avión.

—Espero todo vaya bien — me mira fijamente — si necesitas de alguien sabes que puedes llamarme a la hora que sea ¿si?— dice cariñosa.

—No te preocupes por mi, te prometo que si necesito de alguien serás la primera en quien llame — sujeto su mano— y cuando no pueda más recordare cada una de tus palabras y ejercicios para calmarme.

Está por responder cuando una chica a través de el altavoz del lugar comienza a hablar.

Pasajeros con destino a Singapur por favor dirigirse al salón 34B.

La abrazo por última vez y me despido con la mano para luego tomar mi maleta y comenzar a caminar hasta el sitio mencionado.

— muy bien, aquí vamos — Respiro profundo — Es hora de volver.

Concentro todo lo positivo en mi mente y me encamino por el largo pasillo hasta el avión.

✨✨

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Maddisson (Saga Destino #2.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora