"Se necesita joven de 18 a 22 años para mesera en un bar-restaurante, horario estable y buena paga. Para más información comuníquese a los números xxxxxxx o al xxxxxxx"
Hay una foto del bar y no está para nada mal, se ve lujoso.
Uh, interesante. Doblo la hoja, pero una rafaga de viento hace que se me suelte de las manos. ¡Ay, no! empiezo a correr, necesito ese empleo.
Voy tan distraída que no me doy cuenta que hago caer a una mujer.
-Lo siento, discúlpame-le doy mi mano y ella se ríe parándose y acomodando su falda.
Es de tez blanca, cabello negro y ojos azules; tiene una falda y una blusa manga larga, parece que trabaja en una oficina.
-No te preocupes-me sonríe-creo que esto es tuyo, ¿verdad?-me extiende el anuncio y yo lo tomo dándole las gracias.
-Debo irme-ve su reloj de muñeca-hasta luego, ¿Lea?. -pregunta viendo mi gafete en la camisa.
-Sí, soy Lea, ¿y tú?
-Natascha Ruzzo, mucho gusto-pasa por mi lado y puedo oler su perfume.
¿Qué me está pasando hoy? ¿Por qué no puedo dejar de ser tan torpe últimamente?
Retomo mi camino, iré a visitar a Jayden, no queda muy lejos de aquí, necesito desahogarme con él y confirmar que la foto que llegó es falsa.
(***)
-¿Jay? -lo llamo abriendo la puerta de su departamento pero no logro escuchar nada por la música a todo volumen que tiene.
Vuelvo a llamarlo pero no hay respuesta, reviso y todo está en orden. <Qué extraño>>.
La música viene de su cuarto, empujo un poco la puerta y lo que veo me deja totalmente en shock...
Natascha Ruzzo
Paso por su lado y muerdo mis labios, cuando llego a mi auto mi chófer abre la puerta, saludándome.
-Buenos días, señora Ruzzo-saluda amablemente, cerrando la puerta.
-Buenos días para ti también, Alfred-digo alisando mi traje, y no puedo dejar de pensar en ella y como miró mis piernas, cierro los ojos borrando esa imagen de mi cabeza, pero no puedo. Es casi imposible.
-Alfred, sabes que te aprecio, viejito, ¿no?
-¿Qué favor necesita ahora, mi niña?
-Necesito que investigues a alguien, su nombre es Lea. En la tarde te pasaré más información ya que memoricé dos números de un nuevo local y estoy segura de que ella trabajará ahí.
-Como diga, ¿desea música?
-No, no te preocupes si quieres pon para ti, Alf.
-Gracias.
Lea tiene un aire de sumisa y eso es muy interesante para mí.
Los días pasan y, cuando estoy a punto de irme, Alfred entra con una carpeta bajo el brazo con el nombre de Lea.
-Señora, aquí está toda la información sobre la muchacha que me pidió-dejó la carpeta sobre mi escritorio-con su permiso, me retiro.
-Quédate, viejito-él asiente y va al mueble a leer el periódico.
Abro la carpeta y una foto de ella me da la bienvenida, tiene un precioso rostro de ángel, paso a la siguiente hoja en donde me indica su nombre, edad, donde nació, donde creció y donde reside actualmente; de todo lo que leí solo dos cosas odié: 1; que ella haya crecido en un orfanato porque sus padres fueron unos adictos al crack y no podían sostenerla en esa calamidad de vida. 2; que tenga una dependencia con el imbécil de su novio, un tal Jayden, sigo leyendo y me alegra saber que terminó con él pero no están los motivos y por ultimo como tenía la certeza, Lea aceptó el trabajo hace un par de días, de 4pm hasta las 12pm.
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Caricias prohibidas
RomanceLea es tranquilidad, amor, paz y felicidad. A pesar de su difícil vida en los últimos años, obligada a pausar sus estudios universitarios y alejarse de su familia para conseguir un empleo y poder retomar su carrera tiempo después, pudo salir adelant...
¿Nuevo trabajo?
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