—En ese momento, en el mismo instante en que Zeus usó su ataque secreto, él copió el ataque usando un método desconocido. Con el margen más mínimo, esquivó el puño de Zeus y le lanzó un contraataque.

—Hermes... —Ares tomó a Hermes del cuello —, ¿me estás diciendo que lo viste? —Ares no quería creer que Hermes fuera capaz de verlo mientras que él no. No quería sentirse inferior ante su hermano menor.

—No, solo es lo que me pareció, hermano Ares. —respondió Hermes, pero la tensión se podía sentir en el ambiente. Ares soltó a Hermes y éste hizo como si nada hubiera pasado.

Querías preguntar más y aclarar algunas dudas que tenías, pero Poseidón te tapó la boca.

—No hables. —Y le hiciste caso.

—Por eso te dije que te arrepentirías. —le dijo Adán a Zeus, pensando que el combate ya había terminado, ya que Zeus no se movía, pero esto apenas estaba comenzando.

Brunilda y el presentador pensaban lo mismo que Adán, por lo que la valquiria mayor ya estaba ideando un plan para sacarte de aquel lugar mientras que el presentador mencionaba que no podía creer lo que estaba sucediendo.

—¡Adán! ¡Lo hiciste! ¡Ganaste! —gritaba Eva desde las gradas, sentándose a lado de sus dos hijos. La rubia, al igual que Adán, ya te había notado desde antes de que empezara el combate, puesto que era el chisme celestial y ardiente de la semana, por lo que todos los dioses hablaban de eso. Fue Eva quien le había pedido a Adán que te salvara del dios de los mares, recibiendo una respuesta positiva del primer ser humano.

Adán comenzó a caminar rumbo a la salida y el presentador estaba a punto de anunciar la victoria de la humanidad, sin embargo, Zeus no se lo permitió. Devolviendo su cabeza a su lugar original, puesto que Adán le había volteado la cabeza, Zeus se levantó y mencionó que aún no estaba acabado, siendo recibido por las aclamaciones de los dioses.

Zeus comenzó a hiperventilar y a emanar humo de su cuerpo. Antes de lanzarse sobre Adán, quería preguntarle una duda que le había surgido con el pasar del combate.

—Dime la verdadera razón por la que viniste a luchar contra los dioses.

Pero la respuesta de Adán no era demasiado elaborada.

Todos estaban esperando su respuesta. Tu, inconscientemente, te quisiste acercar un poco más a Adán.

—Cuando quieres proteger a tus hijos, ¿necesitas tener una razón?

Estremeciéndose en silencio, las palabras de Adán conmovieron a la humanidad, uniendolos a todos y rezando por su victoria. Juntaste tus manos y comenzaste a rezar al igual que los otros humanos. No querías llorar, pero las palabras de Adán parecían estar dirigidas a ti.

Eso era el verdadero amor indescriptible de un padre.

—Fui un tonto... —fue lo último que escuchaste decir por parte de Zeus, ya que te concentraste en seguir rezando.

No supiste cómo ni cuándo, pero de un momento a otro Zeus había adoptado una nueva forma y se había lanzado sobre Adán, golpeándolo y siendo golpeado por su creación.

Mientras la valquiria menor y los humanos celebraban e imaginaban que la victoria sería de Adán, Brunilda supo que algo andaba mal, gritando al darse cuenta. Tanto Adán como Zeus se notaban tensos, golpeándose a lo loco hasta hacer caer a su contrincante.

De repente, la sangre comenzó a brotar de la nariz de Adán y, en su cara, específicamente el lugar alrededor de los ojos de Adán, se comenzaba a agrietar su piel.

Hagamos una historia juntos (Poseidón x tú)Where stories live. Discover now