UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]

Capítulo 13

Estaba nerviosa. Había decidido seguir las palabras de Alarick tras una semana e iba a tener mi primera cita. Sí, una cita. Nada de sexo. Si quería encontrar a ese hombre perfecto, tenía que trabajarlo. Y, la verdad, ni siquiera le conocí por alguna red para ligar. Nos cruzamos en una cafetería y pareció que surgió esa chispa al cruzar miradas. Estuvimos charlando un rato, tomando café, y terminamos dándonos el teléfono.

¡Y me llamó!

Concretamos un día y hora para vernos. Y ahí estaba yo, a punto de entrar en aquél restaurante donde decidió invitarme a cenar. ¡Qué nervios! No era un sitio muy formal, lo cuál me agradó.

Vi a Oliver tras adentrarme en el restaurante y nuestras miradas coincidieron. Me sonrió y él se levantó, caballeroso, mientras yo me acercaba. Me señaló que tomara asiento y me ayudó, apartándome la silla.

—Gracias —musité.

Volvió a sentarse frente a mí.

—¿Cómo estás? ¿Cómo fue el trabajo?

—Bien, mucho trabajo, ideas, cosas que reescribir, pero bien. Pronto tendré unos días de descanso —sonreí—. ¿Y el tuyo?

—Bien, no tan emocionante como el tuyo. Muchos cafés.

Vale, ¿Había olvidado mencionar que Oliver era el que trabajaba en la cafetería? Él me hizo el Latte esa mañana. Y, tras un error fatal para él —dado que confundió cafés con el mío y el de una señora, quien le montó una escena—, comenzamos a hablar. Pasé media hora y llegue'tarde al trabajo, pero valió la pena.

—¿Y la señora? ¿Acabó reclamando? —me burlé un poco.

—No —reconoció en una pequeña risa—. Como buen encargado logré persuadirla. Ahora, tendrá café gratis toda la semana.

—Vaya, ¿Logró café gratis? —me hice la sorprendida—. Debería haber montado yo la escena.

Rio.

Entre más charla, tonteando un poco, pedimos comida y cenamos. Todo parecía ir bien, todo iba sobre ruedas, hasta que comenzó a hablar de su ex. Y no, no fue un comentario, dos o una charla de diez minutos. Ya llevábamos una hora hablando sobre ella.

Creo que estaba conociendo más a Mía que a Oliver.

A ver, no tiene por qué se una de esas famosas "red flags". Y yo estaba intentando conocer un poco más a mi pretendiente; dejarle ser.

Pero es que comenzó a lanzarle cumplidos, a la par que la maldecía por haberle dejado. Ahí, comenzó a hacerse extraño.

Logré, otra media hora más tarde, desviar la conversación y hablábamos sobre el futuro. Le expliqué un poco sobre mis proyectos e ideas, pero entonces vino otra "red flag". Vale, sólo era algo hipotético, pero ¿Qué hice tras eso?

Salí huyendo.

¿Y a quién llamé? A Alarick.

Nada más descolgó, hablé:

—¡Quiere seis hijos y que no trabaje! ¡Y está obsesionado con su ex!—solté de la nada.

—¿Qué?

—¿Dónde estas? —pregunté, suspirando y parándome en seco.

—En casa.

—Dime por favor qu...

—Te mando la dirección.

Colgué, respirando aliviada.

No. Definitivamente, Oliver no salió como creí. ¿Que le diera oportunidad a mis pretendientes? Ya, bueno. Lo intenté.