©𝐄 𝐓 𝐄 𝐑 𝐍 𝐀 𝐒 𝖙𝖆𝖗𝕶

𝐅 𝐎 𝐔 𝐑 𝐓 𝐇!

HABIA PASADO MÁS DE UNA SEMANA desde aquella misión en donde Druig junto a Makkari se habían unido a ayudar a los Vengadores, con un ataque terrorista que casi termina en la caída consecutiva de varios edificios con civiles, Pietro y Makkari habían logrado sacar a todas las personas antes de que eso sucediera, Nesryn les agradeció a ambos brevemente. Un día despues volvieron a la base de los Vengadores, dandose cuenta que los Eternos se habían quedado todos dormidos en los sillones de la sala.

Nesryn estuvo a punto de mandarlos a todos directo a la nave especial de donde habían salido, pero después de una extensa charla con su familia de Vengadores llegaron todos al acuerdo de que Nesryn conviviría con los Eternos durante un mes, si despues de ese mes ella no estaba segura de querer recuperar sus recuerdos los Eternos se irían de su vida.

Los Eternos accedieron convencidos de que logarían convencer a la joven Stark durante ese mes, por lo que la Torre de los Vengadores tenía unos huéspedes más que alojar. Nesryn pensó que todos serían como perros y gatos, pero convivían de forma pacífica, hablando e interactuando lo necesario. A Druig, Kingo, Thena y Gilgamesh les gustaba obervar el entrenamiento físico y riguroso de Nesryn, todos los días se estrenaba con Natasha y después de aquello, Druig la acompañaba a la escuela y charlaba con ella, la joven Stark debía admitir que era agradable sus charlas matutinas con el Eterno que según había entendido, fue su pareja.

— ¿Tú y yo...? — Druig se hizo el desentendido ante la pregunta de la Vengadora, por lo que enarco una ceja con la expresión de confusión en su rostro, pero con una sonrisa socarrona dentro de él. Nesryn suspiro antes de volver a formular muy bien la pregunta —. ¿Tuvimos intimidad alguna vez? Quiero decir, es que sí es así pues le mentí a mi papá con lo de virgen hasta el altar — Druig soltó una carcajada mientras caminaban las pocas cuadras faltantes para el colegio de la Eterna. Se veía como una adolescente rica, con su uniforme azul perfectamente limpio, zapatos de tacón lustrado y varias perforaciones en la oreja que Druig admiró.

— Sí, eramos una pareja muy... ¿Activa? Eso es lo que puedo decir, a no ser que desees detalles... — Nesryn negó con la cabeza rápidamente, el colegio apareció rapidamente delante de ellos, Nesryn, como todos los días se iba a despedir de Druig con un beso en la mejilla — pago por el café frío que le compraba todas las mañanas a escondidas de su padre, Tony —, entonces Nesryn acercó sus labios a la mejilla del Eterno, pero este volteo su rostro rápidamente y sus labios se encontraron por menos de un segundo.

— Eso lo has hecho a proposito, ¿verdad? — Druig asintió con descaro y después se dio la vuelta lanzandole un guiño —. ¡Te puedes ir directito a la Arishem! — exclamo la pelinegra para luego ingresar a su colegio con una leve sonrisa.

ALGO QUE SORPRENDIA DÍA A DÍA a los Eternos era la gran habilidad de Nesryn a la hora de pelear, ya no dependía totalmente de sus poderes, sus patadas y ganchos eran bastante letales, en los entrenamientos que podían apreciar, Natasha no tenía compasión con ella, y Nesryn parecía no necesitarla, no se quejaba y siempre daba lo mejor de ella, incluso cuando se mataba la cabeza estudiando, la habían observado dormirse hasta tarde por las tareas, proyectos y demás cosas a las que — Tony brevemente le habia comentado a Ajak—, las clases extracurriculares que Nesryn le había hecho pagar a su padre, su ritmo de vida era agitado, pero ella nunca se quejaba, siempre estaba optimista, el mismo Tony se discutía con ella.