Capítulo 112: Sosteniéndote.

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He Yu todavía se sentía incómodo en esa habitación.

Xie Qingcheng le dijo一 Siéntate y toma un poco de té.

He Yu se acercó y miró hacia abajo para ver que el agua del té era muy impura y aún tenía un leve color amarillento aún después de haber sido hervida.

Volvió a alejarse como un gato noble, prefiriendo morir de sed antes que beber.

Había dos cajas de leche Shuahua en la maleta de Xie Qingcheng, así que se las entregó a He Yu.

He Yu las tomó y le miró fijamente一 ¿Esto es lo que me das?

La paciencia de Xie Qingcheng llegó a su fin一 Las traje especialmente para ti, si no las vas a tomar, devuélvemelas.

He Yu puso los ojos en blanco, luego a regañadientes retiró la pajilla y tomó un sorbo de la leche procesada que no le gustaba y que no era lo suficientemente pura.

Los dos se acomodaron para aliviar algunas de las penurias del viaje y luego se dispusieron a investigar el caso de Zhao Xue.

Primero fueron a la escuela secundaria a la que había asistido Zhao Xue, pero había sido desocupada y estaba llena de maleza. La gran puerta de hierro de la escuela estaba cerrada y de ella colgaban gruesas cadenas de hierro oxidadas como las mudas de una serpiente roja.

一¿Escuela Secundaria Renheng? Se cerró hace años. Cuando el patrocinador retiró su ayuda, muchos estudiantes se quedaron sin lugar para estudiar.

Eso fue lo que contestaron la gente de una tienda cercana cuando los escucharon preguntar sobre la situación de la escuela, mientras pelaban unos cacahuates一 Es una lástima.

He Yu preguntó一 Entonces, ¿sabes quién es la directora y dónde está ahora?

一¿La Directora? La primera directora se fue hace unos años atrás, luego vino un director de la ciudad, que después del cierre de la escuela también se fue. No hablaba mucho con la gente, era un erudito, así que era un poco noble. No conocía a ninguno de nosotros. Pero puedes ir a la aldea Yijia y preguntar. Allí hay una escuela rural de primaria y secundaria de nueve años y ya habían cooperado con la escuela media de Renheng, antes tal vez esa gente sepa mejor.

Cuando Xie Qingcheng escuchó las palabras "Aldea Yijia", tuvo una vaga sensación de incomodidad en su corazón, como si hubiera esperado algo.

Siguiendo las instrucciones de las personas de la tienda, los dos caminaron dos millas y llegaron a otra pequeña aldea del condado de Qingli. Había un gran árbol en la entrada del pueblo, bajo el cual varios ancianos jugaban a las cartas y cerca había un edificio de barro de dos plantas. En el edificio se escuchaba el sonido del mahjong y dados temblando, era obviamente un casino ilegal.

Y justo al lado del casino se encontraba una tablilla de piedra, en el que estaba escrito de manera grande y artificiosa

"Pueblo Yijia"

He Yu interpretó fácilmente la cultura del juego de la aldea a partir de la escena que tenía delante. Miró con frialdad a los ancianos que tenían la mitad del cuello enterrado en la tierra amarilla y jugaban con tanta fiereza, con cierto desdén giró la cabeza y le dijo a Xie Qingcheng一 Este lugar es realmente...

Antes de terminar de hablar, sus ojos se fijaron en el rostro de Xie Qingcheng.

He Yu hizo una pausa.

Se dió cuenta de que la cara de Xie Qingcheng se había vuelto repentinamente muy pálida.

Se quedó congelado un momento y, después de unos segundos, tan inteligente como era, se dio cuenta al instante de algo: una aldea cuyo nombre era Yijia, venía del apellido Yi, pueblo rural pobre, adicto al juego, una pequeña casa de juego a la entrada del pueblo...

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now