No puedo llorar.

Eso tiene otro nombre...

Todo empezó como un juego
Lo divertido de lo nuevo,
Lo diferente que parece tentador
Y el extra que te deja comprar algo más que el 2x1 de todo moda.

La línea se hizo tan borrosa
Que no hubo diferencia entre estar sola un domingo
Y estar acompañada un día en la semana
Las sábanas ásperas dejaron de sentirse así
Y Algo que ya disfrutaba poco
Perdió el poco placer que le quedaba.

Ya no hay diferencia entre esa esquina
Y el WhatsApp,
Ya no hay diferencia entre mi cama y la de un hotel.
Ya no hay diferencia entre ellas y yo
Aunque intente pensar que si
Es siempre no.

El contacto con la piel ajena se hizo frío
Y las manos dejaron de ser amables

El olor del cloro en la piel me recordó a los días de verano de mi infancia
Pero ya no había sol en el pasto verde
Ni el sabor dulce del mango en mi lengua.
Se parece más bien a la piel arrugada de mi abuelo
Y a los gritos en el living.
A dormir sola en un colchón incómodo
Con miedo a que algún bicho me toque la piel.

La piel de las rodillas se me puso áspera
Y el dolor de la mandíbula a penas me dejo comer
Aun así el dolor fue un poco placentero
Y romantizamos la libertad que nos ganábamos cuando el único costo parecía ser
Las anécdotas bizarras de las que nos reíamos

Pero a veces en la ducha
O mientras mis amigos hablan
Mi mente se distancia de mi cuerpo
Para ir a un lugar donde ni yo puedo encontrarla.