Tirada ahí, en su cama, después de enfrentar a JJ se cuestionó que era lo mejor para ella.

¿Olvidar o superar?

No lo sabía, la verdad, solo quería quitarse todo ese dolor de encima. Ya no sentir nada.

No sentir lo que le apretaba el pecho en ese momento.

Habían días que su tiempo libre la hacía acordarse de pequeños momentos de su vida, y a veces, entre ellos estaba el verano pasado.

Julieta se golpeaba la cabeza para no recordarlo, pero la mayor parte de las veces era inútil, así que solo se ponía a hacer cosas que la distrajeran.

Pero esa noche, con tanta tristeza en el cuerpo, se dejó llevar.

Se sintió dispuesta a recordar el dolor, el que había estado evitando sentir todos los días desde que su vida se derrumbó.

Y recordó.

Lo recordó todo.

ONCE MESES ANTES . . .

—Vendremos mañana a las diez, eh. ¡No lo olvides!

—¡Seguro! No duerman tan tarde.

—Sabes qué eso no será posible.

—¡Adiós!

Un día mas de verano había terminado. Era triste, pero también reconfortante.

Llegar a casa aliviaba a Julieta, aunque los últimos días no se había sentido así exactamente.

Giró el picaporte con miedo a lo que se fuera a encontrar y entró.

Percibió murmullos desde la cocina, y al ser las únicas personas con las que vivía supo que eran sus padres, probablemente discutiendo otra vez.

Decidió que ese par no le arruinarían su increíble día con sus estupideces, así que aceleró el paso hasta su habitación sin hacer un solo ruido.

Abrió la puerta de este con delicadeza y entró casi como un rayo al dormitorio. Un suspiro salió de ella después de ponerle el seguro y finalmente pudo respirar en paz.

Se quitó las zapatillas y tomó una de sus ligas para agarrarse el cabello e ir a ducharse.

Antes de que Julie pudiera siquiera dirigirse al baño, la voz de su padre la hizo detenerse.

—¿Qué le diremos a Julie? No, ¿que le dirás a Julie?

Un silencio agobiante inundó la casa, haciendo que Julieta pegara su oído a la pared para escuchar más claro.

¿Decirme qué? se preguntó.

—La verdad. —habló ahora su madre.

—¿Que dejarás a tu familia para huir con un anciano adinerado a Figure Eight? ¿En serio, Jenna? —preguntó Ray, desesperado e indignado a la vez. Se levantó de su silla y se llevó las manos a la cabeza, intentado controlar su agitada respiración.

—Qué mierda. —susurró Julieta ante lo recién escuchado.— ¿De qué habla?

—Si así será entonces Julieta se quedará conmigo. —anunció, decidido.— Si tú quieres ir a vivir tu cuento de hadas, okey, ¡hazlo! Pero Julieta pertenece aquí, en La Corte conmigo, con sus amigos, ¡no permitiré que le quites eso!

—Julieta también es mi hija, Raymond. —peleó devuelta la adulta.— Y no creas que lograrás quitármela. ¡Yo lo di todo por ella! Me fui de mi hogar, renuncié a la universidad, a mis amigos, ¡todo por mi hija! ¡Porque la amo!

Julieta sentía que su corazón estaba a punto de salírsele del pecho con todo lo que escuchaba.

Las peleas siempre fueron serias, pero ella solo las había ignorado. Ahora que se mencionaba a ella y a su madre marchándose y a su padre luchando para que Julieta se quedara, la hacía saber que la aventura de su madre con aquel hombre misterioso del otro lado de la isla ya había ido demasiado lejos.

—No pienses no por un segundo que la dejaré en esta porquería. —finalizó Jenna, en un grito.

—¿Porquería? ¡Es su hogar, Jenna! Ella no conoce nada en Figure Eight, ¡Julieta es una pogue y me niego a quieras cambiar eso.

—¿Crees que su tontería de "pogue" le durará para siempre? Es una adolescente, Ray. Ahora su vida son fiestas, surf y alcohol, ¿pero como será cuando cumpla dieciocho? ¿Un embarazo adolescente como el mío? ¡No lo permitiré! —gritó.— No dejaré que cometa mi mismo error.

—Entonces fue un error —reprochó Ray, quedándose en silencio después.— nosotros, esto... ¿fue un error para ti, Jenna?

Para ese momento, la desesperación y la angustia ya había llenado de lágrimas los ojos de Julieta. Su cuerpo temblaba, parecía que todo eso era una maldita pesadilla.

—Sí, lo fue.

(...)

No puedo creerlo.

—¿Estás totalmente segura?

—¿Cómo no estarlo? Lo escuché todo ayer.

El rostro de Julieta no mostraba una sola emoción. Solo miraba perdida hacia el pantano, mientras el sol resplandecía y sus amigos la escuchaban atónitos.

La pelinegra intentó abrir la boca varías veces y un par de lágrimas se le acumularon en los ojos de pronto.

—Se dijeron cosas horribles. —soltó, con la voz totalmente quebrada.

John B no dudó ni un segundo en lanzarse a abrazarla, permitiendo que ella llorara en su hombro.

Tanto Kie, como Pope y JJ observaban la escena con muchísima pena.

Desde pequeños, Julieta había sido una persona a la que siempre veías feliz. Parecía indestructible, casi como un rayo de sol de verano. Vivo, alegre, confortante.

Ahora, los problemas de sus padres la habían ido desgastando de a poco, pero para ese momento, Julieta ya estaba completamente apagada.

La morena de rizos se sentó sobre la madera a su lado y se unió a su abrazo, mientras agarraba la mano de su amiga.

Mientras todos consolaban a la muchacha, inevitablemente se preguntaban que sucedería ahora que su mejor amiga se iría al otro lado de la isla.

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hola!! al fin actualiceeeee, jeje:)

feliz Año Nuevo atrasado! apenas he tenido tiempo de entrar a wattpad.

Aquí se muestra más la situación familiar de Julie, en el próximo capítulo será la d ellos pogues ;p prepárenseeeeee

—santanastic

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⏰ Last updated: Jan 07, 2022 ⏰

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love story  ━━ jj maybank.Where stories live. Discover now