Sonrío, antes de bajar la vista, totalmente sonrojada.

—     También me caes bien. Supongo que puedo almorzar con ustedes.

Lo miro a los ojos y me sorprendo al notar como Collin sonríe con entusiasmo.

—     ¡Genial! ¿Vas a historia?

Aparto la mirada, enfocándome en uno de los relojes que cuelgan de las paredes y notando que aún tengo tiempo. No quito la sonrisa de mi rostro.

—     Iba a buscar mi material, pero te veré allá.

Él asiente, con una sonrisa. Parece tener la sonrisa pegada con cinta adhesiva al rostro. Tiene suerte de ser tan guapo y poseer una sonrisa linda siendo que sonríe todo el tiempo.

—     Claro. Te veo allá, suerte en tu travesía hasta tu casillero.

Río y él parece sentirse bien con ello, supongo que no lo hago tan a menudo.

—     Vale, te veo luego Collin.

Y él se aparta para que yo pueda continuar caminando.

***

—     Muy bien alumnos, hoy diré las parejas para el trabajo mensual. Será sobre temas variados que serán repartidos de forma aleatoria, para que no se ayuden entre grupos.

Pestañeo lentamente, el aula de la profesora Anna siempre me ha parecido sumamente aburrida y estoy batallando para no dormirme.

Escucho como comienzan a nombrar las parejas e intento espabilarme. Entiendo vagamente que a Anabeth y a Rose, dos de mis amigas, les ha tocado juntas. A Marie le tocó con uno de los chicos asiáticos que a ella tanto le gustan a pesar de tener novio.

Y entonces escucho mi nombre.

—     Grace Becker con William Bell.

Tengo que hacer esfuerzos para que ponerme a bailar o hacer algo raro mientras siento que se me calientan las mejillas. Intentó relajarme, sabiendo que no funcionará y el rojo intenso continuará adornándolas por un rato. Y es que William Bell, el sexy capitán del equipo de vóleibol, con preciosos ojos color cielo y sonrisa brillante, lleva siendo mi amor platónico desde que ingresé al colegio, dos años atrás. Y aunque nunca había compartido clases con él, hasta ahora, siempre lo he observado cuando lo veo en los recreos o durante el almuerzo.

Y eso me recuerda que el mejor amigo de William es Collin. Y que Collin me había invitado a sentarme con ellos en el almuerzo. Y yo había aceptado. Y ahora tendré que parecer una persona normal frente a ese sensual sujeto de ojos azules.

Me pateo internamente al recordar ese dato, antes de que un carraspeo frente a mi me haga alzar la vista.

Frente a mis ojos, se encuentra el chico de mis sueños... literalmente; entre mis sueños de unicornios y castillos color rosa pastel él aparecía muy seguido. Tanto, que Zucarita, mi preciosa unicornio rosa,ya le había cogido cariño. El punto es que él me sonríe de forma amigable mientras sostiene su mochila sobre el hombro derecho y yo solo puedo pensar que esa sonrisa es demasiado preciosa como para que no la muestre constantemente.

Parpadeo repetidamente antes de apartar la vista, totalmente azorada, mientras él se sienta frente a mí.

—     Así que... Grace...

Me siento demasiado feliz cuando me doy cuenta de que él sabe mi nombre. Alzo los ojos para toparme con los de él, que me miran de forma intensa.

—     ¿Te caigo mal?

Abro mucho los ojos y lo miro alarmada. Mierda, ¿por qué él cree eso?

—     ¡¿Qué?! ¡No! ¿Por qué piensas eso?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 14, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un café muy dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora