Have you ever been in love?

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Todo comenzó sin siquiera planearlo. Me enamoré.
Es posible que a nadie le importe saber lo que pienso o siento en estos momentos, pero creo que era necesario expresar lo que ronda por mi mente y corazón desde hace un largo tiempo.
El amor era para mi un concepto ajeno, difícilmente podría haber pensado en que alguien me amase o yo amar a alguien más, cuando más joven me rompieron el corazón a punta de mentiras, engaños, manipulación y mucho, pero mucho dolor; aún con todo eso, yo me enamoré y entregué lo que tenía en ese entonces.
Recuerdo vagamente que me creía cada ínfima palabra que me dijo, cada mentira que soltó y no dudé en comprarme, llegué a sentirme importante en su vida, más sin embargo sólo fui su sujeto de prueba, su experiencia divertida con quien hizo lo que quiso. Eso fui yo, hasta que me harté y decidí dar un paso al costado, aunque no de la mejor manera y todo se arruinó a peor, pues mi mente jamás me dejó en paz y el remordimiento de lo que hice me persiguió hasta que confesé mi error y sufrí porque ese "amor" me dejó y aún después de ello tuvo poder sobre mi.
Fueron tiempos complicados.
Los años no pasan en vano y el tiempo lo cura todo: tienen razón. Encontré un nuevo amor que empecé a querer de una manera más tranquila y con cuidado, no quería arriesgarme demasiado esta vez, pero sólo yo me enamoré y una vez más comprendí que ese amor del que todos hablan y presumen no era para mi, debí dejarle partir para nunca más volver a mi lado; hoy confieso que fue lo mejor, porque era un definitivo imposible por miles de cosas que hoy ya no tiene caso de ser reveladas.
Hasta que llegó mi amor jamás planeado, el más fuerte, el que me hace sentir la vida en las venas y que me duela el corazón.
Jamás imaginé que mi camino me llevara a conocer a esta persona tan especial, que después de muchos años de tratar conmigo y ver la persona reacia y distante que soy jamás se rindió.
En lo personal, sacarme una sonrisa de verdad o un abrazo es una tarea compleja porque no soy de brindar afecto fácilmente, detesto llorar y sentirme frágil, considero que es parte de mi forma de ser y no es un rasgo que fácilmente vaya a cambiar, pero la presencia de esta persona logró lo impensable: me cambió para siempre.
Su ternura, esos abrazos que me iban derritiendo las barreras, sus sonrisas, las tonterías que a veces hacía para hacerme sonreír, sus muy maduras pláticas y sus momentos bobos, la alegria en su mirada cada vez que nuestros ojos se encontraban; todo ello fue como una inyección de adrenalina y vida que mi corazón y alma habían olvidado, fue arrasador.
A veces me pregunto si yo merecía todo lo que me daba, si yo lo valía siquiera, nunca me he considerado lo bastante suficiente para merecer tan agradables atenciones, ese cariño sin medida que siempre me dió.
Tengo que confesar que amo sus abrazos, la forma en que se enroscaba en mi pecho para sentir seguridad, me hacía sentirme invencible, que podía con todo y contra todos, me sentía en la cima del universo (vaya que me estoy poniendo cursi)
Hasta que un día las tornas giraron; no sólo veía la amistad que nos unía, empezamos a compartir algunos gestos más profundos, más intensos, le compartí mi dolor al perder a alguien amado, me vió quebrarme y llorar de dolor, algo que no muchas personas han visto, nunca creí que le dejaría ver cuan rota tenía el alma y sólo su abrazo a la luz de un atardecer me curó un poquito el corazón. Si algún día lees esto, quiero darte las gracias por no dejarme caer.
En estos momentos, mientras escribo estas líneas y mis lagrimas ruedan por mis mejillas, hay un nudo en mi garganta que me incita a seguir abriendo mi corazón y mi mente, porque esta historia merece ser narrada, al menos desde mi punto de vista.
Estimad@ lect@r, te agradezco el acompañarme a través de mis sentimientos expresados aquí, como nunca nadie lo leerá o sabrá, pero no pretendo aburrirte con mi extensa narrativa, sólo quiero decir y confesar el milagro que en mi vida significa la presencia de esta persona.
Luego de los sucesos narrados antes, la relación que compartíamos cambió mucho, los abrazos eran más prolongados, la cercanía de los cuerpos, las miradas inevitables, la extraña necesidad de hablar y saber de nosotros, los roces involuntarios que desencadenaron los sentimientos más hermosos y queridos que llevaré siempre tatuados en el alma, porque todo empezó de una forma muy pura, sin maldad, sin morbo o malicia alguna, era puro amor y aprecio sincero.
No me considero una persona muy apegada a nadie, ni a mi familia, no gusto de dar muchas explicaciones sobre mis actos y suelo permanecer en silencio y calma en lo que a sentimientos se refiere, pero con el pasar de los días mi corazón sentía la necesidad de gritar lo que sentía, más aún por respeto y temor no decía nada, fue una cobardía tremenda de mi parte.
Hasta aquella tarde en que un juego se convirtió en una realidad que se moria por ver la luz: un beso todo lo cambió.
No fue planeado, no lo vi venir, jamás imaginé ni en mis más locos sueños que algo así sucedería; que ese pequeño contacto remecería todos mis cimientos, que abriría mi mente y mi corazón una vez más para sentir amor; me negué rotundamente a pensar en la posibilidad de entregarme de nuevo, pues no era lo correcto, aún cuando mi alma me gritaba que si lo era, intenté con todas las fuerzas de mi ser el negar lo que estaba sintiendo, tenía mucho miedo y creo que es normal temer a aquello que una vez ya te dañó.
El alcohol, muy mal consejero para ciertas acciones, fue parte protagonista de un suceso que tuvo lugar días después del primer beso: aquella vez se desataron pasiones algo desenfrenadas que por pura suerte lograron detenerse y no ser lamentadas luego, pero que dejaron una huella indeleble del natural deseo que nacía, producto de los afectos contenidos ya mencionados.
Con el correr de los días y el tiempo se afirmaron más los lazos de afecto y cariño que ya habíamos demostrado, bailar con los cuerpos juntos no bastaba, abrazarse fuertemente hasta querer fundirse en el otro cuerpo tampoco lo era, habían demasiadas ganas de fundirse en el alma, grabarse a fuego en la piel ajena, dejar la marca inescrutable de pertenecerse mutuamente, pero no era la mejor idea aún cuando las ganas no faltaban.
Debo confesar que yo empecé a extrañar cada vez que no nos veíamos, las veces que nuestras ocupaciones nos ponían en rumbos distintos, añoraba su mirada puesta en mi, sus manos pequeñas jugando con mi cabello, las cosquillas, su picardía al contarme de a pocos su vida, los dolores que vivía en su día a día; sus ganas de hacer alguna travesura y mi censura a las mismas, tan diferentes que somos, pero cómo nos complementamos.
Es inexplicable el cómo con acciones tan simples se fue ganando ese espacio en mi vida, deshizo los muros que una vez construí a mi alrededor y a base de abrazos y besos me devolvió las ganas de vivir, de bailar, de soñar con un futuro a su lado; me devolvió el romanticismo que yo ya había dado por perdido; me enseñó a amar de nuevo, sin dolor, sin sentirme vulnerable, aún cuando soy completamente vulnerable porque es la única persona que puede destruirme o construirme con su amor. Quizá el enamorarme le haya dado el poder de hacer conmigo lo que mejor quiera, pero no me importa sufrir por este amor, porque me enseñó en base a la pureza que el corazón sabe a quien elegir, aún cuando el mundo entero esté en contra, cuando los sentimientos son puros y honestos, no hay barrera que separe al amor verdadero.
Y si, lo digo nuevamente: me enamoré. Estoy amando a un amor que sé que me ama, pero no es nuestro tiempo; amo a una persona que sé que sería capaz de dar su vida por mi, pero no quiero que haga tan grande sacrificio, menos por mi, aún siento que debo ganarme esa fe ciega que ha depositado en mi. Soy un ser con millones de errores, miles de defectos por corregir y mejorar, pero quiero hacerlo de su mano, porque es la única vez que me sentí en paz, cuando tomé su mano y supe en ese instante que lo que sentía sería para siempre.
Cada beso suyo me llevaba a otro estado de pensamiento, me hacía flotar aún cuando mis rodillas se querían doblar y quedar a sus pies; esa manera posesiva que tiene de aferrarse a mis hombros y no dejarme ir, de quererme cerca suyo aún cuando ya debo alejarme con todo pesar, son sentimientos indescriptibles que jamás saldrán de mi alma, el saber que me ama y me lo ha demostrado de mil maneras, no podría dejarle atrás nunca, pues sería como dejarme yo, ¿como dejar mi vida atrás si esta persona es mi vida entera?.
Sería morir mientras respiro.
Esta catarsis nace de la impotencia de no poder decirle y demostrar todo lo que siento en este preciso momento a esta persona que tanto amo y que por circunstancias muy dolorosas no puedo ver ni oír, me doy cuenta de lo mucho que extraño su voz, su risa, el olor de sus cabellos y el brillo de sus ojos, que miles de veces me han puesto a sus pies y me han hecho temblar. Quisiera decirle que no me voy a rendir y voy a ser paciente, prudente y fuerte; que voy a resistir cada embate enemigo hasta que mis fuerzas me lo permitan, pues al día de hoy mi salud no es la mejor y tengo miedo de no resistir sin que sepa que nunca le dejé de amar, que es y será siempre mientras mis fuerzas y vida me sostengan el gran amor de mi vida, el que jamás esperé, el que no creía merecer, mi alma gemela, el único amor que me ha hecho creer en el amor.
Como alguna vez lo preguntamos ¿have you ever been in love?
Si, mil veces si, contigo si; I wanna grow old with you.
Gracias por acompañarme en esta lectura que nace del fondo de mi alma, sólo por amor a mi dulce amor.

Pd: buenas noches mi vida, nunca olvides que aunque no me puedas ver siempre estás en mi mente y mi corazón. I won't give up on us.

Have you ever been in love?Where stories live. Discover now