"whaaa...esta chica es idiota..."

La mirada alegre de Tanya desapareció por completo ante el despliegue colosal de imbecilidad que en tan pocas palabras la General había demostrado

-Por eso nosotros se los ofrecemos, porque podemos destruir los muelles en donde atracan y los barcos que envían hacia aquí, de esa forma cortaremos sus suministros y podremos deteriorar a su fuerza principal con pocos números-

Aunque la explicación era bastante obvia, la cara de Remedios claramente revelaba su falta de comprensión, por lo que un tanto cansada, Tanya volvió a explicar

-Mire..."General"...somos un batallón de magos aéreos...especializados en combate desde el aire...significa que podemos atravesar sus líneas sin mucha dificultad y atacar sus suministros directamente...ahora...ellos deben atravesar un océano para traer a sus fuerzas de invasión, lo que significa que son principalmente vulnerables mientras se encuentren sobre el agua, momento donde nosotros los atacaremos, lo que inevitablemente aumentará sus bajas y nos dará un respiro para reafirmar las líneas defensivas y tal vez incluso planear una ofensiva...entiende?-

Remedios comenzó a ver con ojos diferentes a la niña, pues, aunque no sentía hostilidad de su parte, si podía discernir la falta de respeto en sus palabras.

-De acuerdo...efectuaremos ese plan de inmediato...-

Levantándose en seco, Remedios simplemente salió de la tienda, acompañada por sus asesores, quienes avergonzados bajaron la cabeza en señal de disculpa antes de apresurarse rápidamente tras su líder.

Habiendo decidido su plan de acción, todos se retiraron en silencio, sin darle ningún apoyo extra a la niña, pero tampoco obstaculizándola.

Al salir de la tienda, Tanya miró nuevamente sus alrededores; las tiendas eran nada más que harapos ensangrentados, con chicas jóvenes llorando y sollozando entre suciedad y vendajes. Extremidades amputadas, ceguera, órganos dañados, daños por magia, las heridas que moraban allí en realidad no tenían nada que envidiarle a las generadas en el Rin o en el frente occidental en el imperio.

-Es horrible...chicas tan jóvenes...-

Visha no pudo evitar hablar ante la abominable imagen, llamando la atención de su superior.

-si...es horrible...-

"En verdad son unos idiotas...teniendo tan pocos recursos humanos los malgastan en defensas de sitios estratégicamente inútiles supongo que si esa chica Remedios es la cabeza del ejercito debe ser un milagro que aún se mantengan luchando"

Recuperando la compostura, ambas chicas avanzaron en el encuentro de sus hombres, quienes se habían aislado en uno de los rincones del campamento bajo las ordenes de la propia Tanya.

Sentados en el suelo simplemente mirando sus alrededores, un sentimiento amargo invadía al grupo

La moral era evidentemente baja, pues todos los experimentados soldados, aunque podían lidiar fácilmente con la crueldad de la guerra, no toleraban ver a mujeres tan bellas y jóvenes en ese deplorable estado.

Al ver a su comandante llegar, todos formaron a la espera de ordenes, llamando la atención de las personas en los alrededores.

-Mayor-

-Teniente...se ve un poco palido...se siente bien?-

-Disculpe mayor...pero...-

-Lo entiendo perfectamente teniente, pero no podemos darnos el lujo de ablandarnos en este momento, si queremos liberar la garganta de nuestros aliados y salvar a esas jovencitas debemos mantenernos firmes-

-SI SEÑORA!-

Las cejas de Tanya se fruncieron al tono de su segundo, pero para ese punto comenzaba a parecerle irrelevante la forma a la que se refirieran a ella.

-De acuerdo caballeros...nuestras ordenes son interceptar las líneas de suministros enemigas, para esto atacaremos los muelles tras las líneas enemigas, posterior a eso nos dividiremos en 2 equipos, Rojo 1 será guiado por el teniente Weiss y se encargará de hostigar los refuerzos enemigos que intenten desembarcar, mientras que el equipo Rojo 2 lo guiaré yo misma para asediar a las fuerzas ya desplegadas en tierra, alguna duda?-

-Si, cuales son las normas de combate?-

Grantz se había adelantado a las dudas de sus compañeros, pues si bien eran expertos en combate, tampoco eran adivinos que pudieran intuir como lidiar con los combatientes en un lugar donde evidentemente los tratados internacionales no existían.

-Estándar, nos apegaremos a los tratados internacionales y mantendremos una disciplina de fuego moderada, recuerden que estamos en un lugar con completa y total superioridad aérea, así que los golpearemos tanto como podamos pero manteniendo una distancia hasta saber exactamente con qué tipo de artillería cuentan-

Al unísono todos replicaron a las instrucciones de su comandante

-A la orden!-

Desempacando sus equipos de maniobras, rápidamente todos procedieron a colocárselos.

Las vestimentas clásicamente pertenecientes a granjeros fueron rápidamente retiradas e intercambiadas por los overoles militares, seguidos por los arneses de magos y el equipo mágico.

Lo que anteriormente podía ser un grupo de campesinos pasó a volverse una unidad militar especializada.

Al completar su equipación, una figura se aproximó al grupo.

-Ustedes son el grupo enviado por el reino hechicero cierto?-

Las miradas se desviaron para afrontar a la voz femenina, topándose con la imagen de la capitana Baraja.

"Conque así se ve con ropa..."

Un fugaz pensamiento que atravesó la mente de todos los hombres en el lugar, quienes rápidamente desviaron la mirada algo avergonzados.

Por su parte Neia no pudo instintivamente cubrir sus partes delicadas con sus manos de la manera más discreta que pudo, aunque su mirada molesta no se desvió ni un centímetro de la pequeña comandante, quien se mantenía estoica ante la presencia intimidante de la chica frente a ella.

-Así es...usted debería ser...-

-Mis disculpas, soy la capitana de la Unidad de defensa extranjera, batallón de magos 203-

-Un nombre peculiar...entonces ustedes tambien están bajo las ordenes del rey hechicero?-

-No, aunque Ains-sama es razonable en extremo, rechazó la idea de integrar nuestra unidad a sus filas a fin de que siguieramos esparciendo su grandeza por nuestro reino-

"Ains-sama...esa es mucha confianza para dirigirse al rey de una nación extranjera..."

-Ya veo, en ese caso, aunque no será por mucho tiempo, espero poder trabajar con usted-

Compartiendo una mutua sonrisa, ambas chicas se dieron la mano, sellando nuevamente una colaboración entre el reino hechicero y el reino Santo.







Overlord: La niña y el nigromanteOnde histórias criam vida. Descubra agora