Capítulo 21: Martes no es un día cualquiera

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14 de febrero 2016

El día del amor sin dudas prometía mucho. Había alquilado la heladería "A la mar" en Calle de Mar. En la mañana, Mario y yo aprenderíamos a hacer nuestros propios helados. En la tarde, Nicole y yo iríamos a una feria especial sobre fantasía. Cada 14 de febrero la feria llegaba a Badalona con un tema diferente, esta vez fue fantasía. Allí nos reuniríamos los tres al final del día, e iríamos a la cena que prepararía doña Margarita. La idea era que otro día del año todos nos reuniéramos.

Para mi buena suerte, Jaime y Daniel fueron retirados por un tiempo indefinido de su cargo. Lousie por otro lado intentaba a toda costa contactarme. Mi relación con Mario, desde aquella noche, siguió su rumbo aunque yo me sintiese culpable aún. En general todo estaba bien, no había llegado más notas hasta entonces y eso solo significa que aquella que destruyó mucho, solo había sido una broma extremadamente pesada.

El tiempo en la heladería fue muy divertido. Los reposteros nos dieron por incorregibles, ni Mario ni yo diferenciabamos la leche descremada de la entera. No encontrabamos diferencia entre la azúcar y la sal, pues en nuestra cabezota no cabía porqué los helados necesitaban sal.

Al final de la mañana ninguno tenía un helado con decencia. Fue un fiasco pero, uno muy divertido.

—Juro que sigo sin entender lo de la sal— protesta un Mario, con la cara llena de leche en polvo.

—Ya te explicaron, todo en la vida debe tener una pizca de sal— digo haciendo referencia a lo que nos comentaron hacía minutos atrás.

—Si, pero no tiene sentido. El helado es dulce no salado— contradice mi novio.

—¿Sabes que tendría sentido hoy?—cuestino intentando llevar bien mi papel de novia.

—¿Un helado de verdad?— responde rápidamente.

—Quizas, pero también canela y una velas— Intento que capté una indirecta, bastante clara. Luego de pensarlo durante dos semanas y decepcionarme mucho, por no ser lo que mi novio espera, decido dar el último paso.

—Quizás...— ríe muy fuerte antes de terminar lo que iba a decir. —Vaya Wilson, que humor el tuyo.

—Es enserio— dije algo un poco enfadada pues, cree que es una broma.

—No preciosa, no recuerdes eso, fue un error mío. No tuvo que pasar así.— besa mi frente y se aleja, sin dejarme decir algo más que adiós.

En la feria, habían muchas personas. Reinaban los souvenirs de Stars-Wars, Harry Potter, Twilight, Narnia y millones de series y películas. Era como otro mundo. Cada esquina tenía un ambiente diferente. Nicole estaba muy feliz, demasiado.

Hubo un momento en el que se alejó para posar al lado de un poster de Edward Cullen, yo la miraba en la distancia y amaba su sonrisa, esa que hacía meses por lo de Norma se había apagado.

Una venta de libros llamó mucho mi atención y mientras buscaba alguno clásico encontré "El corazón delator" de Edgar Allan Poe; "El principito" de Antonie de Saint y "Hamlet" de William Shakespeare; todos ilustrados ¡Era casi imposible encontrar algo así en esta parte de España, sin pensarlo los compré! O eso intenté en un principio.

—Señorita, sus libros ya han sido pagados.— menciona la mujer con vistosas canas en su cabello.

—No es posible, ni yo ni mi amiga nos habíamos acercado aquí antes.— menciono entre nerviosa y un poco alterada.

El Silencio Que Dejaste.(Proceso)Место, где живут истории. Откройте их для себя