Wei Ying y Jiang Cheng se encontraban en la situación de representar a su secta en la competencia anual de Laling Jin, donde debían demostrar sus destrezas en las seis artes.
A pesar de que esta competencia era una tradición para evaluar el progres...
Lan Xichen, andaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de algunas llamadas por parte de su hermano.
Oh vaya, el primer jade había perdido la oportunidad de disculparse con el joven heredero Jiang, quizá si tenía suerte lo haría al día siguiente a primera hora antes de que los Jiang se vayan, a pesar de haberse disculpado cuando ocurrió el suceso, sentía que Jiang Cheng lo evitaba, ya sea mirando hacia otro lado o simplemente ignorándolo. Eso no le gustaba, sabía que, si seguían así, él y Jiang Cheng no serían ni siquiera amigos, comprendía que tal vez el Jiang se sintió incómodo y avergonzado, algo que no era para menos.
Ambos jades se dirigieron a su habitación, la hora de dormir de los Lan era muy estricta, dictaba que debían dormir a las nueve de la noche, por lo tanto, el toque de queda empieza a esa hora y termina a las cinco de la mañana, que es cuando todos se despiertan.
Si el toque de queda era vulnerado, las reglas dictaban que debía recibir un castigo, aunque era así, había discípulos rebeldes que no se acostumbraban a ellas y en consecuencia las desobedecían, ante eso los discípulos mayores realizaban guardias, para evitar aquellos inconvenientes.
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La noche era muy hermosa, había luna llena, la cual iluminaba Gusu y este se podía apreciar en todo su esplendor, los copos de nieve caían por todo el lugar, cubriéndolo y creando un manto blanco que decoraba el paisaje, algunas flores de durazno y cerezo que no habían caído durante el otoño, caían al compás con el frío viento, llenando de color el blanco suelo, entre todo ese espectáculo, los brotes pequeños de algunas plantas se habría paso entre la nieve, buscando salir hacia la superficie.
Aunque la vista era hermosa, a medida que el invierno se hacía presente, también lo hacía el frío y los vientos helados, que congelaban todo a su paso.
Wei Ying no era fanático de esta estación, ni del clima de Gusu en realidad, al ser una persona de un sitio cálido, no estaba acostumbrado a ello, por lo que se apresuró a llegar al pabellón donde se encontraba su habitación.
En Yunmeng la mayoría del año, por no decir todo el año, era caluroso, solo existían días en los que llovía por un momento, pero al cabo de un rato el sol se volvía a hacer presente, algo diferente a lo que sucedía allí en Gusu.
Los Jiang, se dirigieron al pabellón de invitados a descansar, necesitaban dormir y recuperar fuerzas para el viaje de vuelta a su hogar.
Al llegar a su habitación, Jiang Cheng, le preguntó a Wei Ying la causa de la herida que portaba en el brazo y como se la hizo, Wei Ying le dijo lo mismo que a los demás, Jiang Cheng lo miró como si analizara su respuesta o buscando algún indicio de falsedad en aquello que dijo, Jiang Cheng sabía que su hermano era torpe hasta cierto punto, eran muchas las veces en las que el ojigrís se había lastimado, al ser imprudente al jugar, en el muelle o incluso en los entrenamientos en su secta, al ver que Wei Ying sonrió, decidió no indagar más en aquello y solo lo dejó pasar y no preguntó más, esto hizo que el Wei se sintiera más tranquilo.
