"Es que lo haces." Susurró, mordiendo suavemente la piel de mi cuello. "Luego puedo repetirte las tantas razones por las que me encantas, pero ahora mismo solo me cuestiono la mejor posición para hacerte mío." Mirándolo, relamí mis labios antes de contestar.

"Me gusta así." Alzó una de sus cejas al no entender a qué me refería y entonces dirigí la mirada a su cuerpo sobre el mío, con mis piernas separadas ya a ambos lados de su cadera. "Así. Me gusta cómo me cubres completamente con tu cuerpo... Siento que me comes, que desaparezco, que soy devorado por mi gran alfa y nada me puede más que esa idea."

Intenté sonreír de la forma más seductora posible antes de volver a tirar de sus cabellos para que quede claro que quería su boca en ese mismo segundo. Mis piernas se separaron más y se encogieron a los lados de tu cuerpo, apoyando la planta de mis pies en la cama, mientras mis manos jugaban con sus cortos mechones de cabello y ladeaba mi cabeza, entregándome completamente a su boca.

En silencio se alejó de mis labios y se inclinó para dejar delicados y tiernos besos sobre mi abdomen, a un costado y un poco más abajo de mi ombligo. Besó hasta donde la tela de mi bóxer se lo permitió y subió para terminar besando sobre mi vientre. Imaginé que sintió la tensión de mi abdomen apenas sus caliente y humedecidos besos habían tenido contacto con mi piel, aumentado la temperatura de mi cuerpo solo con esas caricias.

Alzó la mirada y se dedicó a observar mis expresiones, estando yo simplemente perdido entre todos sus actos. Así continuó con sus caricias, haciéndose desear. Bajó nuevamente la mirada para ver mi piel, pude saber que admiraba su obra, los pequeños círculos oscuros que se habrían formado a causa de sus mordidas. Él siguió besando la línea de mis costillas, tardando pero al final llegando a mis tetillas.

"Uh... Uhm." Mordí mi labio inferior, mis piernas comenzaron a temblar y se intentaban juntar, queriendo hacer presión para tener su entrepierna más cerca de mi cuerpo. Lo necesitaba tanto.

Xiao estaba bastante entretenido besándome por todas partes y yo no podía apartar la mirada de sus movimientos, tan lentos y tan dedicados, erizándome la piel sin dejar de mandarme ligeras y agradables descargas de placer.

Mis manos pasaron a sostener la tela de sus frazadas, apretándolas con fuerza. Me removía impaciente en mi lugar, tragando saliva con dureza, intentando morder mi labio inferior con la mayor fuerza posible para no soltar gemidos demasiado fuertes e interrumpir la atmósfera. Aunque por la expresión que notaba por segundos en su rostro, estaba seguro que Xiao sabía muy bien en qué estado me encontraba y solo buscaba llevarme poco a poco al límite.

"Xi-Xiao." Lo ronca que salió mi voz me hizo intentar aclarar mi garganta, sabía que sus simples acciones me estaban dejando sin aire. "Necesito que... Necesito que ¡Oh!" Mi espalda se arqueó ligeramente por la sorpresa, no me di cuenta el instante en que sus labios se rozaron justo sobre uno de mis pezones, endureciéndolo con algo tan simple, besando el contorno oscuro de este.

"¿Le dabas leche a Bennett, amor?"

"S-Sí." Su boca hizo presión sobre la punta de mi pezón y succionó sobre él, causándome otro fuerte gemido, llevando una de mis manos a sus cortos cabellos y cerrando los ojos con fuerza. "No." Gemí de nuevo, tirando de sus cabellos, intentando alejarlo. "No hagas... Oh joder ¡Xiao!"

Lo tomó entre sus dientes y tiró de la sensible piel, para luego volver a morder el contorno, mientras su pulgar pasaba por sobre mi abdomen, bajando entre caricias hasta que llegó al borde de mi pantalón. Solté un jadeo de sorpresa cuando de un simple tirón me quitó la prenda y el bóxer. Estaba feliz de haberme quitado las zapatillas antes de eso.

"Yo sigo pensando que en ese momento tengo al hombre más hermoso ante mis ojos, que me pertenece y ésta noche quiero hacerle el amor." Susurró.

Rozó sus labios con los míos solo para burlarse de mi deseo de besarlo, para después entregarme una maliciosa sonrisa apenas mis ojos se abrieron. Quise hacer un puchero, pero él solo dejó un pequeño beso en mis labios antes de levantarse, quitándose todas las prendas que le quedaban. Sin desconectar la mirada, estaba seguro que jamás había visto un hombre tan sexy en mi vida.

the perfect omega ; xiaovenWhere stories live. Discover now