Capítulo 55: ¡Yo no escape!  

Zacznij od początku
                                    

He Yu dijo:

-Después de siete años, hasta mi padre sabe que los amigos en los que me apoyaba son sólo fantasías, ¡solo yo no lo sabía!, ¡soy el único que ha caído más y más profundo en ella! ¿disfrutaste de la obra? ¿No es gracioso, Xie Qingcheng?, ¿no crees que eres cruel y arrogante y que no tienes ninguna consideración por mi corazón?, ¿qué soy yo a tus ojos...? ¡Una persona parcialmente imaginaria, tengo que confiar en una persona parcialmente imaginaria incluso por un poco de consuelo! Nadie me ha querido ni se ha preocupado por mí. Incluso en mi cumpleaños estuve sólo... tuve que confiar en mi propia imaginación para conseguir un saludo y un trozo de pastel.

He Yu apretó la cara de Xie Qingcheng y le miró las mejillas.

El rostro de Xie Qingcheng estaba blanco, pero su piel estaba caliente. Este hombre había sido torturado por él toda la noche anterior. Aunque todavía podía aguantar, He Yu sabía que Xie Qingcheng tenía fiebre cuando lo tocó.
El calor perduraba en las yemas de sus dedos, He Yu lo miraba fijamente con una mirada mortal.
Después de un largo tiempo, He Yu escuchó a Xie Qingcheng decir:

-... si me das otra oportunidad, seguiré haciendo lo mismo, seguiré manteniéndola alejada de ti y seguiré eligiendo no decirte la verdad.

He Yu se sintió tan ofendido por él, que estrelló a Xie Qingcheng contra la pared de azulejos negros del lavabo. Los azulejos oscuros y apagados recubrían el rostro delgado y pálido como un papel del hombre. Si la temperatura en su palma no hubiera sido tan caliente, He Yu habría pensado que Xie Qingcheng estaba hecho de nieve y que estaría a punto de derretirse así.
Xie Qingcheng tosió suavemente, pero sus ojos eran tan fríos y afilados como cuando vio por primera vez a He Yu.

-He Yu.

- ...

- Hago esto porque sé que no puedes soportarlo.

- ...

-Esta es la mejor opción. No importa lo que pienses, no me siento culpable en este asunto

- ...

De hecho, Xie Qingcheng originalmente quería decir: "estoy en deuda contigo, He Yu. Solía estar en una deuda de sinceridad hacia ti, elegiste darme tu corazón, sostuviste tu propio corazón en la palma de tu mano, inclinaste tu cabeza, te paraste de puntillas y me lo entregaste. Pero te traté sólo como a un paciente, incapaz de ver el desesperado anhelo en tus ojos de que alguien te acompañara con toda sinceridad."
"Es cierto que fui demasiado insensible."
"No será así en el futuro"
"Aunque no soy muy bueno para tratar a alguien con palabras cálidas y puede que siga siendo terco y frío, estoy dispuesto a ser un puente para ti porque fuiste tú quien eligió echarme una mano cuando estaba aislado y fuiste tú quien casi se jugó la vida por ese poco de ánimo que ni siquiera consideré un favor."
"Puede que no pueda darte exactamente lo que quieres, pero ya no puedo ser el doctor Xie; para ti, soy Xie Qingcheng." "Siempre y cuando estés dispuesto."

Estas eran las cosas que había pensado en su corazón y que quería hacer antes de la noche pasada. Pero ahora, todo había cambiado. Xie Qingcheng no quería decir más estas palabras a He Yu, el calor de su cuerpo, el dolor en sus partes íntimas, el mareo frente a sus ojos. Estas eran las marcas de la vergüenza que la locura de He Yu había marcado en su interior. El poco afecto que tenía Xie Qingcheng, parecía haber sido aniquilado en esta única noche.

Las mejillas de Xie Qingcheng estaban siendo pellizcadas por He Yu. Bajo el pelo desordenado en su frente, había un par de ojos tan afilados como el filo de un cuchillo. Apartó a He Yu y encendió un cigarrillo delante de él, pero después de dar una calada, se sintió molesto y apagó el cigarrillo siseando en la pared junto a He Yu.
Xie Qingcheng se obligó a mirar a He Yu, con los ojos un poco rojos.

Libro de Casos ClínicosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz