Se arrodilló ante ellos al tiempo que debaja salir su fragante aroma a lirios de manera reconfortante, una técnica maternal única de los omegas que inconscientemente se vio obligado a desarrollar cuando los jóvenes frente a él quedaron sin madre.
Suspiró y los rodeó a ambos con un inesperado abrazo protector, solo ante ellos se permitía ser así, eran su única familia y habían sido lastimados, no era momento de recriminarles y hacerlos sentir aún más mal, habían aprendido la lección.

- Voy a resolver esto... No sé cómo pero... Me encargaré de todo... Si esos indeseables se presentan ante mi los voy a desmembrar a mordidas... Nadie debe enterarse de esto, ¿Entendido? -.

Los jóvenes asintieron pegándose aún más al mayor en busca de consolación, mientras el mayor aspiraba con fuerza y grababa en su mente esos dos aromas.

Lotos con madera y vino de frambuesa.

Nadie jugaría con sus sobrinos y saldría vivo.

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- ¡BASTARDO! ¡ESAS CEREZAS ERAN MÍAS! -. Intentó arrebatarle la bolsa al ave mientras ésta revoloteaba con gracia a su alrededor. - ¡Yo las vi primero! ¡Las busqué especialmente para Lan Huan! -.

El cuervo se posó tranquilamente en una rama alta y volvió a su forma humana.

- Es una lástima, da la casualidad que yo busque estas mismas cerezas para Lan Zhan- Contestó burlón. -Anda Cheng Cheng, no seas malo, es complicado encontrar cosas que puedan comer los conejos, ten piedad de mi, deja que me quede con esto y ve a buscar otra cosa-.

- ¡Ni hablar! Sabes lo deliciosas que son las cerezas negras silvestres, ¡En definitiva algo que Lan Huan merece probar! No voy a darle cualquier mierda, ¡¿Qué dirá su familia si me ven con un regalo tan lamentable mientras tu llegas con eso?! ¡Me echarán a patadas de su casa! -.

Sacudió el árbol donde el otro se encontrá con mucha fuerza, haciendo que algunas hojas secas cayeran al suelo.

- ¡Lan Zhan también merece probarlas! Busca tu propia ofrenda, gato mañoso-.

Jiang Cheng estaba perdiendo la paciencia, había tenido que dejar a su pareja solo e indefenso en aquel lugar porque a buena hora se acordó de que no tenía ninguna ofrenda para dar cuando fuese a su hogar a pedir su mano, así que salió corriendo en busca de algo que pudiese servir para tal ocasión, encontrando en su camino un enorme cerezo lleno de sus deliciosos frutos... Lástima que tuviese sobre él una plaga, una plaga llamada Wei Wuxian y su desagradable pico vaciando cada rama que hallase en su camino.

Había tardado casi dos días desde que se fue para encontrarlo, no lo solitaria tan fácil.

- ¡Al menos dame la mitad! No creo que tu tonto Lan Zhan pueda comer todo eso-.

- ¡Lan Zhan no es ningún tonto! Sí te iba a compartir de mis cerezas, pero por decir eso ahora no te doy nada, además, es muy difícil que un ave y un mamífero tengan crías, ¡Necesito mucho sexo y él necesita mucha energía para eso! -. Transformó de nuevo su cuerpo en negras y afiladas plumas para alzarse por los aires, huyendo entre graznidos de burla hacia el otro omega.

El Jiang por su parte, refunfuñó en su lugar al verse derrotado, le daba vergüenza admitirlo pero... ¡No sabía nada cerca de los herbívoros! Es decir, su madre es una pantera, su hermana también lo era, su padre... No estaba muy seguro ¡Pero también comía carne! Incluso Wei Ying era un ave cuya dieta incluía apenas un par de verduras.

El pensar en un regalo para un ciervo era extraño porque lo único que sé le ocurría era... Carne.

¿Qué clase de propuesta sería esa? Seguro que lejos de parecer una pedida de mano aquello lo verían como una amenaza de muerte.

Se tiró al suelo y suspiró fastidiado, su hermoso tesoro había sido robado por un ave de mal agüero y ahora estaba sin nada. Si tan solo existiera algo digno de llevar ante sus pies.

Algo hermoso y fragante, refinado, delicado, de belleza única como su preciosos Lan Huan.

Entonces, la gran idea llegó a su mente.

¡Flores! ¿A que herbívoro no le gustan las flores? Esa era la respuesta.

Se puso en marcha y encontró un pequeño trecho lleno de unas delicadas florecillas moradas de tallo largo, las tomó desde la base y las arrancó todas, armando un improvisado y gigantesco ramo... O algo así, pues había arrancado casi todas las flores con todo y su terrosa raíz.

Satisfecho con su trabajo, se transformó en pantera y emprendió el viaje a el hogar de su amado, guiándose por el rico aroma a caramelo que aún percibía en el aire y llevando entre sus fauces su gran triunfo floral.

No paraba de emocionarse ante la idea de que seguramente Lan Huan estaría muy feliz de recibir tan bello regalo, y sin dudarlo saltaría a sus brazos para llenarlo con muchos besos de agradecimiento.

También deseaba con todas sus fuerzas que todas las cerezas que el Wei le arrebató estuvieran podridas por dentro, justo como ese plumero egoísta.

No se imaginaba que en lo más alto de la montaña su hermano se acercase cada vez más a el territorio de aquel viejo lobo balnco, un lobo muy enojado que custodiaba a su par de niños despechados y que buscaba a los responsables de su llanto.

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La neta yo siempre he creído que Lan Qiren quiere mucho a sus sobrinos, pero no sabe expresarlo o le da vergüenza, de que lit los ve como sus hijos.

Pero bueno, como sea este fue un capítulo corto y más como de contexto para lo que viene, muchas gracias por leer.

Besos en el queso😘😘

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