Sicheng observó sorprendido a Jaehyun, también triste, porque Jaehyun jamás le había dicho algo así, a pesar de que no era un niño tan dulce ni cariñoso; no como Sicheng, que aprovechaba cada oportunidad que tenía para demostrar su cariño y decirle que lo quería mucho.

Sicheng iba a hablar, pero no encontró su voz, se mantuvo callado, y a pesar de ser más grande que Jaehyun, era más sensible, y no pudo retener entonces sus lágrimas, y que sus labios se deformaran en un balbuceo que no dejó claro nada.

—Jaehyun... — Sicheng limpió sus ojos y se dio media vuelta para salir corriendo del aula. Estaba acostumbrado a que Jaehyun se quejara de él, incluso le decía tonto algunas veces, y para él era normal, porque lo tomaba como su forma de quererlo, de ser su amigo... no sabía que no quisiera ser más su amigo.

Jaehyun se levantó de su mesabanco, quería ir por Sicheng y pedirle una disculpa, porque lo que dijo fue una equivocación, solo quería guardar el secreto de su familia, y que ni Sicheng ni nadie se enterara. Su mamá le había dicho una ocasión, que ambos debían mantenerse callados y no contarle a nadie que papá les pegaba muy fuerte, porque podía causarles problemas, que incluso su papá podía ir a la cárcel, y no quería eso. Pero tampoco quería hacer sentir mal a Sicheng, que a pesar de todo, era su único amigo, y no se lo merecía.

Salió del aula, pero su objetivo se desvió de pronto, se quedó frente s la puerta, observando todo el alboroto que había en el patio. Todos sus compañeros se habían reunido alrededor de Doyoung, que a penas había puesto un pie dentro de la escuela. Sonrió, porque sus cálculos dieron el resultado que esperaba, y porque Doyoung también le había sonreído al verlo desde lejos.

Sin embargo, controló esa pequeña emoción que la llegada de Doyoung le causó, se detuvo de ir con él y el resto de los niños, simplemente lo miraba atenderlos, quizá debería esperar por su turno, aunque no le gustaba mucho eso. Entonces, buscó a Sicheng, esperaba que estuviera con todos los niños, alrededor de Doyoung, pero estaba apartado, escondido detrás de uno de los pocos árboles del patio, de espaldas a todos, tallando sus ojos húmedos y sin saber que en realidad Jaehyun podía verlo bien.

Iba a acercarse, estaba a punto de correr hacia él, pero Sicheng salió de su escondite para correr hacia Doyoung, quien le recibió el abrazo inesperado, consolándolo.

Dio media vuelta y entró al aula, para su preferencia, estaba vacía totalmente, él era el único que solía quedarse durante el receso. Miró por la ventana cómo Doyoung se había inclinado hasta la altura de Sicheng, para abrazarlo de nuevo, hablaba con él, y Sicheng empezaba a dejar de llorar para formar de nuevo una bonita sonrisa en sus labios.

No entendía el porque no le gustaba lo que veía. Él también admiraba a Doyoung, aunque nadie lo supiera, él también quería su atención aunque no lo demostrara, él también se emocionaba por sus visitas aunque no pudiera tomar ninguno de sus regalos, y sin embargo, era el único que no tenía la confianza o el valor suficiente para pedirle un abrazo. También quería que Doyoung lo abrazara, así como a Sicheng.

Son amigos› al parecer él ya no tenía uno. Ahora probablemente sus días serían peores.

Sicheng siempre estaba con él, haciéndolo reír, procurándolo, compartía sus materiales y su almuerzo con él, siempre estaba disponible para él. Jaehyun no sabía por qué si la mayoría de las veces no le devolvía todo lo que hacía por él.

En el patio, todos se habían organizado para jugar con un balón de fútbol que había llevado Doyoung, estaba algo desgastado, pero aún podía cumplir su misión. Sicheng se había unido a todos rápidamente, olvidando por un momento que estaba triste, y agradeciendo que Doyoung lo haya consolado. Le había dicho que seguramente Jaehyun no quiso decirle eso, y que si quería él podría hablar con Jaehyun; aceptó sin dudar.

— ¿Todo está bien, Jaehyun? — cuando Doyoung entró al aula, el corazón de Jaehyun se aceleró mucho, porque no esperaba que de repente apareciera a hablarle, eso no era algo que le pasara habitualmente.

—Sí — no pudo contestar algo más, porque sentía que cualquier palabra que saliera de su boca sería en forma de tartamudeo, y le daba vergüenza que Doyoung lo escuchara haciendo eso. Además, no tenía muchas ganas de hablar, porque había perdido a su único amigo.

— ¿Quieres contarme acerca de lo que pasó con Sicheng? — Doyoung se había sentado en la silla del escritorio, bastante lejos de Jaehyun, y es que intentaba que si el niño quería hablar de verdad, lo buscara. Tampoco quería arriesgarse y llegar a hacerlo sentir incómodo.

—Yo... — Jaehyun volvió su cabeza una vez más, para mirar a Sicheng por la ventana. La verdad era que sí quería hablar, quería disculparse porque sus palabras no fueron sinceras. Regresó su atención a Doyoung y caminó hasta el escritorio, quedando frente a él del lado contrario —yo le dije que ya no quería ser su amigo, pero no es cierto, yo me equivoqué, hyung...

Doyoung miró con atención la expresión en el rostro de Jaehyun. Tenía un brillo en sus ojos que demostraba su angustia, le dedicaba esa mirada de auxilio, pidiéndole una ayuda que parecía que sólo él pudiese darle. Y para Doyoung quizá era eso cierto, porque estaba seguro de que lo ayudaría si de verdad estaba en peligro, pese a cualquier cosa.

—Jaehyun... — Doyoung sonrió un poco, logrando que eso tranquilizara un poco al niño. —no te preocupes, yo voy a ayudarte.

CRECER ━ JAEDOWhere stories live. Discover now