"Me pintaste un cielo azul
Y luego vuelves y lo conviertes en lluvia"
Donde los planes y la vida de Aurora Fitwilliams son volteados de cabeza con la llegada de una nueva y singular familia a Forks, el pequeño pueblo en el que vive (y odia).
Edward...
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La hora del almuerzo por fin había llegado. Su estómago rugia debido al hambre que sentía. No había desayunado nada y la noche anterior tampoco cenó.
Cruzó las puertas de la cafetería con Angela a su lado. Le estaba hablando sobre cómo su pantalón blanco favorito dejó de ser blanco cuando accidentalmente lo metió a la lavadora con una camisa negra.
Se dirigieron hacia la fila para comprar el almuerzo al divisar a Mike quien le hacía señas para que se acercaran. Algunos les hicieron mala cara al ver que se metieron al fila pero Aurora los Ignoró.
No es que hubiera mucho de dónde elegir. Así que tomó una hamburguesa y pagó. No compró bebida porque suele llevar su botella con agua siempre. Una vez que sustituyes tus bebidas con agua, no hay vuelta atrás.
Mientras buscaban una mesa, Aurora notó a los Cullen y Hale ingresar a la cafetería.
De la nada sintió que era jalada del brazo. Frunciendo el ceño al notar que se trataba de Jessica. "¿Qué haces?" Se quejó.
"¡Vamos hablar ahora mismo sobre tu relación con los Cullen!" Declaró al llegar a la mesa.
"¿De qué rayos hablas?" La miró como si estuviera loca. Dejó su bandeja sobre la mesa y luego se sentó.
"¡No me mires de esa forma!" La señaló. "¿Sabias que hoy antes de entrar a clases Emmett Cullen habló con ella y le llamó bella durmiente?" Comentó hacia Angela quien no estuvo presente en ese momento.
"¿En serio?" Abrió sus ojos como plato.
"Y Edward Cullen siempre te está mirando." Intervino Mike.
"No menciones a ese idiota." Refunfuñó Aurora.
"¿También Edward Cullen?" Preguntó en tono venenoso Lauren, sentada a su lado por desgracia. " Vaya, Aurora, creí que sería suficiente con uno, ya sabes el que tiene pareja."
Aurora rodó los ojos sin prestarle atención atención a las palabras llenas de veneno. No entendía cómo tenían amigos en común.
"¡Lauren!" Angela la miró con reproche.
"No digo nada más que la verdad. Después de todo, de tal madre tal hija ¿no?"
Los únicos que escucharon eso fueron Jessica, Angela y Mike que estaban más cerca. Las dos chicas soltaron un jadeo, Mike la miró sorprendido.
Con furia, Aurora dejó su hamburguesa en su bandeja y miró directo al rostro de Lauren. "Eres una maldita perra."
"Oh, hablas de tu madre."
Lo siguiente que pasó fue su puño estrellarse contra el rostro de Lauren, derribandola del asiento.
"¡¿Estás loca, Aurora?" Tuvo el descaro de preguntar desde el suelo. Tenía su mano sosteniendo su nariz. Quizás se la rompió. Se lo merecía.
