¿Tu chico perfecto o el chico del que siempre estuvistes enamorada?
Keira Ribersy es una chica del montón, nunca destacaba en nada y era maltratada por su madre y su toxica hermana mayor.
Hasta que le tocó vivir su propia historia de amor.
Ella desd...
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Estaba andando por los pasillos, rumbo al patio, rodeada de gente de mi curso con la que nunca había hablado. Mientras andaba, Dylan se acercó a mí con cara de indignación.
- Niña, ¿Te puedes creer lo que están haciendo tu hermana y su amiga Ane Baldiola? - me dijo Dylan. - Haber rayo mcqueen de los chismes, cuenta... ¿Qué ha hecho Vera Ribersy? - Pues que Vera y amiguita están obligando a todos los alumnos que están en los pasillos que se inclinen ante Vera, porque si no hará de sus vidas un infierno. Infantil, lo se, pero la cuestión es que...
Yo me quedé tan pálida que Dylan se calló al ver mi cara.
Recorde los gritos y los empujones que me daba mi hermana cuando estábamos en casa, sus insultos y las carcajadas de mi madre al verme así, recordé el infierno en mi casa, no quería que también estuviese aquí.
Justo entonces, mi hermana y su amiga se plantaron delante de nuestras narices. Mi hermana con una voz cargada de desprecio me dijo:
- Haber, haber, haber, mi querida y asquerosa hermanita, ¡INCLINATE ANTE MI! - ¿Enserio crees que vamos a inclinarnos ante ti? Que no eres ninguna reina. - dijo Dylan sarcástico. - No me voy ha inclinar ante nadie. - le dije a Vera. - ¿A no Keira? - exclamó mi hermana.
Seguidamente me agarró por detrás de la cabeza y intentó inclinarme ante ella. Cuando estaba ha punto de conseguirlo, Dylan le agarró por detrás de la cabeza y la inclinó ante mí.
- ¡Deberías inclinarte tú ante ella! - le gritó Dylan a mi hermana. - Vámonos - me a mi.
Seguidamente me agarró de la mano y me fuimos al patio. Cuando ya estuvimos lejos de mi hermana, Dylan se dejó caer en el un banco del patio y me dijo:
- Niña, tengo muchas ganas de irme de viaje de estudios, ¿Tu no? Ir a Roma..., tengo familia allí ¿sabes?. - Pues espero que me invites si hacéis alguna cena familiar. - Jajaja - se rió él.
De repente, noté una presencia tras de mí, yo me giré y se me derritio el corazón.
Era Adam.
- ¡Hola Adam! - le dije con voz chillona, haciendo un ridículo demasiado enorme - Emmm... ¿Como estas? - Hola princesa, emm... sabes que mañana nos vamos a Roma ¿verdad? Bien, pues me gustaría que algun día del viaje de estudios, emm..., por ejemplo el lunes, cenar contigo, ¿Quieres? - Si, si, ¡Sí! Claro, obvió, me encantaría. - Maravilloso hermosa, ¡Hasta mañana! - dijo mientras se iba. - Si... Adam... hasta mañana... - dije embobada.
Después de que Adam se fuera, Dylan se levantó del banco y empezamos a andar dando vueltas por el patio. Mientras andábamos, Dylan me dijo:
- Niña, ¿Te gusta mucho Adam verdad? - ¿¡Qué!? No, no, no... - le contesté nerviosa.
Era la mentira más grande que se le hubiera dicho a alguien. Se me notaba demasiado en la cara, que Adam me encantaba, pero no se lo diría a Dylan, no justamente a él, no, cuando esa pequeña parte de mi corazón seguía diciendo que lo quería.
