¿Nos viste? - preguntó viéndome, aprovechó el semáforo para examinarme-

Si, te vimos - contesté sumando la presencia del pequeño frijolito, eso hizo que su sonrisa se ensanche más- Tu camiseta me queda chica

Agregué sonriendo, era una realidad, debido a mi alimentación para aumentar el hierro y bajar el riesgo de la anemia, había aumentado de peso y la presencia del bebé, hizo que varias prendas no me entren como antes.

Después te paso otra - contestó volviendo a mirar al frente y dobló para ingresar al estacionamiento- Se portan bien, nada de lío

Pidió estacionando cerca de la entrada, esperé a que se detenga para poder bajar.

Victoria toma mi mano y se ofreció para llevar la carpeta, donde están mis estudios, desde el primero en República Dominicana hasta la primer ecografia, las recetas y cosas importantes del doctor que me atendió en Argentina.

Giovanni se adelanta para entrar, Leandro me da un beso en la mejilla ya que no me había saludado como corresponde.

¿Cómo te sentís? - preguntó sacándome el bolso, como solía hacerlo antes - ¿Comiste bien?

Estoy bien, tranquilo - sonreí, su postura paternal sale a la luz y me encanta, en el sentido de que siempre demostró interés en cuidarnos-

Leandro entrelaza nuestros dedos para entrar al hospital, su acción me sorprende un poco. No quiero confundir las cosas o generar falsas esperanzas con él y mucho menos con los nenes presentes.

Esperame con ellos allá- señalé unos asientos libres, asintió y Victoria me deja la carpeta-

Lamentablemente mi experiencia con los hospitales no son lo mejor, creo que queda en evidencia que los odio. Pero voy a tener que acostumbrarme a esto.

Espero pacientemente en la fila para poder hablar con la secretaria, me da un poco de calor, creo que son los nervios de lo que me puedan llegar a decir.

Cometí el gran error de mirar por Internet sobre los embarazos con anemia, ya entendí porque el médico dijo que no lo haga.

Son muchas cosas, y la gran parte no las entendí, pues, no soy especialista en salud.

Pero aún sigue rondando en mi mente la idea de la muerte natal, me eriza la piel. Quiero hacer las cosas bien, quiero cuidarme y tratar de que el embarazo llegue a término o al menos a unos días antes.

Llega mi turno, y me piden mi documento, hacen las cosas típicas de la recepción de un hospital.

En diez minutos te toca, ¿Estas sola? -preguntó la recepcionista, negué con la cabeza -

Mi familia esta conmigo - respondí casi automático, asintió y por un momento me sentí algo avergonzada, jamás había admitido en voz alta a otros que ellos son mi familia-

Asintió y me indicó que espere junto a ellos, agarré mis cosas y fui directo a sentarme.

El olor a hospital me pone nerviosa, muevo sin cesar mi pierna hasta que siento el peso de algo sobre ella, la mano de Leandro.

No estés nerviosa, es peor para el bebé- pidió con una sonrisa tranquilizadora, asentí y me pasó mi bolso-

La espera es eterna, otra razón por la que no me gusta esto de venir. Soy impaciente, nerviosa y por sobre todas las cosas la más hipocondríaca que existe.

Giovanni juega con el celular de su papá y Victoria esta abrazada a mi.

¡Montalbetti! - se escuchó del otro lado del pasillo mi apellido, miré rápidamente a Leandro-

Rumors | Leandro Paredes Where stories live. Discover now