Había pasado unos dos meses así. Trataban de que hiciera terapia física todos los días, para poder mejorar su condición motora, pues de momento no había otro tratamiento posible. Afortunadamente, por ahora el habla no había sido afectada, pero estaban alerta ante cualquier tipo de complicación en ese aspecto. Por otro lado, el tratamiento psicológico lo llevaba difícil, pues lo rechazaba completamente, como si no tuviera interés en mejorar en absoluto.

Aquel día en particular, Zhongli lo había visitado, y luego de ser ignorado olímpicamente, no tuvo mejor idea que tomar su celular del bolsillo de su bata blanca, y abrir Spotify.

—Dime, Childe, ¿te gusta la música?

Por primera vez desde que lo conocía, Childe se notó curioso. Se sentó en la cama antes de responder.

—Sí —respondió encogiéndose de hombros y tocándose nerviosamente su cabello anaranjado.

—Hazme un hueco en la cama.

—¿Ah? —balbuceo, ligeramente avergonzado.

Sin esperar una respuesta concreta, el doctor Zhongli se aproximó y sentó al lado de su paciente. Childe se comenzó a sentir un poco extraño con la situación. Su doctor, un hombre joven de tal vez su misma edad (unos veintitantos), de pronto se había acercado tal vez demasiado. Sacó también de uno de sus bolsillos, unos auriculares blancos que conectó a su celular.

—Ten —le ofreció uno de sus auriculares, sonriendo.

Childe dudó mucho si aceptar o no. No entendía cuál era el propósito de ese extraño doctor, pero... tampoco tenía razones para rechazarlo, así que lo aceptó, curioso.

—Te propongo que escuches aleatoriamente una canción de mi playlist, y... clasifiques mi gusto musical del uno al diez.

De repente, Childe comenzó a reír de una manera que le resultó bastante tierna a su doctor. Zhongli le cuestionó por qué se reía, aunque él también se empezó a reír, tal vez porque la risa de su paciente le resultó un tanto contagiosa.

—Porque me estoy imaginando que te gusta escuchar música clásica o cosas de señor mayor.

—¿¡Señor mayor!?

Ese fue el comienzo de un extraño vínculo entre los dos. Pero se podría decir que ese vínculo salvó a Childe del abismo.








~•~







—Zhongli, lo busca la familia de Childe. Dicen que quieren hablarle de algo.

Sabía por qué lo buscaban. Últimamente Childe estaba empeorando demasiado, y eso claramente preocupaba a sus padres. Apenas podía caminar sin necesitar ayuda de sus muletas o de alguien más, y aunque siempre procuraba mantener una sonrisa y fingir que no le dolía... no engañaba a su doctor. Quien desde hacía bastante que pasaba más tiempo con él que sus propios padres.

—Diles que pasen a mi oficina —le dijo, mientras comenzaba a caminar hacia allí.

En el camino, se cruzó con varios pacientes que solían caminar por los pasillos a esas horas, para poder tomar un poco de aire. Los saludó a todos con la mano, y luego inconscientemente se detuvo frente a una puerta que no era la de su oficina. Se podía imaginar perfectamente a Childe allí dentro, sentado en su cama de sábanas celestes, escuchando música con los auriculares blancos que él mismo le había regalado.

Tocó la puerta sin pararse a pensarlo. Nadie respondió, por lo que supuso que o estaba durmiendo o en efecto se encontraba escuchando música, tal como se lo había imaginado. La abrió un poco, para espiar.

Doctor amor » Zhongli x TartagliaWhere stories live. Discover now