¿Están listos?

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TaeHyun conocía perfectamente esa mirada sutil que su esposo le había dado, era algo que con el tiempo había aprendido a reconocer y eso era la firmeza con la que el menor pensaba y actuaba. Al contrario de BeomGyu, él era una persona que se cuestionaba mucho su forma de actuar y pensar, podrían llamarlo calculador pero era mejor pensar en los pros y contras de las decisiones que luego darse cuenta de los posibles obstáculos y errores una vez ya se ha decidido todo.

Por eso en esos instantes no había emitido sonido alguno. Sentía la mirada penetrante que el menor le daba y sabía que era lo que su mente estaba pensando, tal vez por eso BeomGyu tampoco había dicho alguna palabra en todo el transcurso hasta su casa; Choi quería que TaeHyun estuviera seguro de lo que deseaban hacer sin importar todo lo que les deparará el futuro, debían estar seguros.

—Y bien ¿Qué piensas? —las manos de el pequeño sudaban, las probabilidades de que Terry le dijera que sí eran las mismas de que le diera un rotundo no.

TaeHyun siempre se imaginó con una esposa, tres hijos (de preferencia mujeres) y un perro llamado Puppy una vez él fuera mayor; sin embargo tenía un esposo al cuál amaba más que a su propia vida, no tenía mascotas o hijos lo que demostraba que sus planes no habían salido como los había planeado y a decir verdad poco le importaba, pero había algo que lo perturbaba todas las noches desde ese día.

Su mente no borraba las lágrimas que ambos habían lanzado esa noche, BeomGyu lamentándose por no ser fértil y TaeHyun por haber hecho que su esposo se sintiera culpable por algo que no estaba en su naturaleza. También era imposible olvidar las punzadas de dolor que muchas veces sentía por el mal trato con el que era tratado su tesoro y él una vez ambos entraban a un orfanato y no, no quería volver a sentir eso nunca más.

Se hubiera quedado en su mundo por más tiempo sino hubiera sentido las cálidas manos de BeomGyu apresando las suyas, levantó la vista y pudo ver la fuerte determinación que albergaba en esos ojos marrones.

—Entiendo lo que piensas, después de tantas experiencias malas podríamos darnos por vencidos en esto de la adopción y tal vez ver otras alternativas; pero estamos hablando de esos tres pequeños que llegaron en un momento gris de nuestras vidas, y se que tanto tú como yo deseamos hacerlos parte de nuestra familia, tu mirada y tus acciones hablan más de lo que tu cabeza está formulando en estos momentos —habló el menor con una pequeña sonrisa que le transmitió seguridad a el mayor.

TaeHyun asintió con la cabeza. BeomGyu tenía razón, amaba con locura a ese trío de niños y no dudaría luchar por esos pequeños.

—Además —BeomGyu habló mientras subía al regazo de Terry—, no permitiré que nos vuelvan a herir ¿Entendido? —TaeHyun asintió una vez más apresando la cintura de su esposo y besando sus labios.

—Además —BeomGyu habló mientras subía al regazo de Terry—, no permitiré que nos vuelvan a herir ¿Entendido? —TaeHyun asintió una vez más apresando la cintura de su esposo y besando sus labios

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BeomGyu confiaba en NichKhun como si de un hermano se tratase. Fueron pocos los meses en los que ambos trabajaron juntos y aún asi los dos hombres lograron forjar una relación muy estrecha.

NichKhun había cuidado mucho del coreano una vez llegó a trabajar a las instalaciones del orfanato, trató con él los aspectos más importantes de la construcción y de la remodelación sin darse cuenta que a ese joven ambicioso lo empezaba a mirar como a un hermano.

El tailandés sabía de antemano la situación por así decile de el matrimonio Kang. No le desagradaba en absoluto, él más que nadie entendía que el amor era amor y eso no lo podía cambiar. Desde luego también conocía la relación que habían establecido con el trío dinamita —como se les conocía por lo extrovertidos que llegaban a ser los niños—, fue por eso que no fue sorpresa verlos ahí una semana después de finalizar el contrato con la constructora.

—BeomGyu–ah, TaeHyun–ah, me alegra verlos aquí —saludó con una sonrisa mientras tomaban asiento en los asientos de la gran oficina.

Pudo percatarse que las manos de los dos chicos no se habían separado desde que los recibió en la puerta, otra cosa fue que su semblante lucía muy nervioso a punto de que su dongsaeng favorito no levantó la vista para nada. Se fijó que el músico estaba tenso. ¿Algo malo había pasado?

—El gusto es nuestro hyung —TaeHyun habló aún nervioso, estaba seguro de lo que hacía y no había marcha atrás.

—¿A qué debo su visita?

—Hyung, venimos con las mismas intenciones que las muchas personas que han estado frente a usted en varias ocasiones. Quisiéramos adoptar a Lee HeeSeung, Yang JungWon y Kim SeonWoo —habló BeomGyu después de haber estado callado.

El oriundo de Tailandia no pudo evitar sonreír; a diferencia de muchas sonrisas que antes les habían dado esa sonrisa era sincera. Hoverjkul sabía que tarde o temprano esos dos harían su aparición y hablarían sobre eso.

NichKhun se levantó y abrió la puerta que estaba detrás de ellos.

TaeHyun y BeomGyu estaban confundidos, acaso...

—Siganme chicos, primero tenemos que hablar con los niños —señaló la salida para llevarlos a ambos a una sala con muchos juguetes.

Minutos después la señorita YuQi llegó con los pequeños, quienes abrieron los ojos como platos al ver a los mayores allí.

la familia kang.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin