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Hifumi estaba dándole un último trago al vaso que sostenía en su mano. Estaba en una discoteca acompañado por sus amigos. Algunos de ellos estaban mirando a las chicas y los demás estaban en la pista bailando al son de la música como Hifumi.
—Mira esa chica tiene buenas piernas
—Esa otra baila muy bien
—Aquella de ahí parece sola, la invitaré a bailar
—Oye Hifumi-kun, ¿Por qué no invitas a una chica a bailar?
—¿Eh? ¿yo? —esa pregunta sacó al rubio de su armonía con la música
—Vamos Hifumi, eres el chico más popular de la preparatoria. Las mujeres caen ante tus pies y aun así no has invitado a ninguna a bailar.
Su amigo tenía razón, era el más popular y a la vez el más codiciado por sus compañeras de curso. Cada día recibía cartas de chicas esperanzadas por su respuesta, esperanzadas para que les acepte sus sentimientos y saliera con ellas. Hifumi... no era el chico que saliera con chicas. Nunca se lo dijo a nadie, nadie debía saber o sus días como el más popular y carismático en la preparatoria terminarían para dar paso a un infierno de acoso.
—Tal vez porque no encontré a la correcta, jeje~ —rio un poco nervioso.
—Enserio eres raro —y con eso acabó la conversación.
El chico encontró una chica con quién bailar. El chico de los mechones verdes le restó importancia ya que esta conversación tuvo lugar antes y tal vez tendrá lugar en el futuro siempre acabando con la frase "Enserio eres raro" o "Es increíble que el chico que tengo en frente es el que las chicas siguen con locura". Siguió bailando al son de la música, estaba feliz ya que el DJ hizo una buena mezcla con las canciones que más les gusta, probablemente tenga al menos 12 descargadas en su celular. Cerró los ojos y se dejó llevar por la música, porque tal vez sería la última vez que escucharía una mezcla tan placentera como esa.
Una mano en su hombro le hizo abrir los ojos. Era uno de sus amigos que al parecer traía a otro en su hombro, tenía una cara que reflejaba toda desesperación y unos ojos llorosos.
—A Takeuchi le cayó mal la bebida y con Ryuji lo ayudaremos, si nos necesitas estaremos en la parte de atrás de la discoteca junto al basurero.
—Entendido ¿Él estará bien? —preguntó un poco preocupado
No le respondió, pues ya se había ido para cuando acabó la pregunta. Takeuchi nunca tuvo buena resistencia al alcohol así que este tipo de situaciones eran normales entre su grupo de amigos. El rubio olvidó el tema y siguió bailando. La verdad no le importaba nada, tuvo una semana dura por culpa de los odiosos exámenes y lo único que quería hacer era sacarlo todo bailando alegre, cosa que pudo hacer con toda satisfacción.
