Parte 2

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Nota de la Autora: Inuyasha y sus personajes no pertenecen. Esto lo hago solo con el afán de divertirme y sin fines de lucro.

Doko ni Iru*

II

Rin sintió un deja vu al momento de entrar al elevador. Recordó que exactamente ese día hace dos años había estado ahí para celebrar su cumpleaños y en la sala de espera, afuera de la oficina de Sesshoumaru-sama, había conocido por primera vez a Kagura-sama.

Recordaba que mujer había estado sentada cerca de un gran ventanal. Se encontraban en el décimo piso, por lo que la vista era espectacular. Ella apenas si había notado la presencia de la adolescente, tomaba su té con tranquilidad y estaba absorta en sus pensamientos. Rin no había sabido quién era ella, solo había elegido sentarse en otro sofá y esperar pacientemente a que el joven peliblanco terminara con lo que sea que estaba haciendo.

Fue entonces que Kagura notó a la jovencilla en uniforme negro y largo cabello castaño. Tal imagen debió haberle extrañado, por lo que decidió girarse un poco en su asiento y dirigirle la palabra.

- ¿Oh? ¿Qué tenemos aquí? – Rin volteó a verla y la belleza de la mujer la cautivó en gran medida. Vestía una blusa roja con variadas figuras en color mostaza, una falda oscura y zapatillas del mismo color rojo intenso que su labial. Su cabello estaba peinado en un moño alto, del cual colgaban algunos adornos dorados - ¿Quién eres? – su voz era calmada, serena.

-Ummh... s-soy Rin – respondió la chiquilla de quince años. La mujer enarcó las cejas con interés.

-Eres la niña que Sesshoumaru protege – más que pregunta era afirmación. Colocó el dorso de su mano debajo de la barbilla y la observó con interés – Por lo que me habían platicado, esperaba encontrarme con una niña... no con una señorita – la aludida tardó un momento en reaccionar, aquella mujer sí que era hermosa.

- ¿Conoces a Sesshoumaru-sama? – preguntó Rin con curiosidad.

-Por supuesto, todos aquí lo conocemos –

Antes de que pudiera contestar, las puertas de la oficina se abrieron. La figura de Sesshoumaru, tan imponente como siempre, atravesó el vestíbulo acompañado de un sequito de personas y su fiel asistente Jaken. El peliblanco reparó en la presencia de las dos mujeres en la sala de espera. Caminó hacia ellas y los demás se retiraron, Jaken incluido.

-Kagura, estoy ocupado por el resto de la tarde –

Al escuchar el nombre, la joven adolescente abrió los ojos con sorpresa. ¿Kagura? Es decir, ¡¿la esposa de Sesshoumaru-sama?!

-Lo he notado – respondió con una sonrisa en sus labios y mirando a la joven.

-Rin, vámonos – ella se puso de pie inmediatamente y le dedicó una reverencia a la mujer. Siguió al peliblanco y volvió la vista hacia atrás, la imagen de Kagura observándolos partir le entristeció un poco.

-Sesshoumaru-sama... ¿está bien que la dejemos así? –

- ¿De qué hablas? – él continuó caminando.

-Kagura-sama... ¿puede venir con nosotros? –

Aún recordaba la mirada que le había dirigido Sesshoumaru en ese entonces. Confusión y sorpresa a la vez. Él se compuso y le había dicho con indiferencia que ella podía invitar a quien quisiese. Después de todo se trataba de su cumpleaños.

Los recuerdos de Rin se mezclaban con el presente. Las puertas del elevador se abrieron tal y como aquel día distrayéndola de sus ensoñaciones y de imágenes del pasado. El largo vestíbulo le dio la bienvenida, todo lucía familiar, el ambiente, las paredes, el ventanal que mostraba la incesante ciudad de Tokio. No había nadie en la sala de espera, así que no estaba segura de que era los siguiente que debía hacer. Las puertas de la oficina cerradas por completo y el escritorio del asistente del presidente vacío. Aquello le extraño y decidió seguir avanzando.

Doko ni Iru - SesshRinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora