Parte 2. ¿Qué pasó?

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Draco Malfoy (POV)

Ser un Malfoy era ser la realeza entre toda la comunidad mágica y más siendo descendiente de un Black, siempre era el centro de atención a donde quiera que fuera, nuestras propias características físicas nos identificaban como Malfoy, un apellido de prestigio, poder y fortuna dentro del mundo mágico, desde niño se me enseño a que yo era el mejor de todos, no importaba que fuera debía ser excelente ante todos, fuí criado para ser líder, para ser el orgullo de la casa Slytherin, un purasangre que tiene todo, hasta que el señor oscuro volvió a aterrorizar el mundo mágico. Tenía suficiente con los regaños y castigos de mi padre durante mis años en Hogwarts, todo porque Granger, la chica sabelotodo y ratón de biblioteca tenía que superarme en cada maldita clase. De ser el orgullo de mi padre ahora era una vergüenza que una nacida de muggles fuera mejor que yo, así que me desquite con ella, insultandola, molestandola y burlarme de ella, no solo por ser una Gryffindor o mejor que yo en clases, sino que también era la chica que estaba pegada a San Potter y la comadreja Weasley, con lo la peor compañía para los Slytherins.

Durante seis años me la pasé atormentando su existencia, llamándola sangre sucia, pero ahora no puedo estar más que enojado conmigo mismo. Mientras el señor tenebroso resurgía, tuve que pagar por los errores de mi padre, nunca pude elegir nada, como todo buen hijo, el patriarca de la familia decidía todo para su descendencia y cuando él fue a Azkaban, era el siguiente en línea para servir al monstruo. Nunca decidí unirme a sus filas, a vivir el horror de tenerlo viviendo en mi casa, la mansión familiar, me sacrifique por el bien de mi madre, con el apoyo de mi padrino, el tío Sev logré sobrevivir el calvario en el que vivía. Pero así como la marca tenebrosa nunca se quita, los castigos recibidos por él nos marcan para toda la vida.

Maldigo el día en que mi padre volvió de Azkaban y le dió su varita a su Lord, para que fallará y los castigará convirtiéndolos a él y su padre en criaturas, en bestias como Greyback. Recuerdo que esa luna llena él castigo de ser mordidos por el estúpido lobo y tratar de vivir al cambio. Así que ahora cada noche de luna llena estoy condenado a romper mis huesos para convertirme en un licántropo. Los primeros meses fueron una pesadilla para saber qué era lo que pasaba, pero con ayuda de Snape y la poción mata lobos puedo controlarme la mayoría de veces, pues era un gran caso para ser un licántropo normal, tenía mayor tamaño, podía parcialmente controlar a mi lado lobo durante las noches de transformación, pero si el lobo quería dominar esa noche, ese lado me dominaba y mi conciencia de hombre se apagaba. Era como tener dos personas en un mismo cuerpo, una conciencia a base de instintos y otra racional.

Tras la derrota de Voldemort, mi familia y yo fuimos los primeros en ser prisioneros y tener un juicio, con ayuda de Severus Snape, Harry Potter, Dumbledore y Granger pudimos salir con solo arresto domiciliario y sin magia por un año más una gran donación para la reparación de Hogwarts y el mundo mágico británico. Y yo fui sentenciado a regresar a cursar Hogwarts para finalizar mis estudios, una vez graduado, los títulos y fortuna Malfoys quedan a mi nombre y posesión, un gran alivio para mi y logrando que la familia Greengrass cancelara el acuerdo matrimonial que tenía con Astoria. No es que haya sido del agrado de la chica el romper su compromiso conmigo, pero realmente no tenía ganas de pasar mi vida con ella, por más bonita y perfecta que sea, era una chica materialista y fácil, una buena acostada, pero hasta ahí llegaba mi interés. No negaba que tenía mis amigas de turno para distraerme un rato, pero nunca era con afecto o cortejo con ellas, era un acostón de momento hasta que perdía el interés por ellas. Gracias a eso era el Dios del sexo de Slytherin.

Pero ahora no tenía idea de lo que había pasado, bueno me daba una idea muy buena de que es lo que hice pero me aterraba que fuera cierto con quién lo hice.

Tenía a la chica dorada, princesa de Gryffindor y heroína de guerra en mis brazos desnuda y dormida en mis brazos después de una noche de luna llena. Tenía rastros de sangre en su boca y espalda, no me atrevía a moverla desde que recuperé el sentido, me dí cuenta que era ella por la cicatriz que mi loca tía le había hecho aquella tarde en el salón de mi casa. "Sangre sucia" se veía en su brazo libre, convoqué mi varita para mandar una señal de que ocupaba ayuda, varias luces rojas salieron a de ellas hacia el cielo, avisando a Severus Snape y Albus Dumbledore que los necesitaba con urgencia, pues ellos y madame Pomfrey eran los únicos que sabían sobre mi condición. Me puse a recordar lo que pasó antes de mi transformación, imágenes de Granger frente a mí y mirándome asustada volaron en mi mente, otras de ella llorando y suplicando por dejarla irse, para después morderla y su grito haciendo eco en mi mente. Había mordido a Granger, la había condenado a una vida de más dolor y sufrimiento, sentía una pesadez en mi pecho y un odio porque ella no se lo merecía, no se merecía más dolor causado por mí o mí familia. Sentía mi cuerpo temblar y lo único que hice fue abrazar a Granger y pegarla a mí para que no pasara frío, moví mi mano para ver la mordida en su hombro que sangraba, su espalda tenía severos rasguños y su espalda estaba llena de suciedad, su cabello tenía hojas y ramitas atoradas en él. Necesitaba atención rápidamente o moriría desangrada.

Linaje descubierto: Mordida por el loboWhere stories live. Discover now